Texto: David Álvarez
Al nombrar la ciudad de Louisville, Kentucky, hay lectores que la relacionarán con lo deportivo: las carreras de caballos, el mítico boxeador Muhammad Ali o los populares bates de béisbol H&B. Seguro que algunos sabrán situarla en un mapa de Estados Unidos, otros no… Los aficionados al blues puede que conozcan a pioneras locales como Sara Martin y Edith Wilson. También fue el lugar donde nacieron jazzeros como Lionel Hampton y Johnny “Hammond” Smith, aunque prácticamente no desarrollaron sus carreras musicales allí. Pero seguramente muy pocos vinculan Louisville con la música góspel. Y es que es difícil tener un reconocimiento internacional en este género si uno tiene que competir con canteras tras prolíficas como Chicago, Detroit, Oakland o Nueva York. Quizá en unos años esto cambie gracias a la salida al mercado dentro de poco de I’m Glad About, un box set fruto del trabajo durante años del Louisville Story Program.
En 2013 nació el LSP, una organización que se dedica a conservar y divulgar las historias que han tenido como marco la ciudad más poblada de Kentucky. A la cabeza de las iniciativas de edición de libros y recopilación de materiales etnográficos está Darcy Thompson, un hombre que infunde en todos sus proyectos un claro propósito educativo y de justicia social. A lo largo del tiempo han llevado a cabo investigaciones dedicados al fotógrafo Bud Dorsey o la artista plástica autodidacta Julie Baldyga. Su más reciente inversión ha sido apostar por el góspel local. Las razones que argumentan para la protección de este patrimonio musical de Louisville son que “esta música ha servido como un elemento central de las prácticas religiosas de la gente y como una expresión del orgullo negro, el gozo, la afirmación, el amor, la dignidad, la determinación y la esperanza”.
Louisville, en la década de 1950 comenzó un despertar cultural con la apertura de la Kentucky Opera, el establecimiento de una gran compañía de ballet y la aparición de ferias artísticas que completaban la oferta del Speed Art Museum. En esos años creció de manera desmedida el área metropolitana y se desarrollaron suburbios en los que en muchas ocasiones se hacinaba la población negra. Eran los Estados Unidos del progreso económico, pero también los de la segregación racial. En Louisville se organizaron múltiples acciones de lucha por los Derechos Civiles que tuvieron como epicentro el barrio de Parkland. En 1968, unos meses después del asesinato de Martin Luther King Jr., se produjeron revueltas que generaron mayores tensiones entre blancos y negros. Los cambios tardaron en llegar y la segregación racial en las escuelas de la ciudad se mantuvo hasta 1975. La música góspel fue una de las bandas sonoras de todos aquellos eventos.
En I’m Glad About It se recopilan grabaciones, fotografías y testimonios de la música góspel en Louisville entre 1958 y 1981. Más de una veintena de personas han participado en el libro de más de doscientas páginas que se incluye. Me ha resultado muy interesante que algunos de los textos estén escritos por familiares y amigos de los artistas a los que se recuerda, una visión que combina muy bien lo historiográfico y la memoria sentimental. Todo el conjunto tiene una dimensión muy “emic” que diríamos en un lenguaje antropológico, es decir, desde la percepción interna de los miembros de la comunidad y no tanto de un expertizaje académico externo. En muchos casos son los propios artistas quienes tienen la oportunidad de manejar su narrativa, de contar su historia tal y como quieren que sea recordada.
El músico Ben Jones perfila muy bien en uno de los artículos la gran cantidad de talentos locales que se forjaron en la Cable Baptist Church del reverendo C.C. Calloway. Por allí pasaron músicos como el trompetista Richard “Kush” Griffin (James Brown, Parliament, Maceo Parker, Ben E. King, Bloodstone..), la cantante Tanita Gaines (New Birth) y el portentoso Harvey Fuqua, quien como productor y compositor es esencial para entender los entresijos de Motown. Las canciones del amplísimo catálogo de Fuqua han sido grabadas por Louis Armstrong, The Spinners, Etta James, The Supremes, Marvin Gaye, Mongo Santamaría, Santana o La Lupe, entre otros. Gran parte de lo que estos músicos desarrollaron en el terreno del soul y el funk tenía sus raíces en la música góspel de Louisville.
En cada capítulo de I’m Glad About It se entrelazan las historias de solistas, instrumentistas, coros, cuartetos, locutores, managers y líderes religiosos. Entre las historias que me han deslumbrado y que puedes descubrir en toda su extensión están las de Jimmy Ellis y su paso de boxear amigo de Muhammad Ali a ser el líder de The Riverview Spiritual Singers o la aventura empresarial de Wilma y John Clayborn creando la compañía discográfica independiente Grace Gospel Records fundando una auténtica dinastía del góspel -representada hoy por Jason Clayborn-.
