Homenaje a Bebo Valdés: Un trío de cuatro. Entrevista con Cucurucho Valdés, Javier Colina y Moisés Porro

Texto y Fotos: Daniel Glückmann

@gluckjazz

Bebo Valdés fue uno de los grandes de la música cubana de todos los tiempos. Desde las “descargas” del Cabaré Tropicana en los años cincuenta, pasando por la batanga que creara junto a Benny Moré, hasta el mítico álbum “Calle 54” o sus “Lágrimas Negras” junto a Diego “El Cigala” y el propio Javier Colina; Bebo, como compositor y pianista, dejó una huella permanente en la música latina y afrocubana de la que hoy sale al homenaje que estos 3 hombres le rinden hoy.

El pianista Cucurucho Valdés, nieto de Bebo; Javier Colina al contrabajo, quien, como el percusionista Moisés Porro, hicieran muchos conciertos y grabaciones junto al mito cubano, están homenajeando a Bebo Valdés en una serie de emocionantes conciertos que el próximo 30 de Octubre vuelven a presentar en la Sala Recoletos de Madrid.

Los tres reciben a MasJazz antes de este ultimo concierto para hablar del homenaje, de ellos como grupo y de sus proyectos futuros, en una tranquila sala del hotel donde se ubica la Sala Recoletos, alrededor de una mesa que al rato se llena de suculentas tapas que ayudarán a que el trío toque sin el estómago vacío.

MasJazz: ¿Cómo nace el “Homenaje a Bebo” que estáis presentando este año?

Javier Colina: Moisés y yo trabajamos mucho con Bebo Valdés y de pronto apareció Cucurucho por Madrid y qué mejor ocasión de montar un homenaje al abuelo de Cucurucho. Ya nos conocíamos de un concierto en Colombia, cuando junto a Diego “El Cigala” presentamos “Lágrimas Negras”. Cucurucho me inspira porque aparte de ser su nieto, es muy fan de Bebo y tiene un sentimiento y un espíritu muy parecido al de su abuelo.

Cucurucho Valdés: Cuando llegué a vivir a España hace un año y un poquitico, llamé a Javier con quien ya había compartido escenarios. La verdad que no teníamos ninguna idea previa de hacer algo juntos y él enseguida me convidó a cenar a su casa. Con el piano y el contrabajo que había allí, “cocinamos” el postre y de ese postre salió este homenaje. Javier se me quedó mirando y me dijo que yo transmitía la “estirpe” de Bebo y yo, por supuesto, me sentí muy honrado con esas palabras y más viniendo de alguien con la experiencia y la sensibilidad de Javier.

Javier es una maravillosa persona, un músico que todos queremos, que admiramos y como decía mi madre “… para hacer buen arte, hay que conocer a las personas. Hay que compartir, hay que sentarse a comer, hay que hablar”.

Este homenaje es algo que yo le debía a mi abuelo tanto como nieto, como pianista y como seguidor de su carrera, y después del “postre” hablamos con Javier que podíamos hacer algo en trío que recuperara de una forma transparente y desnuda algunas de las obras de Bebo y otras que el tocaba de compositores tradicionales cubanos como Ignacio Cervantes y también de artistas internacionales.

MasJazz: Moisés, ¿cómo te integras tú en el grupo?

Moisés Porro: Javier Colina y yo ya habíamos trabajado mucho tiempo juntos y también con Bebo. Ya teníamos una conexión y qué mayor placer puedo tener hoy que tocar con el nieto de Bebo Valdés.

Porro vive en España desde hace muchos años desde que decidiera no volver a Cuba mientras estaba de gira por Europa, algo que en aquella época hacían muchos músicos cubanos cuando iban de gira por las dificultades de todo tipo que encontraban en su país. Desde entonces se ha consolidado como uno de los percusionistas de referencia que ha tocado con artistas de la talla de Pablo Milanés, la Vieja Trova Santiaguera, Santiago Auserón, Rosario FloresJosé el FrancésHerbie Hancock o Wynton Marsalis y no para de viajar por el mundo con su música.

MasJazz: ¿Qué nuevos pasos va a dar este proyecto?

Cucurucho Valdés: En los conciertos que hemos realizado hemos tenido una respuesta muy positiva. Ha sido mucho el agradecimiento y el sentir del público, los aplausos, las ovaciones, y eso a nosotros nos ha dado mucha fuerza. Ahora, vamos a hacer un álbum con los temas de los conciertos y también con alguno inédito, pero siempre con el sabor cubano. El sabor cubano tiene que prevalecer, primero porque es la forma en que lo hago yo, y también porque es como lo hace Javier, que es un bajista que hace la música cubana como un cubano, siempre con el respeto a todos mis paisanos. Ni que hablar del maestro Moisés Porro, que tiene ese acompañamiento de respeto, esos solos tradicionales que casi ya no existen.

Ese disco será también un homenaje a toda la amistad, el conocimiento y el respeto a la música cubana que han confluido en este grupo alrededor de la música de Bebo que es quien nos une y nos da energía a los tres.

MasJazz: ¿Podríamos decir entonces que este trío es en realidad un cuarteto?

Cucurucho Valdés: Sí, es un cuarteto. Tienes toda la razón. Este trío es un cuarteto.

