Wanderlust, de Patricia López: historias de viaje y otras intimidades

©Diseño de Noelia Lago y fotografía de Patricia López
©Sebastián Ozer & Varinia Fredes

Texto: Miguel García Urbani

En 2021 apareció el primer disco de una intérprete y compositora que basa la fortaleza de su discurso en la mesura y el buen gusto de cada nota, puestas a lo largo de la obra como en un itinerario. Nadie podrá encontrar una demasía en los siete temas de Wanderlust , que se despliega con el cuidado de una edición príncipe, delicada entre las manos pero muy potente en el concepto. La pasión por viajar de Patricia López se puede disfrutar en fotografías sonoras que iremos analizando una a una. El recorrido comienza ahora mismo.

De este lado del Río de la Plata y muy al oeste de la Argentina, en Mendoza, donde se redacta la crónica para esta revista, vemos los prodigios culturales que suceden en la República Oriental del Uruguay con una devoción que nunca deja de ser cierta. El milagro de la belleza siempre anida, crece y vuela desde el entrañable paisito, como los mismos uruguayos denominan con ternura a su país.

Por eso no hay sorpresa en la aparición del disco de la saxofonista y flautista uruguaya Patricia López, pero si hay una zozobra feliz ante la llegada de una muy buena noticia: Wanderlust es el primer álbum de esta artista que en siete temas deja muy en claro que maneja el mundo de las texturas.

El disco fue grabado en 2019 en el Octógono Estudio de Montevideo y maduró hasta 2021, a todo lo ancho de la pandemia, para llegar con sus climas misteriosamente turbios hasta nosotros. En realidad, seguramente la artista, pendiente de cada detalle como suelen estar los músicos de jazz (¿se pierden la mejor parte?), atenta a los dobleces y las piezas, advirtió solo en parte la bruma poética que habita y rodea cada una de las siete obras de Wanderlust.

Un álbum de fotos

Y como nada es lo que parece, afortunadamente, les propongo deshacernos de lo aparente y trastocar las intenciones de la artista al dar una coherencia a su trabajo. Mejor empecemos por el final: Enegrama es el último tema, me parece una magnífica puerta de entrada para ir fortalecidos y frescos al resto del disco. Hay algo evidente allí, una claridad de nuevos tiempos con el sustento de toda una tradición.

Patricia, con sus toques de flauta -que parece dejar en el plano de las frases célebres y breves-, le da sentido a un ritmo que se va volviendo melodía poco a poco. Es un juego inicial entre ventarrón de contrabajo y susurro, que lentamente recibe a la percusión y la guitarra. El resto se resuelve con la soltura de una charla de amigos que disfrutan de sus propios códigos y se hermanan en la ironía.

El sexto tema hace honor a su nombre La comparación porque es inevitable parangonarla inmediatamente con temas de jazz y fusiones de los 70’ con bajo caminante y felicidades extra a cargo de improvisaciones de guitarra y un clima muy bien sostenido en la flauta por Patricia, que brilla melódicamente, especialmente en el minuto final.

©Diseño de Noelia Lago y fotografía de Patricia López

Vida y obra

Ignoro si este disco fue grabado al unísono en el estudio, a un tiempo y todos de una vez, como suele hacerse en las obras que a los legos nos transmiten una vida inexplicable, vida ausente en esos trabajos que se arman parte por parte, como un puzle al que no se le ve las junturas, pero en los que se presume hay algo que va en dirección contraria de la música. Lo digo porque los músicos y los ingenieros de estudio, más la opinión de tres o cuatro asomados, suelen arruinar obras con demasiada edición y mezcla. El resultado a veces es brillante, pero no transmiten más que ese reflejo, con el que hay que conformarse. En Wanderlust no se notan las costuras, si es que las tiene, porque en buena parte del viaje nos emocionamos con ese turbio concepto del que les hablaba al principio.

Se asocian en la alquimia Ian Elizondo, al contrabajo, destacadísimo a la hora de golpearnos las puertas de los sentidos; Damián Taveira en la batería, quien acaso haya reservado los golpes justos, sobrantes de un antiguo exceso tal vez, para ponerlos en la geometría de este disco. Rondando, merodeando, pero cuidándose de dejar siempre el protagonismo a la vientista, está la guitarra de Manu Ojeda. Un personal joven, afecto a la mesura, que comprende muy bien el plan de Patricia López.

Una caminata

Seguimos el recorrido inverso de Wanderlust y nos detenemos un poco en el quinto tema, Cosechar la siembra (que pueden oír libremente en la web de la artista, www.patricialopezweb.com y en el resto de las plataformas musicales).

Cosechar la siembra comienza con una batería muy narrativa, con cuatro o cinco flashes de platillo, para recibir la primera frase de Patricia, con su insistente melancolía que recae sobre la guitarra y el contrabajo. Justo en el centro del tema, antes de la segunda aparición del saxo, podemos disfrutar de un paisaje muy bien pintado entre batería, contrabajo y guitarra, que nos abre el camino hacia el quinto minuto con la cabeza llena de imágenes.

