Texto: Miguel García Urbani (Mendoza – Argentina)
El sello Piano and Coffee records pone a consideración un trabajo de vanguardia creado a la distancia, entre Barcelona y Brooklyn, durante el largo confinamiento de la primera ola de la Pandemia. Michael Sarian y Olec Mün, amigos de una infancia argentina, hoy dispersos por el mundo, aciertan en la búsqueda detallada del EP Makara, inspirándose no solo en el temor por lo desconocido que nos rodeaba y aislaba, sino también en el desafío de seguir creando a pesar de cualquier amenaza. Makara es el nombre de un monstruo marino de la mitología hindú, y desde hoy también es el título de una experiencia artística que encuentra fervor en los detalles.
Makara es un trabajo musical fuera del tiempo, donde los artificios electrónicos son la cuerda profunda de la construcción y no el ornato principal. Es música que parte del espíritu del jazz, si es que alguien puede definir ese concepto escurridizo, y se zambulle en una búsqueda de texturas y estados de ánimo que no ocultan ninguna desnudez. La imaginación está allí, la sombra de un océano entero parece no pesar nada en ciertos momentos donde la comunicación entre Olec Mün y Michael Sarian es realmente virtuosa.
El jazz narrativo de Michael Sarian
El 2020, plagado de malas noticias, trajo una buena nueva maravillosa, el disco New Aurora, de Michael Sarian. A poco andar el 2021, me llegó del propio Michael el enlace para considerar un nuevo trabajo suyo, esta vez con el tecladista Olec Mün. Desde el primer tema del EP pude identificar el jazz narrativo del flugel de Sarian, quien ha encontrado en ese instrumento el modo de decir lo que busca, nota por nota, hasta les diría que palabra por palabra.
Sarian es un trompetista que halló una de sus voces más frescas y conmovedoras en el flugel, un instrumento que le fue señalado por el productor de su anterior disco, Luis Bacque, y en cuyos estudios fue grabado New Aurora y editado por el sello ears & eyes.
Canadiense de nacimiento, fue criado en la Argentina y desde hace algo menos de una década vive, trabaja y estudia en Nueva York, donde se ha hecho espacio gracias a su creativo modo de afrontar el jazz y las fusiones.
Makara, esta colaboración con su amigo de infancia Olec Mün, se produjo durante la primera ola de este desconcierto mundial que llamamos pandemia, en donde lo más seguro era la falta de certezas. Insisto en hablar en pasado más como un acto de fe más que como una previsión sobre lo que nos queda por vivir.
Con una distancia oceánica entre Brooklyn y Barcelona empezaron a viajar las maquetas y las grabaciones de prueba hasta que la idea central, el concepto y el sonido de Makara lograron viajar a las profundidades y rescatar cada uno de los temas.
Donde nada tiene nombre
Es inevitable sentir de un modo físico cómo el flugel, la trompeta y los sintetizadores describen con simpleza la complejidad de un mundo mítico, el universo de aguas profundas que habita Makara en la mitología hindú. Una bestia múltiple, un monstruo de buena fama formado por la unión de varios animales. Garras de león, plumas de pavo real en la cola, fuertes y sonoras mandíbulas de cocodrilo, colmillos de jabalí, todo esto extrañamente coronado por pequeñas orejas de ratón y cuatro brazos como para ejecutar dos instrumentos a un tiempo.
Sarian y Olec Mün, devotos de Makara durante el confinamiento, se echaron a la distancia a lomos de su bestia que nos hace abrir los ojos y los oídos. Es un verdadero recorrido de aguas profundas, allí donde “nada tiene nombre”, al decir de la poeta Ana Teresa Fabani. Es necesario entonces nombrar, bautizar y reconocer.
Cada segundo de los 20 minutos que dura el EP, que recomiendo escuchar a resguardo de cualquier distracción terrestre, es una experiencia distinta, en una turbiedad que nos permite reconocer la construcción del artista, solo cuando estamos lo suficientemente cerca como para palparla.
Olec Mün, una nostalgia vibrante
Soy un feliz oyente primerizo de mi compatriota Olëc Mun, argentino residente en Barcelona, quien me ha sorprendido con tu tacto del tempo, que a lo largo de toda la obra jamás nos deja a un costado y va al ritmo de nuestra imaginación. Acaso con ese truco gardeliano de adelantarse una milésima de paso para sugerirnos el camino y hacernos cómplices de lo que sucede en la música; trucos de los creadores que saben incluirnos en su universo a los pocos segundos de dar el play.
Como les sucederá a ustedes, inmediatamente me dispuse a escuchar más de Olec Mün y me dejé acompañar por los hermosos temas de su disco Reconciliation, que en 2020 editó Lady Blunt Records. Recomiendo de ese disco saborear la amarga dulzura de Exile, una obra breve donde se puede sentir la vibración vital y nostálgica de ese lugar del mundo, de hijos de emigrados que a su vez emigran, que es la Argentina.
Es discípulo de notables maestras y maestros musicales, entre ellos Nicolás Guerschberg quien le ha sugerido seguramente ese sentido estético de barrio suburbano a las siete de la tarde, nostálgico, natural, bellamente mohoso, detrás del cual también se adivinan influencias como las del genial Gerardo Gandini.
A finales de la década anterior Olec Mün apareció con el EP Septenio, donde ya asoman claras algunas ideas que ahora se plasman completamente en Makara, aunque con un manejo del ritmo de menor intensidad interior del que se siente en el nuevo trabajo que sale hoy a la luz. Me quedan aún las resonancias dramáticas y ascendentes del tema Faltás vos, de Septenio, que tiene la voz y la sombra fresca de una catedral vacía.
Para coleccionistas
La modalidad de publicación de Makara ha rescatado la manera en la que los escritores y editores se reunían para hacer sus brevísimas y exclusivas ediciones de bibliófilo. Una pequeña cantidad de 50 o 100 ejemplares, firmados, dedicados y numerados y luego una edición masiva al alcance de todo el mundo, si es que ese mundo exterior, por ventura, se dignaba a comprar y leer ciertas obras.
Ese modo de ponerse en mano de los lectores era frecuentado por artistas del porte de Jorge Luis Borges, junto a la exquisita imprenta manual y artesanal de Francisco Colombo, todo esto siempre con el agregado de magníficas ilustraciones especialmente realizadas, ediciones que hoy cotizan en miles de euros la pieza, pero que entonces eran solo una tabla de salvación para los escritores. De ese modo se lograba un mínimo y rápido retorno económico, al tiempo que se abrían las puertas para posibles lectores que recurrirían a los kioscos y las librerías.
Makara, de Sarian y Mün, tiene una edición física de 50 ejemplares y luego un océano de probabilidades en la versión digital disponible desde el pasado viernes 5. Vemos como los viejos recursos de supervivencia de los artistas son recuperados en estos tiempos complejos.
Puedes escuchar y conseguir una copia física de Makara visitando la pagina de Piano & Coffee Records
2 comentarios en «Makara, fusión de aguas profundas»
Me ha sentado muy bien este artículo de, exquisita belleza conectora, poética y de actualidad prometedora.
Felicito a los artistas, escritor incluido.
Saludos desde Barcelona, de una mendocina artista.
Pamela Lozano Arte
Buen artículo. Escucharé las recomendaciones.