Texto: Emiliano Volpi / Fotografías: Marcos Basanta
Matthieu Saglio, el chelista francés radicado en Valencia presentó su último álbum “El camino de los vientos” (2020), invitándonos a la escucha de esos vientos que circulan en distintas directrices para tomar algunos de ellos y descubrir los paisajes sonoros allí plasmados, recorriendo el mediterráneo desde Europa hasta Asia, de África a Oriente, paseando por los estilos musicales allí presentes: flamenco, jazz, bolero, clásico, ritmos africanos y las armonías árabes, confluyendo todos esos sonidos desde el violonchelo como instrumento y medio de expresión principal del compositor Saglio.
Esa diversidad de sonidos y estilos musicales da cuenta de la larga trayectoria de Saglio: desde sus estudios de música clásica, la conformación del grupo Jerez-Texas, su disco “Cello Solo”, el grupo Diouke, el proyecto Résonance, el grupo NES, entre otros, dando cabida a todas esas experiencias musicales en “El Camino de los Vientos”.
El álbum fue presentado el pasado viernes 27 en el Círculo de Bellas Artes, en un directo donde Saglio fue acompañado por Steve Shehan a la batería y la percusión, Christian Belhomme al piano y teclados y Léo Ullmann al violín. Una estupenda y desafiante adaptación al formato cuarteto del disco publicado en abril de este año el cual cuenta con una amplia participación de músicos de distintos lugares y largas trayectorias.
Con gran expectativa de volver a tocar y presentarse en directo ante un público deseoso de presenciar esta actuación, la “Sala de Columnas” completó su aforo respetando las medidas de distanciamiento que se requieren actualmente, mas no por este motivo dejar de tener esa sensación que nos transmitió lo que escuchamos y la oportunidad de presenciar nuevamente esta hermosa sala.
El violonchelista de “los mil acentos” nos saluda y a modo introductorio, ante las expectativas de escucha de su sonido y la infinidad de emociones que nos transmite su violonchelo, abre el concierto con el tema “Je Vous Salue”. En “Amanecer”, nos puso de manifiesto esa ventana por la cual echar un vistazo, contemplar la primera hora de la mañana y sujetarnos a esa melodía principal a modo de estribillo. No se hizo esperar el tema “Bolero Triste” que con excelente aceptación y escucha del público bien han adaptado aquel sonido de acordeón y la melodía que podría transportarnos al café parisino más cercano, o a un encuentro o llamada pendiente que no llega. Entre los acentos de Matthieu, encontramos uno de esperanza.
Llega el momento de “Metit”, cabe destacar la adaptabilidad en la ejecución del violonchelo tanto el toque con arco como a modo de contrabajo, su versatilidad. La interpretación del tema “Metit” (“pena”, “sufrimiento”, en idioma Wólof) tiene relevante importancia en la grabación del disco, ya que participan sus tres hijos en los coros y Abdoulaye N’Diaye en la voz principal quien pone de manifiesto la situación de las personas del África. Si bien ellos no han participado de la actuación en directo, el cuarteto ha adaptado de manera excelente las voces del coro y la interpretación del cantante y korista senegalés transportada por los quejidos y lamentos del violonchelo, con un fantástico acompañamiento jazzístico por parte de Steve en batería y de Christian al piano. La “Sala de Columnas” se transforma en templo con “Atman” (“alma”) y sus sonidos hindúes, sugiriendo una invitación a la contemplación y escucha que viaja por el aire.
A continuación le siguió “Caravelle”, con un atrapante aire clásico y jazzístico, comenzando con la percusión y acompañamiento del piano para dar lugar a la melodía del violonchelo. Un cruce rítmico que podríamos encontrar en Ravel como en Brubeck. Con público de diferentes edades, desde personas mayores, parejas, familias, quienes se ponían más inquietos acompañando algún tema con movimientos tímidos de cabeza, pies danzantes siguiendo el ritmo, personas más cómodas reclinadas sobre el respaldo del asiento, una variedad de gestos agradables que se hacían presentes durante la actuación.
En “Sur Le Chemin” (“En el Camino”), escuchamos un toque de violonchelo stacatto con una melodía de violín de Léo Ullmann además de su destacable solo, un vuelo como el viento.
Antes de dar lugar al siguiente tema, Matthieu comenta la importancia que ha tenido “El abrazo” dentro del disco ya que antes de fallecer su abuelo, él estuvo tocando allí en la sala de hospital habiendo dado el último abrazo, dándole inspiración así a grabar este tema que ha mencionado oportuno en estos tiempos de confinamiento y distanciamiento y la falta que nos hace en dar y recibir un abrazo. La repetitiva línea melódica de bajo tocada con arco del violonchelo da lugar a la melodía del violín de Léo Ullmann que pone al público atento, en una mezcla de emoción melancólica y buenos recuerdos expresados en esa pieza.
Se hizo presente además el tema “All Blues” de Miles Davis, un momento de disfrute y relaje que se notó en los músicos, dando espacio a improvisaciones que no tuvieron lugar en el resto del recital. Seguidamente suena “Las sirenas”, un viaje imaginario por las profundidades del océano entre mito y realidad cual nos ha sumergido en una escucha placentera.
Cerrando el concierto llegó “L’appel Du Muezzin” (“La llamada del Muecín”) pieza inspirada en la llamada a la oración, en la que el violonchelo exhala ese divino aliento. El acompañamiento de los demás músicos hizo que finalizara el tema de una forma vibrante y rítmicamente excitante. Llegado el momento del bis, después de los ininterrumpidos aplausos por parte del público, se despidieron con “Petite Danse”, en la que Saglio comparte composición y grabación con José “El Piru”, una invitación al baile de aire flamenco y así concluir con el tema “Berceuse”, un arropamiento para mecer todas las sensaciones que nos ha dejado “El Camino de los vientos”.
Una larga fila se hacía esperar al finalizar el concierto y salir de la sala para adquirir el disco en formato físico y tener una dedicatoria por parte de los músicos.
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