Chris Potter sale de casa con su nuevo álbum Sunrise Reprise

 

James Francies, Chris Potter & Eric Harland ©Dave Stapleton

Texto: Rudy de Juana

Cuando en lo peor de la pandemia, Chris Potter lanzó There’s a Tide, grabado íntegramente en su estudio casero, descubrimos a un músico que no nos esperábamos. En el que ha sido uno de los álbumes más interesantes del año pasado, Potter no solo demostraba que seguía siendo uno de los grandes maestros del saxo, sino que si hubiera querido, también podría haber llegado lejos con el piano. Por si fuera poco, también nos mostraba su enorme talento para componer y ejecutar, ya que se encargó de escribir y grabar los arreglos de los 14 instrumentos que escuchamos. Casi nada.

Pero la vez que este “hombre orquesta” grababa toda una “sinfonía” sin salir de casa, se embarcaba en la grabación de “Sunrise Reprise”, su segundo álbum de estudio junto al pianista James  Francies y el batería Eric Harland, con los que ya había colaborado en “Circuits” (2019) y el tercero para el sello británico Edition Records.

Pese a haber sido grabados de forma casi paralela, los dos álbumes tienen pocas similitudes. Y es que si en “There’s a tide” lo que encontramos son composiciones multi-instrumentales pero que apuestan por eso de que menos es más, en “Sunrise Reprise” Potter juega con la otra cara de la moneda, ofreciendo cinco temas expansivos e infinitos, especialmente el último de ellos, Nowhere, Now Here/Sunrise Repriseque se extiende durante casi 25 minutos…de pasajes meditativos, ritmos ásperos, efectos etéreos que quedan como suspendidos en el tema y solos vertiginosos.

Y si para bien o para mal en su disco en solitario, Potter es capaz de llevar su imaginación al límite que le imponían las circunstancias, en este se agradece contar con los contrapesos que ofrecen Francies y Harland, sin que necesariamente sea el saxo inglés el que cargue con todo el peso del álbum a sus espaldas. Más bien al contrario, el disco se siente como un trabajo coral y bien equilibrado.

Arranca este disco de forma misteriosa. “Sunrise and Joshua Trees” llega cargado de efectos electrónicos, seguidos de un Potter que de forma sutil, casi en “sotto voce”, presenta un paisaje extraño, un mundo deshabitado que solo entra en calor cuando al tema llegan de forma plena el reto de instrumentos.

“Southbound”, el single que lo promociona,  es una composición que se desenvuelve igualmente a intervalos y solos de saxo, en los que Potter recoge cada frase anterior para llevarla siempre un poquito más lejos, como si quisiera empujarla a lo largo del tema, para después ponerse en manos del Hammond de Francies que lo lleva hacia un horizonte difuminado.

“Serpentine” es desde luego un tema más movido y alegre, aunque también con un toque nostálgico que nos hace pensar en las sintonías de los concursos televisivos de los años 70 y 80 y en el que el Potter más “desatado” del disco se deja acompañar a toda velocidad por un Harland que demuestra estar a la altura del duelo en todo momento. “The Peanut” en cambio es mucho más sostenido; en muchos aspectos recuerda al trabajo que este trío ya entregara en “Circuits” y por primera vez, escuchamos el piano más clásico.

Lo mejor del álbum es que es un disco que se reconoce de forma instantánea: es un disco de Chris Potter. Y esto implica casi siempre dos cosas: un alto grado de sofisticación (tal vez solo “Peanuts” escapa a esa definición) y una factura impecable. También, y como ocurre con Potter en los últimos años, “Sunrise Reprise” es un trabajo con el que cuesta conectar a nivel emocional, tal vez excesivamente frío, salvo en pasajes y momentos puntuales.

Sunrise Reprise se publicara el próximo 14 de mayo, pero puedes escucharlo y reservar tu ejemplar en este enlace

 

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