Texto y entrevista: Adrián Besada
Fotos: Darío Bravo
Puede que no te suene el nombre de Antonio de Silóniz, pero posiblemente lo hayas visto y escuchado en tus redes sociales. La exposición mediática que ha tenido en los últimos años ha hecho que su carrera como músico cambiara drásticamente, teniendo, al mismo tiempo, detractores y seguidores de su trabajo. Lo cierto es que a través de sus redes sociales ha dado visibilidad a un género minoritario, como es el jazz tradicional, especialmente a la música de Sidney Bechet.
Acumula ya más de ciento quince mil seguidores en Instagram (@tonisaxmusic), su medio más activo, donde, casi a diario, comparte reflexiones sobre sus conciertos, el jazz tradicional y donde anima a la gente a participar en esta escena, que ha ganado fuerza gracias a su labor como músico y divulgador.
Son muchas las cuestiones que rodean a este tipo de músicos, que compaginan su actividad musical con el crecimiento en medios y redes, una labor ineludible en los tiempos de la comunicación de masas y visibilidad online. Para conocer más sobre qué hay detrás de Antonio de Silóniz, quedamos con él en el hotel La Troupe para hablar y adentrarnos en su universo musical:
Una cosa que me propuse con esta entrevista es descubrir quién eres, porque a pesar de tener 102k seguidores en las redes, no hay mucha información sobre ti… Cuéntanos tu historia en la música más allá de lo que se ve por redes sociales.
Antes de nada, decir que mi apellido no es Sax…Mi nombre es Antonio de Silóniz y soy saxofonista soprano especializado en jazz tradicional, en la música de Nueva Orleans, en concreto, la música de Sidney Bechet —voy a decir el nombre de Sidney Bechet seiscientas veces—. Entonces eso, toco música de entre 1900 a 1930 más o menos, porque a partir de ahí ya hay mucho más swing y otras cosas.
Estudié saxofón clásico en el conservatorio, empecé con el alto, como todos. Después estuve viviendo en Berlín y estuve tocando samba brasileña, un cambio total. En aquel momento estaba tocando el tenor, pero me compré un soprano y desde hace ya unos años estoy especializado en tocar jazz tradicional solamente con el soprano.
Revisando un poco tus videos, vi que en 2020 subiste una versión de Tigre de Bengala, de Xoel López, y poco después tocaste con él…¿Eso fue gracias a las redes o qué pasó?
Sí, con Fer [Lamas]. Fue una vez que me llamó para tocar con él en el Náutico [de San Vicente]; Xoel toca una mezcla de indie con músicas del mundo y me dijo que si quería participar, y por supuesto. En aquel momento tocaba el alto. Tocamos juntos unas dos o tres veces. Empecé a tocar con él porque yo estaba en una banda que se llamaba Combo Viramundo y coincidimos. Toqué con él aquella vez y luego para esto del Náutico, fue maravilloso.
Iba a tocar con él en algún concierto más, pero justo me mudé a Berlín, necesitaba un cambio de aires y estudié programación. Cuando me asenté allí fue cuando me pregunté “¿qué coño hago yo aquí en una oficina?” Fue entonces cuando comencé a dedicarme a la música.
Parece que el jazz tradicional está ganando terreno y que a la gente le gusta ¿a qué crees que se debe?
Se debe a que es música de la calle, y esta no pasa de moda. Es como el flamenco, la cumbia u otras músicas, que la gente las baila, las canta, y están ahí, sin tanta necesidad de intelectualización. Cuando comencé con esto tuve una revelación: si la gente se hace viral en Tik Tok limpiando alfombras o, literalmente, cambiando herraduras de caballo, ¿cómo no me voy a hacer yo viral con el jazz tradicional? Fue entonces cuando me centré en hacer ese contenido en redes sociales, hablando sobre jazz tradicional, que en este caso, en Madrid, no hay muchísima escena. Creo que por eso ahora, con el fenómeno de las redes sociales, se empieza a extender y a hacer otro tipo de proyectos.
Entiendo que además de jazz te gusta el pop y otras muchos géneros. Respecto a esto, al tema de la música popular, creo que tienes una perspectiva muy sana e interesante, algo que a mi me gusta mucho reivindicar también, y es que la música es para pasarlo bien. ¿Crees que el dixie tiende más a eso que otros tipos de jazz?
Es que el jazz más moderno no era tan popular. Con esto no me refiero a fama, sino que no estaba tan orientado a la calle. Al final, el jazz más moderno tiende a las disonancias, los aullidos, esa intelectualización, por eso no se da ese acercamiento tan fácil al público. El jazz tradicional tiene ese punto que suena bonito o divertido. La escena es diferente porque uno es muy para la gente y otro requiere mucha más intelectualización, es más nicho. Yo empecé tocando jazz moderno… jazz en general.
La música es una manifestación de la creatividad humana, entonces, ¿qué ocurre?, que si tú estás tocando música y no te lo estás pasando bien, has perdido. Es lo de siempre, me pasa muchas veces en los conciertos y es que cuando toco un solo en el que quiero hacer cosas muy difíciles, no me aplauden, pero cuando hago uno super sentido es todo lo contrario, es una realidad, hay cosas que llegan y otras que no. El bebop se creó para que la gente no pudiera copiar las melodías tan fácil, las de jazz tradicional son super sencillas, pero bien tocadas tienen otra cosa.
Me gustaría hablar también de tu faceta como cantante, ¿Siempre has cantado?
