“Iroko” un proyecto del contrabajista Avishai Cohen sobre el mundo del “niuyorican” Abraham Rodriguez Jr. con el color de la voz de la española Virginia Alves.

Texto y Fotos: Daniel Glückmann

@gluckjazz

Uno de los conciertos estrella del Festival Jazz à Juan que se celebra en la localidad de Juan des Pins en la Costa Azul francesa es el proyecto “Iroko”, liderado por el bajista israelí Avishai Cohen (no confundir con trompetista de la misma nacionalidad y el mismo nombre).

Iroko es el nombre de un árbol sagrado africano y todo el proyecto gira alrededor de las raíces, en este caso las de Abraham Rodriguez Jr. que es un cantante y percusionista de origen puertorriqueño pero nacido en Nueva York, un verdadero “niuyorican” que lleva desde niño interpretando la música y los ritmos de la rumba y la “bomba” que sonaba en casa de sus abuelos con la influencia de todas las músicas de Nueva York.

“Con Abraham solíamos tocar en Nueva York en los años 90 y desarrollamos una amistad y un lenguaje común, principalmente porque él sabe todas las formas de interpretar las viejas canciones cubanas y puertorriqueñas. Este proyecto surge porque quería resaltar su talento y el amor que tengo por la forma en que canta e interpreta la música cubana y la música en general” indica Avishai Cohen a MasJazz después del “sound check” del concierto.

La otra protagonista es una española, una cantante extraordinaria llamada Virginia Alves que, al filo de sus “treintas”, tiene una larga experiencia musical desde que estudiara 4 años en la famosa Berklee College of Music de Boston. “Quería una voz femenina en la banda y, una vez que la escuché, pensé que era perfecta. Además, es española y aporta justo ese matiz español que buscaba en el proyecto.” Añade Cohen.

La banda y el proyecto está construido alrededor del mundo de Abraham Rodríguez, su manera única de ver la música. Virginia añade una dimensión y un color adicionales con su voz española que enriquece al grupo, cuyo sonido esencial es bajo, percusión y voz, la base de todos los ritmos ancestrales, aunque en esta actuación en Francia, se añaden el alma gemela de Abraham, el percusionista cubano-jamaicano José Ángel, el trompetista argentino Diego Urcola y el saxofonista Yosvany Terry que además es un genio con el shequere, instrumento de percusión fundamental en la musica afrocubana.

“¿Porque no conversáis con ellos y os lo cuentan en detalle?” nos sugiere Cohen y así es como nos encontramos con Abraham y Virginia alrededor de una mesa del Hotel Ambassadeur de Juan les Pins para conocer el proyecto y a ellos más en profundidad.

MasJazz (MJ): ¿Cómo surgió el proyecto Iroko y vuestra participación en él?

Abraham Rodríguez Jr. (AR): El proyecto comenzó hace muchos años cuando Avishai y yo nos conocimos en Nueva York. Él siempre tuvo una fuerte inclinación por la musica latina y desde entonces hemos compartido una conexión musical muy fuerte. En un principio, nos reuníamos para tocar en distintos clubes y eventos, y desarrollamos una química muy especial. Un día, durante un concierto suyo me llamó al escenario a cantar un tema y al terminar le dijo al público: “Abraham, tú y yo vamos a hacer un disco, yo al bajo y tú con tu voz” No fue enseguida, sino que tuvieron que pasar unos años cuando finalmente entramos al estudio. Empezamos a grabar, solo con mi voz y su bajo, “canta lo que tú quieras”, me dijo y después de grabar 10 o 15 temas del tirón surgió Iroko que por sorpresa estrenamos en el Chatelet de París que nos brindó una ovación increíble.

Virginia Alves (VA): Conocí a Avishai a través de Javier Limón en Madrid cuando ellos estaban montando el álbum. (Limón coprodujo el álbum de Iroko) Avishai buscaba una voz femenina para darle otra textura al disco, así que me llamó, y enganchamos desde el principio. Así que me uní al proyecto ya que no solo era una oportunidad de trabajar con músicos increíbles, sino también de explorar nuevas facetas de mi propia música.

MJ: ¿Cómo describiríais el sonido de Iroko?

AR: El sonido de Iroko es una mezcla de muchas influencias. Tenemos las raíces de la música cubana, la interpretación única de Avishai con el bajo, y la voz española de Virginia que añade ese toque especial. Es una fusión de jazz, música afro-cubana y también de otros géneros. Nos gusta jugar con las estructuras y los ritmos para crear algo que sea a la vez familiar y novedoso. Es un reflejo de nuestras propias experiencias y trayectorias musicales.

VA: Yo crecí rodeada de música cubana junto a Alain Pérez, Pepe Rivero, Isaac Delgado que se habían instalado en Madrid cuando yo tenía 4 añitos y eso se refleja en mi interpretación. Avishai y Abraham aportan sus propias influencias, y juntos creamos algo que es realmente único. Nuestra música tiene elementos de improvisación, lo que la hace viva y dinámica. Cada actuación es una nueva versión de nuestras canciones, adaptada al momento y al público con autenticidad y pasión mostrando que, aunque venimos de distintos lugares, la música tiene el poder de unirnos.

MJ: ¿Podéis hablarnos un poco más sobre el proceso de grabación del disco?

AR: Entramos al estudio sin un plan fijo y dejamos que la música fluyera. Grabamos varias canciones, solo con mi voz y el bajo de Avishai. Luego, añadimos las voces de Virginia y otros músicos para darle más profundidad al sonido. Fue un proceso muy libre y creativo. No nos pusimos límites ni nos atamos a ningún género específico. Simplemente dejamos que la música nos guiara.