MasJazz: En vuestros conciertos se siente mucha comunión entre vosotros, y también con el público. ¿Cómo se consigue crear esa energía?

Javier Colina: Uno conoce mucha gente, hay muchos músicos cubanos, de muchos tipos. Pero cuando encuentras, cómplices que tengan el mismo punto de vista sucede algo especial. Y aquí nos hemos encontrado tres que conocemos el punto de vista de Bebo, que es lo que nos une y crea mucha complicidad.

Y luego, que somos músicos comunicativos también con el público. Y esta música llega mucho a la gente. Es un repertorio muy bonito, muchos temas son bastantes conocidos y es la música cubana, que tiene ese poderío tan fuerte.

Cucurucho Valdés: La química entre nosotros no ha podido ser mejor. Nunca ha habido un no y todo ha salido pero que muy fluido, como si hubiéramos ensayado toda la vida juntos.

MasJazz: Cucurucho, antes mencionaste la estirpe de los Valdés – es nieto de Bebo y también sobrino de Chucho -. ¿Qué significa eso para ti? Entiendo que te inspira, ¿pero también te obliga?

Cucurucho Valdés: Nunca en mi vida me he sentido obligado, nunca en mi vida. Piensa que yo no me crie ni con mi abuelo, que ha sido el núcleo de la familia Valdés, ni con mi tío Chucho. Aunque es mi tío y lo quiero, además de ser uno de mis pianistas favoritos, no tengo mucha comunicación con él. 

Yo sigo el consejo de mi madre que me decía “Tú sólo has tu arte…” y no me hallo con sombras, ni con obligaciones, ni nada.

A mi abuelo yo lo oía desde que nací, gracias a los cassettes que él le mandaba a mi mamá desde Suecia y a los vinilos que había por la casa. Siempre estaba oyendo ese estilo suyo de tocar el piano. Así me crie yo, con mi familia, pero despojado de esa sombra que probablemente le pese a otros hijos, sobrinos o nietos. Yo soy muy libre en ese aspecto y eso me hace muy feliz a la hora de hacer el arte.

MasJazz: Javier, tú eres probablemente uno de los músicos españoles más prolíficos. Tienes colaboraciones con cantidad de artistas de distintos géneros. ¿Qué fuentes te inspiran y como fueron tus inicios en la música?

Javier Colina: Mira, a mí me gusta mucho hablar de cocina. Y la música se le parece. Una es el alimento corporal y la otra es el alimento espiritual. Y lo que yo intento no es dar la receta sino aportar el “sabor” a esa comida, siempre pendiente del contexto en el que estoy tocando.

Lo que más me ha cautivado siempre ha sido la música popular, esa que dura por siglos gracias a tener un arraigo muy pesado y convincente. La tradición musical es mucho más poderosa que la tradición pictórica o de cualquier otro arte. Ese conocimiento profundo es el que siempre me ha inspirado.

Yo empecé a tocar tarde, con veintiséis años. Igual que tres de mis hermanos, yo estudiaba derecho en la universidad, pero luego las cosas se torcieron y ya no fui tan derecho (ríe). En esa época no había trabajo para tantos abogados y empecé a buscarme la vida como músico, tocando el acordeón y luego la guitarra hasta que apreció el contrabajo. Pero de jazz nada, eso vino más tarde. Tocábamos de todo, pero siempre temas en castellano. La música en inglés nunca me sirvió mucho… añade.

MasJazz: Una curiosidad… ¿Por qué llaman “Cucurucho” a Roberto Carlos Valdés?

Cucurucho Valdés: (ríe) Es una historia divertida. En el año noventa y ocho yo tocaba en una banda que se llamaba La Charanga Habanera y una vez tuvimos que ensayar todo el repertorio de un concierto en un solo día, encerrados en el piso de arriba del teatro. Como no había nada que comer salí a comprar unos manís y volví con diez o quince cucuruchos de maní. Me comí unos cuantos y el resto los metí en el bolsillo de atrás del pantalón y ahí se quedaron.

Cuando ensayábamos la coreografía que había que hacer, los cucuruchos sobresalían del pantalón y todos los compañeros empezaron a decirme ¡eh, mira, Cucurucho, tienes Cucurucho, Cucurucho aquí, allá… Y así fue como se quedó ese seudónimo. Es muy común en Cuba que todos los pianistas tengan uno. Sino mira al propio abuelo Bebo, a Chucho, Melón, Caramelo y tantos otros…

MasJazz: Sin ánimo de ponernos muy serios, ¿cómo veis actualmente a la música como expresión de los movimientos sociales en esta generación?

Javier Colina: Todo eso ha cambiado. La música ha sido eso, pero desde hace muchos años es otra cosa desde que los ciclos no van de abajo a arriba, sino que van de arriba a abajo. Ahí es donde cambió todo. Ahora ya casi solo salen de arriba a abajo.

El concierto de este “cuarteto de tres”, con un lleno en la sala, lo volvió a hacer: conmover a la audiencia con el despliegue orquestal de Cucurucho y esa complicidad que crean los 3 entre ellos y con el público alrededor de los míticos temas que tocó el gran Bebo Valdés.

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