Texto & fotografías: Adrián Besada
Este 2021 hace cuarenta años que abrió sus puertas el emblemático Jazz Filloa de A Coruña. Este pequeño templo del jazz vio pasar a muchas de las grandes figuras del jazz nacional e internacional desde que comenzó su actividad, sin embargo, resulta especialmente interesante por haber sido el lugar que ha visto crecer al primer grupo gallego de jazz, Clunia.
La formación siempre contó con sus miembros fundadores, Nani García al piano, Baldo Martínez al contrabajo y Fernando Llorca a la batería, además de diferentes músicos que tocaron a su lado, como el mítico saxofonista de Betanzos, Antonio Cal “Purriño”, así como Javier Escaned, Miguel Ogando, Jorge Pardo, entre otros. De esta forma, a lo largo de los años 80’ y en siempre en formato de cuarteto, cosechó diferentes éxitos en festivales de jazz, ganando el premio a mejor grupo en el Festival de jazz de San Sebastián y tocando junto músicos como Wynton Marsalis o Tete Montoliu.
Para celebrar el aniversario del grupo y del ya mencionado Filloa se celebró el pasado mes de abril un concierto conmemorativo en un abarrotado teatro Colón en A Coruña. Antes de la actuación hablamos con Nani García sobre la trayectoria del grupo, la evolución del jazz en Galicia y el reencuentro de la banda.
¿Cómo surge la idea de volver a juntaros después de tantos años?
La idea fue del Filloa. La verdad es que fue una oportunidad que se dio por unas buenas circunstancias, el hecho de hacerlo en el teatro Colón hizo que tomase otra dimensión, además de hacerlo coincidir con el día internacional del jazz, simplemente fue un buen momento. Además, como cualquier músico al que le preguntes, todos teníamos muchas ganas de tocar después de tanto tiempo parados.
Sois un grupo pionero en el jazz gallego, ¿cuál es vuestra perspectiva de la evolución, musicalmente, desde los años 80, desde que vosotros empezasteis?
Ha evolucionado mucho, hasta el punto de que no tiene nada que ver lo que había antes con lo que hay ahora, es un antes y un después, sobre todo respecto a la educación. Cuando salí de este país en el año 78’ para estudiar musicología, que era una disciplina que todavía no existía por aquí, pude ver la gran diferencia en el ámbito musical, me refiero a lo que había fuera de España y lo que vivíamos aquí, eran realidades completamente diferentes.
Entonces, la realidad de Clunia es que éramos un grupo autodidacta que nos fuimos abriendo camino muy poco a poco. Creo que realmente sí que fuimos una primera generación, a excepción de músicos como Cal (Antonio). La diferencia es que eran músicos que no llegaron a crear una escena porque no había un movimiento como para ello, esta se forma con Clunia y otros músicos como Alberto Conde, que fue un pionero en Galicia en cuanto a docencia en aquellos años, pues había estudiado en Estados Unidos y realizado estudios musicales, cosa que muy poca gente había hecho por aquí.
El cambio principal es este, la educación y el hecho de que los músicos tuvieran la oportunidad de salir a otros países, que fue algo que se notó mucho, sobre todo, a finales de los 90’. Si nos ponemos a valorar si esto es mejor o peor, obviamente la primera, es algo muy positivo. Ahora bien, como en cualquier disciplina artística el talento viene por separado y hay mil factores que afectan a los artistas. Pero que están más formados y preparados es innegable, hay un cambio cualitativo.
Por aquél entonces no había tantas facilidades en cuanto a información, discos, material para aprender, ¿a qué se debió el interés por el jazz y cómo acabasteis tocando juntos?
Por esa época fue debido a intereses comunes. Escuchábamos mucho a Chick Corea y la fusión, después cada uno tiene su historia personal, pero la evolución creo que fue parecida. Personalmente el tránsito fue desde el pop español, me fui abriendo paso hasta llegar a la música americana de grupos de blues, rock progresivo, fusión, etc. y fui avanzando un poco en ese sentido. Cuando me fui a Suecia tuve un contacto más directo con el jazz y al volver a España ya me encontré con Fernando y Baldo, que habían sufrido una evolución parecida. En ese momento estaba muy de moda Steps Ahead, Chick Corea y gente de esta onda, nosotros queríamos hacer algo en esa onda. Poco a poco le dimos forma al proyecto y nos dimos cuenta de que si queríamos tocar jazz teníamos que ir a los inicios también, entonces introdujimos el bebop, hardbop, cool, etc. hasta que definimos un poco el estilo del grupo que es un poco una mezcla de todo esto.