MJ: ¿Qué significa Iroko para vosotros personalmente?

AR: Para mí, Iroko es una celebración de mi vida musical. Es un proyecto que me permite expresar mi amor por la música cubana y mis raíces. Es una manera de conectar con el público y compartir algo muy personal. También es un testimonio de mi amistad y colaboración con Avishai, y ahora con Virginia. Es un proyecto que me llena de orgullo y satisfacción.

MJ: El álbum tiene algunos temas en inglés como “Venus”, de Frank Avalon o la famosísima “Fly me to the moon” que popularizó Frank Sinatra. ¿Como surgió “cubanizar” esos temas?

VA: Abraham es un auténtico “newyorican” y siempre ha mezclado todo tipo de músicas. Rumba con jazz, con funk, con James Brown y todo tipo de ritmos. Además, él es “Babalawo” o “Padre de los secretos” que es el líder de la santería o religión yoruba. Abraham hace ceremonias tradicionales de tambor y es capaz de evocar a la Virgen de la Caridad en una canción como “Venus”. A él, esta mezcla le sale de una forma completamente natural, es intrínseco a Abraham y eso es exactamente lo que Avishai quería: crear un proyecto en torno al mundo de Abraham. En su corazón late la clave (ritmo básico de la música afrocubana) y somos los demás los que nos vamos añadiendo colores a su mundo.

AR: Estas canciones también forman parte de mi mundo, quise incorporarlas al proyecto y a Avishai le pareció genial porque cree en mí. “El mundo te tiene que escuchar, hermano”, me dijo.

Abraham es Olubatá o Jefe de los Tambores en la religión yoruba, que tiene un papel fundamental en los rituales de la comunidad. Ya su familia le decía que tenía algo especial que podía llevar las cosas a otro nivel y eso es lo que está pasando con Iroko:

AR: Iroko es un árbol sagrado que está en África. Y a los árboles, nosotros, los sacerdotes de la religión, tenemos que homenajearles y siempre pedir permiso a los árboles porque tienen energía, tienen vida, curan a la gente. ¿Y qué están haciendo los seres humanos? Están tumbando los árboles y por eso que el mundo está como está y la tierra está castigando al mundo. Iroko va con la responsabilidad que tenemos los músicos de llevar un mensaje que permita curar la situación y arreglar las cosas.

La conexión con África también la establece Virginia ya que su madre es angoleña y lleva África en la sangre y también en su hermosa melena “afro”.

VA: Yo creo que el africano tiene mucha sed y mucha hambre de darse a conocer y de plantarse ahí y decir, oye, se acabó ya, aquí estamos nosotros, esta es nuestra música, esta es nuestra cultura. Somos poderosos y fuertes, y aunque nos habéis discriminado y nos habéis oprimido, ahora nos toca a nosotros. Con todo el derecho del mundo están enfadados y hay hambre y ansia de decir ¡aquí estamos nosotros!

MJ: Virginia, cuéntanos un poco de ti.

VA: Yo nací en Madrid, pero mi madre es de Angola. Tuvo que salir de allí por la guerra y se fue con toda su familia refugiada a Portugal donde cantaba fados por la calle. Yo me he criado mucho con eso, con mi madre cantándome fados y con toda esta cultura africana. Luego, con cuatro años, vienen muchos músicos cubanos a Madrid y me sumerjo mucho en la música cubana con Isaac Delgado, Alain Pérez, que ha sido mi padrino musical y me ha guiado en todo. Y con ellos aprendí algo que sigue siendo central en mi música y es que lo más importante es el corazón. Si no hay corazón olvídate de todo.

MJ: Luego conseguiste una beca para Berklee…

VA: Fue una experiencia muy enriquecedora. Viví en un entorno con una gran diversidad cultural, muchos colores, mucha música distinta. Estuve en un combo de música hindú, cantábamos en hebreo, monté coreografías… fue impresionante y me abrió muchas puertas, por ejemplo poder trabajar en El Circo del Sol. Después de la pandemia que me pilló en un momento donde estaba a punto de lanzar mi propia carrera, participé en algunos “talent shows” donde me fue muy bien y de nuevo me ayudo a crear una base para mi propio proyecto que es en lo que estoy ahora.

MJ: ¿De qué se trata?

VA: Estoy fusionando funk, soul y toda esa música afroamericana que a mí me ha nutrido siempre con la parte más comercial y tribal de la música electrónica incluyendo percusión africana, todo muy “grooveado”. Me encantaría tener al menos un par de singles antes de fin de año.

MJ: ¿Y tú Abraham, que hay después de Iroko?

AR: Quiero hacer algo sobre mi gente del folklore de Nueva York, de los tiempos de antes, sobre esa música que ya no se oye más. Lo que se está escuchando ahora es música sin sal. Suena bien, pero le falta sal. No tiene bombo. Y hace poco estuve en Cartagena (Colombia) y en la guagua estaban sonando canciones de Tito Puente, de Tito Rodríguez y me dije ¿por qué en Nueva York esto ya no se escucha? Y como ahora me están dando una oportunidad voy a interpretar con mi estilo ese tipo de música de antes.

Y lo dice fundiéndose en un abrazo con Virginia a quién jura amor eterno y un papel en todos sus futuros proyectos.

MJ: ¿Dónde volveremos a encontrar a esta familia de músicos en el futuro?

AR: No sé, pregúntale a papá Dios

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