Texto: Federico Ocaña / Fotografías: Nikola Stankovic / ACT Music Group
La Nils Landgren Funk Unit es una de esas bandas que no engaña. Al trombonista sueco Nils Landgren le acompañan, desde hace años, un trombón rojo y un estilo propio. Su seña de identidad, el trombón, se ha fusionado casi con su identidad: “el hombre del trombón rojo”. Su instrumento, peculiarmente coloreado, cubre la superficie de la carátula del álbum que nos ocupa: “Funk is my Religion” (ACT, 2021). Este mismo motivo extra-musical podría servirnos para definir el estilo de Landgren; nos referimos a la energía y el desparpajo de Andy Warhol, inspirador de esta portada, que proviene de un borrador de Warhol para un imaginario disco de Billie Holiday.
En el sonido Landgren encontramos resonancias jazz, rock, soul, pop… La lista de referentes y músicos con los que ha trabajo Landgren habla por sí sola y nos puede servir para hacernos una idea de lo que podemos escuchar en cualquiera de los más de diez álbumes con su Funk Unit o en los innumerables trabajos en colaboración con otros músicos de ABBA, The Crusaders, Eddie Harris, Airto Moreira, Herbie Hancock, James Brown, Maceo Parker…
Pero, sobre todo, funk. Aunque no apareciera en el nombre, aunque no apareciera en el título del álbum, aunque no apareciera en la mayoría de los títulos de los temas, el jazz, o mejor, digamos, la música que ofrece la NLFU tiene “licencia para el funk”: una música fresca, festiva, que no agota las posibilidades de su estilo después de la friolera de más de dos décadas y diez álbumes de trayectoria. Ocurre con la música concebida para ser bailada, celebrada, que el propio músico se exige esa frescura de la que hablábamos. Por eso cada dos o tres años la NLFU no falla a su cita con los estudios de grabación. Por eso la cohesión de Magnum Coltrane Price, bajo, Jonas Wall, saxo tenor, Andy Pfeiler, guitarra, Petter Bergander, teclados, y Robert Ikiz, batería, con Landgren.
Es la unión de quien se nota que disfruta tocando con otros. Incluso cuando los primeros temas no deslumbran por su agitación. Con “Amanda”, un tema de ritmo lento, con un bajo más que destacable, y “Anyway You Want It”, con las primeras intervenciones vocales y un esplándido solo de Landgren, el grupo va in crescendo y alcanza en “See Ya in Court” y “Funk is My Religion” el cénit del disco, con permiso de “Play Funk” o “Another Funk”, por ejemplo. En “See Ya in Court”, una larga y ácida exposición deja paso a solos de saxo y guitarra, mientras que en “Funk is My Religion” el protagonismo vuelve a ser coral, nunca mejor dicho, porque la banda y Landgren se entienden tanto o mejor como vocalista y coro que como solista y acompañantes.
El álbum está plagado de temas de llenos de funk, pero de un funk pasado por el soul y el groove, como “ES in Memoriam”, dedicado a su compatriota Esbjörn Svensson, o “Brand New Funk” -o en “Kamala”, por ejemplo, incluso con una huella afrobeat en el rasgado de la guitarra. Tomando en cuenta incluso estos dos momentos de relajación se percibe que la finalidad de esta música no es sumergirnos en un mar de cavilaciones. En “Doin’ It for the People” y “NLFU Will Never Stop” declaran abiertamente su vocación de hacer disfrutar con la música, para lo cual “lucharán y nunca se rendirán”.
Son todos ellos temas pegadizos, con Landgren ejerciendo de vocalista nada improvisado, con la “unidad” de músicos alternando suavidad y calidez, presentes como decíamos en los primeros compases del disco, con momentos de éxtasis funk – no en vano, el funk es para ellos una “religión”. Es, en conclusión, un disco que merece la escucha, pero casi más el baile, el dejarse ir en sus secciones lentas tanto como en las rápidas, porque el buen funk tiene que ser bailable, y este lo es.
Cuando no acostumbramos a escuchar discos de más de una hora de duración, la NLFU nos presenta esta selección de quince temas extraídos del corazón del jazz de los años 70. Con alma y ritmo renovados, porque de otra manera no sería posible sostener su 11º álbum, con un funk siempre nuevo, de estreno, como ese trombón que brilla rojo desde los escenarios hasta nuestra casa. Puro disfrute.