El pianista norteamericano Brad Mehldau presentó su último trabajo, Après Fauré, en el Festival de Jazz de Barcelona.
Texto y fotos: Teresa Bau
Escuchar a Brad Mehldau en directo es una experiencia casi mística. El viernes pasado, el pianista norteamericano dejó sin respiración al público que llenaba el Auditori de Barcelona, en una actuación incluída en el Festival de Jazz de la ciudad, evento en el cual había actuado previamente a dúo (con Joshua Redman primero y con Chris Thile después) y con su trío varias veces.
En esta ocasión presentaba en solitario su último trabajo, Après Fauré, publicado el año pasado como homenaje al compositor francés Gabriel Fauré, y a quien Mehldau ha querido reivindicar -en su época fue menospreciado por sus contemporáneos Debussy y Ravel-, con la reinterpretación de algunas de sus piezas. Una reinterpretación hermosa y jazzística como la que hizo con Bach en los discos After Bach y After Bach II.
En la primera parte Mehldau se centró en su último trabajo y alternó Fauré con composiciones propias. La delicadeza y sensibilidad de Mehldau cautivaron al público, que aplaudió con intensidad cada una de las piezas. La conexión entre el pianista y la audiencia fue inmediata y Brad agradeció “the good energy” que le llegaba desde las gradas. También pudimos escuchar unas cuantas piezas de sus discos sobre Bach, un autor que ha ejercido una gran influencia en el pianista de Florida, que tuvo una formación clásica antes de pasarse al jazz: “Bach ha sido una fuente de inspiración para muchos músicos de jazz. Era un compositor bastante bueno”, bromeó. Su reinterpretación de algunas de las Variaciones de Goldberg (“Variaciones de Brad de las Variaciones de Goldberg”, dijo al presentar la composición) provocaron uno de los momentos de más entusiasmo entre el público.
La creatividad de Mehldau también le ha llevado a reinterpretar clásicos de la música contemporánea, como hizo en el celebrado álbum Your mother should know, en donde versiona canciones de los Beatles. En Barcelona el pianista reinterpretó dos canciones de clásicos actuales: “Optimistic”, de Radiohead, pieza que presentó diciendo que el optimismo era “más necesario que nunca en estos tiempos inciertos”. Y realizó una mágica versión de Lithium, reinterpretando de forma maravillosa la magnífica canción de Nirvana.
Con una hora y media de concierto Mehldau había hechizado al Auditori. Realizó dos bises y salió a saludar una vez más. El público, en pie, no quería dejarle marchar.