De saxofonista y de caradura, que es distinto. Yo soy saxofonista, pero siempre me ha apetecido cantar y lo que pasa es que es una gran forma de aprender las melodías de las canciones.
Vi que tuviste un grupo de samba también, A Panda do Sol, con gente de diferentes sitios del mundo, y luego la Tropican Moon Jazz Band, ¿cómo fue ese recorrido hasta el día de hoy?
Tropical Moon Jazz Band es mi banda de ahora, a Panda do Sol es una banda de samba de Berlín. El samba brasileño es una locura. Cuando tocas ves la “roda” de samba, toda la gente tocando, todo el mundo lo canta… tiene otro groove totalmente distinto, tirando para adelante…
Son músicas muy ligadas al baile, pero yo no bailo, todo el mundo me regaña por eso.
Estas últimas semanas has tenido lo de Candlelight y te has ido a París, donde has tocado con Olivier Franc, que es un excelente intérprete de Sidney Bechet, al igual que tú, ¿Qué tal han ido estas experiencias? ¿Hay más afición en Francia por el Dixie que en España?
Candlelight es el mejor concierto de mi vida. El tocar en el Ateneo de Madrid fue increíble, entrar ahí, ver toda esa decoración, ese techo, todo lo que lo rodea, el sonido… fue algo muy potente de mi vida, no se me olvidará. Hubo un momento muy bonito, muy emotivo, que nunca olvidaré, y es que yo empecé a tocar esta música por culpa de mi abuelo, que siempre me decía que tenía que tocar la “Pequeña Flor”, de Sidney Bechet. En este caso mi abuelo vino al concierto y lo pude decir, puedo interpretar esta obra para él. Todo el mundo se volvió loco y fue espectacular.
Lo de París fue increíble, la escena musical de París es otro nivel. Yo diría que, sobre todo, París, Berlín, Londres y Nueva Orleans, es donde más se está cociendo el jazz tradicional. Yo fui allí porque el hombre que interpreta la música de Sidney Bechet al más alto nivel es Olivier y he estado tocando con él, aprendí mucho y fue espectacular. De hecho le compré el saxo que tengo aquí.
Tenemos que hablar de una de las cosas que seguro que más se pregunta la gente, ¿cómo se consigue crecer como tú lo has hecho en redes sociales tocando el saxofón?
Lo primero es aprender cómo funciona el algoritmo de Instagram: YouTube, podcast, etc. No hay ideas misteriosas, ideas sobran, lo que falta es ejecución. Para todo el mundo que está en esto, si te quieres hacer viral, solo tienes que buscar ¿cómo hacerte viral? en YouTube y tienes todas las respuestas. Siempre digo que hacen falta tres cosas: saber cuál es tu nicho, cuál es tu voz en Instagram, y luego tener dos horas al día durante cuarenta días, porque si lo haces te vuelves viral. Es un trabajo.
¿Cómo han afectado las redes sociales en tu carrera?
Sobre todo al tema de los conciertos. El número ha incrementado muchísimo y el número de personas que viene. Aquí, donde estamos, en La Troupe, cuando empezamos entraban cien personas, luego tuvimos que hacer que costase un poco porque había cola siempre. Me ha afectado mucho en que ha empezado a venir muchísima más gente y luego todo lo que eso conlleva. También me llegó el síndrome del impostor, preguntarme quién soy yo, etc.
¿Qué tipo de contenido funciona mejor? Hay una cosa que me gusta mucho de tus videos, y es que además de hacer promoción de tus bolos, haces contenido divulgativo, muchas veces obvio para los músicos, pero completamente nuevo para los que no están dentro de la música…
Sí, pero lo que te decía antes, la gente le cambia herraduras a caballos en Tik Tok, me parece que lo nuestro es super guay, hablar de jazz tradicional, claro que vamos a hablar. Eso mismo que has dicho es la clave, hablar de las obviedades es lo que mola. Cuando estás dentro entiendes todo lo que pasa, pero para el público no es así. Si eso lo cuentas en Instagram, entienden que este tipo de lenguaje es lo habitual. Lo que he hecho es aprender a cómo contarlo en redes.
Si tu te fijas, en el jazz tradicional, tú ves la interpretación colectiva: los gestos, cómo se miran, etc. e incluso cómo se hace con los instrumentos. Eso es una de las cosas que aprendí en París estos días, cómo se toca bien para que la banda se comunique bien. Olivier me enseñó cómo tocar para que la banda se una, aprender a frasear de determinada manera. Pero aún me queda un camino inmenso.
¿Se gana dinero con Instagram?
Por ahora no estoy monetizando nada, para mi Instagram es parte de mi trabajo para llenar conciertos, una herramienta. Siempre lo fue y siempre lo va a ser. Sí que he tenido colaboraciones, por ejemplo, con una sombrerería, por el tema de que está un poco a unido al jazz ese tema. Entonces, hago colaboraciones con cosas que me pueden interesar. Gano, principalmente, de forma indirecta.
¿Cómo ves tu futuro? Háblanos un poco de lo que tienes en mente a medio y largo plazo…
Vamos a grabar algo próximamente, tengo muchas ganas, pero por ahora tenemos que acabar los conciertos aquí en Madrid. Luego iremos a Nueva Orleans y saldremos fuera de España; después seguir con lo que estamos haciendo aquí.
*Esta entrevista forma parte del reportaje audiovisual, próximamente disponible en YouTube: Entrevista con Antonio de Silóniz:El jazz tradicional tiene ese punto que suena bonito o divertido.