Un cáncer de próstata se lleva a una leyenda que se mantuvo al pie del cañón más ocho décadas
El pianista y compositor estadounidense Ahmad Jamal, uno de los últimos supervivientes de la era dorada del jazz, ha fallecido a los 92 años por un cáncer de próstata en su casa de Ashley Falls, en el estado de Massachussets, según han confirmado su hija y su representante.
A lo largo de sus ocho décadas de una prolífica carrera, Jamal atesoró diversos premios, entre los que resalta el Grammy a su trayectoria en 2017.
No en vano, su música inspiró a algunos de los más grandes del jazz, como Miles Davis, tal y como reconoció en su momento el propio trompetista, según recoge The New York Times. Está considerado, por ende, uno de los pianistas más relevantes de la historia del jazz.
Jamal nació como Frederick Russel Jones en Pittsburg en julio de 1930. Fue un músico con un talento precoz. Con tan sólo tres años empezó a tocar el piano, y a los siete comenzó sus estudios formales. En su adolescencia se empapó de la revolución del bebop que estalló en la década de los cuarenta.
Ya como profesional, dirigió varios tríos y cuartetos durante la primera mitad de los cincuenta, siempre fiel a un estilo pausado y minimalista, hasta que se afianzó en un trío junto al bajista Israel Crosby y el batería Vernel Fournier. Juntos grabaron, en 1958, uno de los álbumes más conocidos e importantes del universo jazzístico, At the Pershing: but not for me, que se mantuvo más de cien semanas en la lista Billboard. Ya en los sesenta grabó The awakening, cuya originalidad aplaudió la crítica. Fue compositor de bandas sonoras de películas y fundó varios sellos discográficos.
Artista incombustible, se mantuvo al pie del cañón hasta la pandemia de coronavirus y grabó más de sesenta álbumes en toda su carrera, la mayoría de ellos entre mediados de los sesenta y principios de los setenta.
El jazz dice adiós a una de sus leyendas, pero su legado musical es ya eterno.
Manu Ibáñez