Texto: Eduardo De Simone
BARCELONA.
¿Qué supone para un consagrado músico de jazz ser convocado por David Bowie para para grabar un tema? Quizás una anécdota al pasar. ¿Y atesorar Grammys y nominaciones? Algo halagador, ciertamente, pero aquí la cosa no va por el ego. Al menos para Maria Schneider.
Si hay algo extraordinario en la trayectoria de esta artista norteamericana es que se mantiene desde hace años al tope de todas las encuestas especializadas como la mejor compositora, arregladora y directora de orquesta de jazz, aunque el género acaso ya le calza estrecho.
Esta notable música nacida en Windom, Minnesota, arregladora y pianista que ha trabajado con más de 85 bandas y orquestas en una treintena de países es una antigua conocida de los vecinos de Barcelona. Luego de diversas y celebradas visitas a esta ciudad, regresará en noviembre próximo para participar en el Festival de Jazz de Barcelona, que este año promete repetir el esplendor de ediciones anteriores con músicos ya confirmados como Fred Hersch, Pat Metheny, Chris Potter, Dave Holland, John Scofield, Kamasi Washington, Joe Lovano, Michel Camilo, Paquito D´Rivera y otros que se van sumando.
“Amo trabajar con la Clasijazz Big Band (un combo de Almería con el que se presentará en el festival) y estoy feliz de compartir nuestra colaboración con el público de Barcelona”, apunta María Schneider en diálogo con Mas Jazz Magazine.
“Son músicos extraordinarios que tocan con mucha pasión y brillo propio, por lo cual yo supliqué para que podamos tener una gira extensa y disfrutar de hacer música con ellos”, agrega. “No hemos decidido aún todo el repertorio, pero incluiremos una amplia variedad de temas que representen toda mi carrera de más de 30 años”, sentencia.
En este show de noviembre próximo en Barcelona habrá espacio para un “Retrato de artista” dedicado a Rita Payés, trombonista y cantante que ha surgido de las filas de la Sant Andreu Jazz Band que orienta Joan Chamorro en esta ciudad.
Maria Schneider recibió uno de sus Grammy por el disco Concert in the Garden, de 2004, cuya particularidad fue haber sido el primer álbum editado exclusivamente en formato digital en lograrlo. A la vez fue distinguido como disco del año por la Asociación de Periodistas de Jazz.
En 2015 sobrevino The Thompson Fields, que incluyó un seleccionado de músicos ardorosos por compartir estudios de grabación con la ya por entonces primera dama del jazz. Entre ellos figuraban los saxofonistas Donny McCaslin y Scott Robinson, el guitarrista Lage Lund y el desaparecido pianista Frank Kimbrough. También se alzó con un Grammy.
Tras esa experiencia, la artista se lanzó a un ambicioso proyecto, bautizado Data Lords, que editó en 2020 y resultó un acontecimiento auspicioso en un escenario entonces crítico para todas las expresiones musicales a raíz del impacto mundial de la pandemia.
El disco, doble y financiado a través del sistema de crowdfunding en la web fue, según Maria, un vehículo para abordar la creciente omnipresencia de las herramientas digitales y del Big Data, así como de la conflictiva relación entre los mundos digital y natural que coexisten en nosotros.
“Nadie puede negar el gran impacto que la voracidad digital tiene en nuestras vidas. En tanto las grandes compañías de información digital claman por nuestra atención, sé que no estoy sola en esta lucha por encontrar el especio necesario para mantener el contacto con el mundo natural y las cosas simples de la vida. Así que me pareció lógico desarrollar un disco doble que refleje estos extremos”, afirmó Maria respecto de tal iniciativa.
Para esa obra la compositora convocó a músicos con los que había trabajado asiduamente. Entre ellos el guitarrista Ben Monder; los saxofonistas Donny McCaslin y Rich Perry; el pianista Frank Kimbrough; el trompetista Mike Rodríguez y el bajista Jay Anderson.
Ha reflexionado Schneider que el mundo digital nos abruma con herramientas que parecen hechizantes y en homenaje a las que entregamos buena parte de nuestra individualidad. Y del otro lado figura el mundo natural, que hasta no hace mucho era para todos el único y que nos habilitaba a escuchas profundas y serenas, a contactos estrechos con los demás. “Lo que busco es avanzar hacia una suerte de belleza sónica que exprese un balance razonable entre esos dos mundos”, ha formulado.
En estos días presentará un Box Set de lujo compuesto por tres discos de vinilo que recogen parte de la trayectoria con su Big Band. Titulada Decades, la caja incluirá un ensayo de la propia Maria y otro del crítico y escritor de jazz Nate Chinen.
¿De dónde surge este proyecto?
“Mucha gente ha pedido en los últimos años que editara mi música en vinilo, así que creo que el 30° aniversario de la banda era un buen momento para lanzar tres LPs, cada uno resaltando música de autor de cada década junto a un buen libro que yo misma escribí, que además incluye muchas fotos”, enfatiza Maria en el diálogo con este medio.
Su música es considerada majestuosa, original, evocativa y reticente a toda categorización. Los adjetivos quedan cortos. Por alguna razón será que muchos músicos líderes de sus propias bandas se disputan un lugar para acomodarse en su orquesta.
En su nueva visita a Barcelona tendremos la ocasión de certificar que si bien la gran directora de orquesta puede deslumbrar desde un pedestal su música se mece bien cerca de nuestras emociones.
Por Eduardo De Simone
1 comentario en «Maria Schneider, la reina del jazz que no cede el trono»
Qué buena nota! Siempre captando lo que nos interesa a los lectores!!! Gracias!!!!