Además de conocer los testimonios, uno se puede perder en el archivo de más de un millar de canciones que se han digitalizado a partir de soportes físicos recuperados en Estados Unidos, Europa y Nueva Zelanda. I’m Glad About It saldrá al mercado en septiembre en los formatos de cuatro CDs o dos LPs. La limitación del soporte físico se superará con creces cuando vea la luz el archivo digital donde estarán disponibles todos los materiales rescatados.
Personalmente, creo que I’m Glad About It presenta un modelo de conservación y difusión de patrimonio musical que nos puede servir como ejemplo para otros casos. Muchos piensan que “en internet se encuentra todo” y no, no es verdad. Los algoritmos y quienes los diseñan siguen teniendo las miradas similares a las que teníamos cuando todo era físico y analógico. Mark Anthony Neal, profesor de la Duke University, en su libro Black ephemera (NYU Press, 2022) apunta muchas de las problemáticas que hay en el volcado de los productos artísticos afroestadounidenses analógicos al formato digital. Gracias a internet ha aumentado el acceso global a la música negra estadounidense del pasado, pero también es cierto que esos archivos históricos digitales están más cerca que nunca de ser explotados y mercantilizados por cualquiera sin respetar y visibilizar sus valores identitarios, sociopolíticos y espirituales.
Ante lo enciclopédico de la recopilación hecha mano a mano con la comunidad góspel de Louisville, para que no te pierdas en el maremagnum de artistas desconocidos que te vas a encontrar en I’m glad About It, aquí van algunos de mis favoritos:
The Traveling Echoes es el grupo góspel más icónico de Louisville en la década de 1950. James y Laura Ridley crearon un ensamble familiar con su hija Bettye Joe a la guitarra. Laura era el auténtico motor musical, pues había formado parte de varios conjuntos desde 1938 y había girado por todo el Sur de Estados Unidos en varias ocasiones. Destacan canciones como “He’s a God” (1959) y “I Love The Lord” (1966) donde puedes escuchar a Laura en todo su esplendor cantando. Rezuma blues por los cuatro costados.
The Gospel Voices of Soul son el cuarteto más funk del góspel de Louisville sin duda alguna. Fueron creados por Melvin Cuff en 1972. Se nota que en su juventud, el que hoy es obispo de la Greater Harvest Missionary Baptist Church, lo intentó en el rock and roll. A finales de los 70s era muy criticado porque para algunos sonaba demasiado pagano. Llegaron a grabar en Memphis en los mismos estudios que Al Green y con la banda de Rufus Thomas. Tienes que escuchar “God Will Take Care” (1977) y “Let’s Shake Hands” (1978).
The Devotion Singers son mucho más edulcorados que los anteriores, más aptos para amantes del pop soul. Robert Williams, Denise Scott, Donna Trowell y Donnie Young salieron del coro de su iglesia y los fichó chanita Records de Nashville, Tennessee. Williams era el principal compositor del cuarteto, creando canciones como el éxito “Looking For Glory” (1978) o “The Devotion Singers Walking On a Cloud” (1978) que pasaría por una composición de Bacharach & David para Dionne Warwick.
Rev. Charles Kirby se crió como un auténtico cowboy, hijo de agricultores negros del condado de Trigg. En 1946, sin haber llegado a la veintena, se trasladó a Louisville y empezó a cantar en el grupo The Sons of Zion. Durante medio siglo pastoreó la Southern Star Missionary Baptist Church donde fundó un dispensario de comida gratuito que seguía las instrucciones de Martin Luther King Jr. de emancipar económicamente a la población negra. Musicalmente hizo popular localmente muchos clásicos: “God Specializes” (1961) de Roberta Martin o “What Is This” (1966) popularizada por Brother Joe May y que en 1980 rehicieron Walter Hawkins & The Family. Pero no puedes perderte su composición “It’s a Whole Lot Of Stuff Going On” (1970) donde vas a escuchar al Kirby más reivindicativo.
Larry Adams Limited es uno de los coros que ya estaban en mi tocadiscos antes de conocer este proyecto. Con un único álbum, Jesus Loves Me (Grace Gospel Records, 1975), ya me había conquistado un sonido y una estética que siempre me ha recordado al aire californiano de The Edwin Hawkins Singers, una influencia notable en las percusiones y las armonías vocales. Larry Adams se crió entre los pedales del órgano de Paul Merritt en la Cable Baptist Church y terminó de formarse musicalmente en la universidad. Arreglos jazz y algunos acercamientos casi sinfonistas en algunas de las canciones, destacando la trompeta de McDaniel Bluitt a la altura de los cantantes solistas.
Para poder tener en tus manos alguno de los formatos físicos de I’m Glad About It, o pasar horas indagando en su archivo digital tendrás que esperar hasta el 28 de septiembre. Puedes estar al tanto de todas las novedades y conseguir más información en www.louisvillestoryprogram.org.