Texto: Adrián Besada
Fotos: Violeta Salvador
Lucía Rey es, además de una pianista con un gusto y técnica excepcionales, una contadora de historias. Concibe su música a través del relato, de la narrativa sonora, visual y conceptual, que atraviesan todo el proceso de creación e interpretación. Rey presenta sus composiciones a través de experiencias evocativas, que impregnan los títulos, las imágenes y los sonidos, con el fin de sumergir al oyente en su propio proceso de búsqueda y de composición. Nómadas es su segundo trabajo de estudio junto a su trío habitual, compuesto por el omnipresente Michael Olivera a la batería y Ander García al contrabajo; una invitación a adentrarse en su proceso creativo, que está marcado por una andadura de varios años en la que confluyen la experimentación y la tradición, la técnica y la sensibilidad.
Con motivo de la celebración del Día Internacional del Jazz el próximo 30 de abril, realizará una presentación de este trabajo para medios de comunicación en la sede de Fundación SGAE de Madrid. La presentación para el público será, por su parte, el 16 de mayo en la sala Villanos de Madrid.
Para entender un poco más qué envuelve a la música de Nómadas, hablamos con Lucía Rey en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, y descubrimos algunas curiosidades sobre su nuevo trabajo:
Para este nuevo disco has mantenido tu trío habitual, ¿Por qué prefieres este formato? ¿Cómo ha sido el proceso de grabación?
Los músicos son Michael Olivera a la batería y Ander García al contrabajo. Llevamos ya siete años trabajando juntos y no podría haber hecho este disco sin ellos porque es un proyecto con mucho recorrido. Puede decirse que comenzó cuando me dieron la residencia de Conde Duque, con un proceso de investigación y composición. De ahí salieron temas que grabamos hace más de un año, que junto con otros cuatro que grabamos este [2024] completan el nuevo disco.
¿Hay alguna idea general o línea contextual que atraviese el disco? ¿Cómo afecta a esta cuestión el hecho de grabarlo en diferentes momentos?
Sí, siempre me ha gustado trabajar sobre el tema de las transiciones, los viajes —en un sentido conceptual o metafórico, aunque también físico—. Antes de la pandemia tenía otros temas que quería incluir en el disco y que posteriormente fui cambiando. Ha sido un proceso también muy nómada, de ir de un lugar para otro.
Las sesiones de grabación han sido en directo, tocando los tres juntos, y se han sacado todos los temas en dos o tres tomas como mucho, fue muy orgánico y, precisamente, era eso lo que buscaba, la espontaneidad, frescura y que se note algún tipo de energía en la grabación. Prefiero eso a que sea perfecto. Me gusta mucho porque los temas grabados hace un año, por ejemplo, tienen la misma energía, pero no tienen la misma temática, para mi fueron momentos completamente diferentes.
En nuestra anterior entrevista me hablaste de tu interés por jugar y experimentar con diferentes lenguajes musicales, tradiciones e influencias, ¿De qué manera se presenta esto en Nómadas?
De muchas formas. Por ejemplo, esta idea está muy presente a través de los colaboradores, porque creo que aportan toques característicos, ya sean del sur de España, del Mediterráneo, a veces hay influencias que se pueden entender como orientales, etc. Estuvieron Jorge Pardo y Juan Carlos Aracil a la flauta, así como Irene Novoa, que incluyó algunos coros junto con el resto del grupo; por último, tuvimos una colaboradora que puso sintetizadores en uno de los temas, una artista de música electrónica, Yamila Ríos.
¿También nos vamos a encontrar con alguna influencia de la música electrónica? ¿Cómo concibes la cuestión de la improvisación dentro de lo que supone hacer un disco y cerrar las composiciones?
Un poquito, en algunos temas. Más que música electrónica de forma explícita, creo que tiene más que ver con el concepto, que igual se presenta en un groove de batería, o en alguna idea que vamos desarrollando.
En cuanto a la improvisación, es lo que más me gusta. Tú llegas con tu planteamiento y estructura, pero lo bonito es ver cómo los músicos le dan su personalidad. Es algo que tiene un papel muy importante.
Respecto a la producción, ¿Eres tú quien trabaja finalmente el sonido?
Sí, trabajo la mezcla con Shayan Fathi y estamos los dos juntos en esto. De todos modos, decir que el disco está completamente autoproducido.
Volviendo al concepto del disco¿Trabajas los temas en directo antes de entrar al estudio? ¿Hay diferencia entre los temas que grabaste hace años y los nuevos?
Es curioso, porque los últimos temas que grabamos no estaban muy rodados. Son temas inéditos que todavía no hemos tocado en directo. Creo que es algo bonito, me gusta que haya una mezcla de temas que vienen muy trabajados, que hemos tocado mucho en directo, y otros que no.
Las temas están hechos en momentos diferentes y sí que hay algunas diferencias tímbricas, mezclar diferentes momentos de mi vida hace que la música tome también diversas perspectivas. Me parece algo interesante, como introducir otra dimensión. Aun así, hay una unidad estética y sonora que envuelve a todo el disco. Puedes escucharlo como un viaje en sí mismo, con una introducción, un desarrollo y un desenlace.
Hay una cuestión que muchas veces es difícil de responder, más hoy en día, pero ¿cómo definirías lo que haces, en términos de género y estilo?
Sí, es algo muy difícil. Para no pillarme los dedos, yo diría que lo que hago es jazz fusión. Porque en realidad bebo de muchas fuentes; la línea principal tiene que ver con el lenguaje jazzístico moderno, pero la idea es llevar eso a mi terreno, a dar mi punto de vista musical a través de mi voz, en la que también hay influencias de la música clásica, del flamenco, de la música mediterránea, del pop, etc.
Lo que también me gusta de este disco es que, como hablábamos, hay una unión, pero los temas, de forma individual, tienen su propia personalidad y sonoridad. Creo que es algo que se nota mucho.
¿Cómo van a ser los directos? ¿Qué tienes pensado para promocionar Nómadas?
A mi lo que más me gusta es el directo. Es cuando creo que realmente llegas al público. Empezamos el 16 de mayo con la presentación y luego me moveré por diferentes ciudades y festivales: Soria, Granada, Murcia, el Vilajazz en Villafranca del Penedés; también fuera de España, estaremos en Córcega, en el festival Equinox.
Decirte que, en el directo, sí que cambian algunas cosas, nos arriesgamos mucho. Intentamos que haya espacios grandes para desarrollar los temas sin repetirnos y abordándolos desde diferentes sitios.
¿Alguna cosa de la que no hayamos hablado?
Bueno, hay una cosa que me parece interesante y bonita: El disco, como ya dijimos, pretende ser un viaje en sí mismo, todo está concebido de esa forma, incluso en el formato físico. Queríamos que el orden de las canciones contase una historia, hay una conexión entre oriente y occidente.
Por último, decir que el diseño y fotografías también son una parte importante del disco. Nos fuimos a la isla de Tabarca para hacerlas, con la fotógrafa Larisa López; y el diseño lo está haciendo Miguel Luque. Por otro lado, los textos del interior los ha escrito Pedro Andrade y son también parte de la historia del disco. Va a salir en digital y en vinilo. No puedo esperar para verlo terminado y tenerlo en mis manos.