Reseña publicada originalmente en el primer número de la revista Más Jazz en 1988
Por Javier de Cambra
En la actualidad el libro está editado por Ramdom House
Traducción de María Luisa Capella y Ceferino Caro López. 278 páginas. Amaranto Editores. Madrid. 1997
Publicado originalmente en Londres, en 1991, But beautiful a book about jazz ha conocido un fulgurante éxito internacional. Premio Sommerset Maugham en 1992, pronto fue publicado en Estados Unidos y Canadá, y su traducción francesa obtuvo el premio de L’Acedémie du Jazz como mejor libro de 1995. El pianista Keith Jarret ha asegurado que es el único libro de jazz que ha recomendado a sus amigos. Efectivamente, se trata de un libro de jazz para los amigos del jazz; una obra ejemplar en la que el jazz ha encontrado a uno de sus mejores escritores.
Estudioso y discípulo del maestro de la narración británica John Berger, novelista él mismo, Geoff Dyer ha entregado un libro luminoso en el que la justa claridad de los conceptos se vierte en las palabras de quien se revela como un gran escritor. Dyer compone el retrato de siete músicos -Lester Young, Thelonious Monk, Bud Powell, Ben Webster, Charlie Mingus, Chet Baker y Art Pepper- contrapunteados por la narración de uno de los eternos viajes de Duke Ellington, con Harry Carney al volante. ‘Lo que sigue es tanto crítica imaginaria como ficción’, advierte el autor en el prefacio y lo cumple, librando una escritura que nadie nos había dado antes. Dyer tiene en su buen conocimiento la música, los discos, la fotografías, las autobiografías de algunos de los músicos (Ellington, Mingus y Pepper), los sucesos de sus vidas que podemos conocer por diversas fuentes, y de entre tanto material sabe elegir lo verdaderamente sustancial, las escenas decisivas que nos pueden hacer entender la personalidad de un músico. Dyer va directamente al alma del músico que interpreta para nosotros.
Los siete héroes elegidos conocieron los caminos de las cárceles, el alcohol, las drogas, la locura… y no es pasión por el melodrama. Es pasión por esta música y por lo que está detrás de ella, por los músicos que la definieron, por sus vidas, por las jodidas vidas que tuvieron que vivir y de las que nos hablan sus músicas, como espejo y como opuesto.
Cuanto cuenta Dyer es desde la más rica escritura, en la que lanza frases que creíamos que únicamente existían en los solos de jazz, y remata la faena con un epílogo en el que, de nuevo, sólo atiende las cuestiones cruciales y dibuja un panorama actual que invita a todas las escuchas.
La traducción al castellano es esmerada pero incurre en errores de los que se evitan pidiendo una revisión a alguien que entienda de jazz. Si deseamos una pronta segunda edición, que en ella no toquen la trompeta Coltrane y Hawkins (horn en el original), que no se traduzca cabaret card (permiso para actuar en los locales con servicio de alcohol) por ‘el carné del cabaret’ y que a los músicos negros de jazz (cats) no se les llame ‘gatos’, aunque sepamos que les gusta Madrid. Un libro que revela el jazz como camino de conocimiento, que va al jazz a recibir lecciones y no a darlas.