Eduardo Coma desgrana el escenario de su “Violingrafía”

“La música popular que perdura es la que se convierte en clásica.”

Por Miguel Valenciano.

Eduardo Coma, violinista originario de Cuba y residente en nuestro país (Coruña actualmente) desde hace más de dos décadas, lanzó antes de verano Violingrafía (Cudbe Music 2018), un repaso a su medio siglo de vida, siempre vinculada a la música. Ahora, y tras haber presentado este nuevo trabajo en varios clubes nacionales, volvemos a acercarnos a este músico genial para desvelar los entresijos de este homenaje a la vida.

¿Qué tal ha sido recibido su nuevo disco “Violingrafía”?

Pues ciertamente, ha tenido una acogida muy positiva. Me han sorprendido tantos piropos… desde las personas más cercanas, familiares, amigos, compañeros de trabajo (es muy normal), hasta gente que controla y sabe criticar con criterio.

¿Cuál es el germen de este proyecto? ¿Cómo surge su concepción? ¿Cómo elige al equipo artístico (de altura) que le acompaña?

El germen de este proyecto es mi llegada a los 50 años y querer dejar plasmados esos 50 años en una especie de biografía musical, de ahí el nombre de Violingrafía.

Escoger los temas, la cronología de los mismos y qué contar fue probablemente lo más complicado. Dentro del CD hay un librito donde explico el porqué de cada tema, son solo 10 temas para 50 años… ¿son pocos, no?

En este trabajo cuento con la participación y colaboración de fabulosos músicos con los que también me une una

gran amistad. Con algunos coincidí en la época de estudiante en Camagüey, Cuba, y a otros los conozco de tocar juntos en diversos proyectos, pero lo más importante es la familiaridad y respeto que nos une: Paquito D´Rivera, Pepe Rivero, Dany Noel, Miguel Cabana, Raymond Arteaga, Gabriel Tanasescu, Sergio Delgado, Noelio Rey, Tony Gonzalez, Christian Delgado son los músicos con los que he grabado este trabajo y a los cuales les agradezco cada nota, cada sonido, cada momento.

En el disco descubrimos paisajes muy diversos. Dado el carácter biográfico de este trabajo, como su nombre manifiesta, ¿cómo han perfilado su música los diferentes lugares en los que ha vivido y desarrollado su trabajo?

Eso es algo que sucede sin uno darse cuenta, es la propia vida y el camino en ella el que hace que vayas recogiendo y guardando tus recuerdos. Al escribir la música y tocarla me venían a la mente esos momentos vividos en los cuales hubo todo tipo de sentimientos, pero sobre todo siempre estuvo la alegría, el placer y el compromiso de ser músico.

¿Considera la música un elemento fundamental para la cohesión de los vínculos entre los miembros de una comunidad? 

Si, por supuesto, la música es un idioma integrador y nunca excluyente. Con la música logras conversar sin decir una palabra. Es mportante  no entorpecer ni molestar al que expone; acompañar y escuchar, eso hace que surjan momentos mágicos en los que, sin darte cuenta, el tiempo pasa en un estudio de grabación. En él se recoge esa conversación respetuosa y cordial que es la música.

¿Cómo fue el tránsito del clásico a la música de carácter más popular? ¿O han coexistido desde siempre?

Realmente siempre tuve en casa la doble información, ya que de pequeñito mi madre me cuenta que, para que durmiera, me ponía en la radio una emisora que sólo transmitía música clásica, y parece que funcionaba. Allí empezó mi amor por esa música que después fui a estudiar a fondo en las distintas escuelas de Cuba, hasta licenciarme en el Instituto Superior de Arte de La Habana.  La música popular llegaba a casa casi todos los días, pues mi abuelo materno, al cual le dedico el último tema del disco, era bongosero en distintas agrupaciones de mi ciudad, y con alguna de ellas iba a ensayar a casa. Por eso creo que siempre han existido, y veo tan popular el Concierto 3 de Mozart, como tan clásico el  Son de la loma de Miguel Matamoros.

A pesar del carácter contemporáneo de su propuesta, su música suda tradición. ¿Cómo entiende usted ese concepto de “música popular” y su fusión? ¿Está la música popular en peligro de extinción?

La música la entiendo como un ser vivo que está en constante evolución, es como si cada persona fuese un estilo de música, pues te das cuenta que no todas las personas son iguales, no todas las personas tienen el mismo carácter, la misma educación, la misma visión de la vida, las mismas inquietudes, ni las mismas necesidades, y todos convivimos en este planeta. Esta reflexión llevada a la música se puede entender como la propia música popular y su fusión, por eso creo que no está en peligro de extinción, está en un momento de transición y evolución. La música fácil tiene una muerte prematura porque llega a aburrir y no te aporta cosas nuevas cada vez que la escuchas, de ahí que la música popular que perdura es la que se convierte en clásica.

¿Dónde podremos verle en directo próximamente, con este u otros proyectos?

Estamos trabajando en las propuestas de festivales y teatros que se han interesado en este trabajo, hemos presentado Violingrafía a diversos proyectos de giras y conciertos que saldrán a la luz más adelante.

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3 comentarios en «Eduardo Coma desgrana el escenario de su “Violingrafía”»

  1. Fuiste un gran músico con tu capacidad de reunir a tantos otros que nos disteis tantas alegrías. Tú disparicion es una perdida difícil de rellenar. Paco de Ponferrada.

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