No hay pirotecnia, excesos, escalas acrobáticas ni sobreagudos. La invitación de Patricia es a una caminata por Montevideo, ustedes eligen la hora, ella les contará pausadamente sus historias.

Fake fade

Pasamos la mitad del camino hacia el inicio y aquí está el tema que demoró la entrega de esta reseña, porque mis metáforas, pobres de por sí, no llegaron a mis manos para figurar las escalas ascendentes y picaditas del saxo, rodeadas de comentarios mordaces del resto de los músicos ¿qué nos cuenta Patricia en este tema? Se llama Organic place, hay vientos más frescos aquí, y un discurso algo más alto que se va trenzando y destrenzando, como la cabellera negra de la ejecutante del saxo.

Hay unas notas más dolientes al final, que no se dejan ver del todo porque el baterista ha puesto una cortina de lado a lado, con sonidos altos. Esperamos que al final algo se trasluzca, pero el baterista es un pudoroso protector de los secretos hasta el final del tema. Hagan el intento ustedes, tal vez yo quiera ver más de lo que se muestra.

©Sebastián Ozer & Varinia Fredes

Súper 8

Música para ver es el tercer tema y aquí Patricia le da la razón a nuestras sospechas, todo esto es asunto de colores y movimientos, es un rollo de vinilo que sale de la boca del saxo cuadro por cuadro. Solo hay que apagar la luz y ver la proyección. Recuerdo que al oírlo aparecieron fotos familiares y campos verdes que jamás visité; un gabán negro, una mañana gris y el perfil de un hombre que pasa fumando por las calles de una ciudad que puede ser Montevideo.

Un par de unísonos de saxo y guitarra proyectan en Súper 8 imágenes de unas vacaciones de la infancia y una nena que mira a cámara sin sonreír.  Al final todo se diluye en un fade, una pena, hubiese querido que me contaran algo más de la historia. Prefiero los finales abruptos a los narradores que se van así, sin riesgo.

Así, Desestructuradamente, llegamos al tema dos, el penúltimo de nuestro recorrido. Es distinto al resto, el saxo de Patricia López se derrama con mayor soltura, con menos carga narrativa, aunque hay dos o tres encuentros entre los graves del saxo y la percusión que nos siguen hablando con el mismo acento que en los temas que hemos escuchado hasta este momento.

Al final, que es el principio, nos damos cuenta de que hemos caminado en círculos, hasta formar una esfera visible y palpable, que es el resultado estético de Wanderlust.

Check – out / Check – in

El tema uno, el final de nuestro recorrido, es un banquete de notas largas, algunas con su necesario quejido y gorgoteo, para recordarnos que esto es jazz y que hay un paisaje rioplatense detrás suyo, un paisaje que tiende al gris, donde se puede ver a una artista trajinando la vida con su arte, entrando y saliendo de clases particulares, luburando, dándole sentido con su saxo a alguna reunión anodina, y finalmente, en el centro, está ella aún más visible, con una seriedad humana que conmueve, mostrando su primer disco, su propio plan, tejido diariamente con manos de mujer al punto cruz de los sonidos y los silencios.

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15 comentarios en «Wanderlust, de Patricia López: historias de viaje y otras intimidades»

  1. Cuando la música se deja sentir y “contactar”. Ahí está la magia descriptiva de Miguel García Urbani, que no hace más que reflejar la exquisita intensidad artística de la otra magia: la de una saxofonista y flautista que al decir del autor, hace de la belleza un milagro, de las fotografías sonidos, de lo que se oye un mundo de texturas. Espléndida narración de un maravilloso acto artístico gestado en Patricia López. Edgardo Z.

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  2. Sólo Miguel García Urbani puede ilustrar de manera tan descriptivamente clara una melodía. Siempre tan exquisito relato, una mirada profunda y admiración por la música.
    Andrés Robles

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  3. Hermosa la referencia y la difusión de un material tan contemporaneo que hace sonar la noche del Río de la Plata como las orillas del Missisippi. Excelente recomendación Miguel.

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  4. La verdad que el análisis es tan atrapante como el disco. Se nota que García Urbani ha revisado a conciencia cada canción. Excelente nota.

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  5. Escuche algunos temas, una caricia para el Alma, falto más. Miguel, como siempre nos lleva más allá, nos guía por ese camino que a veces olvidamos, simplemente la palabra justa desde el alma

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  6. Nunca pensé que podría “escuchar” un disco leyendo un artículo, pero con la maravillosa. pluma de Miguel todo es posible. Lo escucho en breve, seguro me va a gustar.

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  7. Gracias Miguel por regalarnos el momento de entrar en el mundo del arte y la cultura Como siempre te aplaudo y deseo mas exitos.

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  8. Cuando Miguel García Urbano nos describe o narra ,no importa cuál sea el tema ,de inmediata nos despierta interés. Su entusiasmo y su forma tan profunda de analizar las cosas te llevan inmediatamente a querer investigar màs, como es el caso de esta saxofonista y su obra,a la que no conocìa ,pero tan maravillosamente bien nos la ha mostrado..

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