Clunia parte de un proyecto del año 81’ que se llamaba Filloa express, es innegable que este local es, por así decirlo, la cuna del jazz en Galicia, cuéntanos un poco el vínculo con el Filloa y cómo creéis que ha influido en el desarrollo del jazz gallego.
Bueno, más o menos, Filloa Express fue un proyecto que tenía como principales instigadores a Antonio Ferreiro, uno de los dueños del Filloa, así como a Fito Ares y alguno más. Tanto Clunia como Filloa Express eran grupos satélites, giraban alrededor del local y tocaban mucho allí, pero bueno, Filloa Express era una banda grande y su trayectoria fue diferente a la nuestra.
En cuanto al local, al Jazz Filloa, creo que fue algo muy positivo para Galicia, sobre todo en aquel momento, ya que creo que solamente había otro bar de jazz, el Satchmo en Vigo. Fueron la semilla que hicieron aparecer luego el Dado Dadá en Santiago, el Clavicémbalo en Lugo o el Latino en Ourense. Para entender la importancia que tuvo hay que entender el país sociopolíticamente también, pues España se estaba abriendo en aquel momento, comenzaban a aparecer muchas cosas nuevas y el jazz fue una de ellas. Estos locales en cierto modo abrieron las puertas a cosas que nadie había escuchado ni visto antes y que ya estaban muy desarrolladas en otros países.
En los años que empezasteis a tocar había multitud de festivales y eventos en torno al jazz: el festival de jazz de Coruña, de Vigo, de Ferrol, de Ribadeo, etc. ¿Creéis que fue un momento para el jazz mejor que el actual?
No sé si mejor, como ya te dije, las circunstancias favorecieron mucho a todo esto, todo era nuevo y excitante, y el jazz fue algo muy rompedor. Cualquier tipo de actividad musical en ese momento se absorbía y recibía con mucho fervor.
Entonces, no puedo decirte que fuera mejor, pero sí que había un entusiasmo y energía respecto a la música, no sólo el jazz. Obviamente, por las cuestiones que comentábamos hace un momento, ahora es un mejor momento para los músicos, la calidad y los estímulos crecieron y se desarrollaron a otro nivel, esa es la sensación que me da.
En cuanto a este concierto, ¿cómo fue la selección de los temas, el proceso de ensayos, el reencuentro de la banda en general?
Nosotros presentamos en el 2009 un disco que se llamaba “5” que pasó un poco desapercibido, más que nada porque no le dimos mucha bola, ya que cada uno estaba haciendo su carrera en solitario, estábamos metidos en otros proyectos, entonces solamente se tocó un par de veces con Roberto Somoza y Matthew (Simon). Esto es lo que vamos a presentar en este concierto, además de algunos temas de discos como “Afueras Periódicas” o nuestro primer LP “Clunia Jazz”.
Realmente nos gusta el repertorio, es un disco que creo que salió muy bien, que escucho doce años después y me sorprende, quedamos muy contentos y creo que es una buena oportunidad para continuar con esta idea.
¿Habrá más discos de Clunia o más conciertos en un futuro cercano?
Nuestra intención es tocar, esperamos que se den las circunstancias ya que es un momento complicado, pero ya que hemos dado el salto, lo intentaremos. Hay que tener en cuenta que el jazz no es una música que maneje grandes cantidades y ahora mismo dos de los músicos viven fuera y es complicado coordinarnos.
Nos hace mucha ilusión el concierto de hoy pero son muchos años desde que tocamos juntos la última vez. Durante muchos años giramos juntos y se dieron unas circunstancias muy favorables, pero mantener ese nivel de energía es muy complicado, además cambiamos mucho de formación, de músicos y retomar todo esto de forma estable es difícil, cada uno tiene sus cosas, pero si se puede y todo va bien seguro que volveremos a tocar juntos.