En 1998, momento el que apareció el primer número de la revista Mas Jazz, Piano Solo, el disco de Chano Domínguez, estaba de actualidad.
En ese primer número se publico un artículo que reproducimos aquí, en el que el propio Chano nos hablaba sobre su disco.
Por Chano Domínguez
‘Este disco creo que es la entrega más desnuda de todos los trabajos que he hecho hasta ahora. Mi primer concierto a piano solo fue en el 93, dentro de los conciertos de invierno de la Universidad de Cádiz. Me lo propuso el organizador, Salvador Catalán, y lo primero que pensé es: yo no soy capaz de entretener al público durante una hora. Pero por otro lado me picó el reto de decir: me voy a preparar un repertorio y voy a enfrentarme a eso. Para mí era un reto muy grande y una aventura, que es lo que a mí me gusta. Me pican y… ¿sabes?… voy par allá. Y ahí empieza la historia. Porque en ese primer concierto, veía que el público no se iba, que aplaudía al final de los temas… Me di cuenta de que era un campo que tenía que afrontar, que me vendría bien y que aprendería muchísimo. De hecho, creo que desde ese concierto del 93 hasta la salida de este disco doble he aprendido bastante en este camino del piano solo; sobre todo, lo que no debo tocar.
Con este disco lo único que pretendo es que queden registrados cuatro años de algunos conciertos de piano solo que he dado por todo el país, resumidos en esta sesión del 20 de julio del 97 en el Café Central de Madrid.
Grabé tres noches, viernes, sábado y domingo, con la idea de escoger las tomas que más me gustaran de cada día, pero al final lo que más me gustaba era los conciertos enteros y pensé que el domingo era el día que había tocado menos malamente. Pienso que cada día tiene algo diferente, una atmósfera, una unidad, e interrumpir un desarrollo para meter una toma de otra noche cortaba la sesión. Para mí se notaba que eran sesiones diferentes y no me gustaba el efecto. Por eso decidí sacar la sesión completa del día 20.
Por otro lado, lo que hay en el disco son versiones de algunos temas míos de los discos anteriores, versiones de algunos standars y un tema nuevo, que es el bis del concierto, Naranja y canela (que es un tipo de té que está riquísimo) que no había grabado nunca.
En el disco sale a relucir Bill Evans, en el tema Hullo Bollinas, que es de Steve Swallow, pero que Evans lo hizo casi suyo. Es como esa marca que hay en todos mis discos, la referencia a Evans, que, al fin y al cabo, es la marca de tres años enteros escuchando exclusivamente a este genial músico.
Este disco es el “solo ante el peligro”, no tengo el respaldo de nadie y tengo que mirar hacia adentro, y tratar de estar muy al compás conmigo mismo. Creo que es una experiencia muy interesante la que se produce cuando estás tú frente al público, y cómo afrontas eso, y la energía -da igual que haya tres personas que treinta- que se produce. Yo creo que es lo que te da la capacidad y la fuerza de hacer algo.
Cuando estás solo en tu casa, practicas, aprendes, estudias, pero es cuando lo compartes con los demás cuando existe realmente. Eso es para mí lo especial del concierto a piano solo. Porque cuando tocas en trío o en cuarteto, o como sea, también compartes con el público pero también tienes el apoyo de los compañeros, y también compartes con ellos la energía que se recibe. En Piano solo necesitas al público como sustento.
Creo, como decía al principio, que es la forma más cruda de mostrarme con lo que me gusta hacer.
Este disco se ha hecho con la ayuda de amigos que cedieron material como Pedro Baselga, del estudio Infinity, y el patrocinio de Grotian y Steinway, que cedieron el piano para la grabación. Y quiero agradecer la colaboración del público que asistió y del personal de plantilla del Café Central, que pusieron todo el calor… y las copitas’.