Entrevista a Ben y Leo Sidran en Café Central: “El estilo propio de un músico surge de la necesidad”

Texto y fotos: Daniel Gluckmann

@gluckjazz

 

Ben Sidran (Chicago, 1943) es hijo de una familia judía que emigró a Estados Unidos desde Polonia, cuando aún era Rusia, en 1918. Hoy, a sus ochenta y un años puede presumir de una impresionante carrera musical de más de treinta y cinco álbumes como líder o solista, con una voz y musicalidad inconfundibles, cinco libros dedicados a temas cruciales para la musica en América y una trayectoria como productor, profesor en la Universidad y cronista de la radio pública norteamericana entrevistando a más de sesenta de los más grandes músicos de jazz de la historia.

Pero además de por todo lo anterior, Ben Sidran es alguien muy especial por otras razones.

Nos encontramos en el Café Central, uno de los más reconocidos clubs de jazz de Madrid, donde, además de esta semana de conciertos, ha actuado ya más de 200 veces (¡). No creo que haya otros artistas internacionales que tengan semejante récord en Madrid.

Y otra cosa especial: Siempre lo ha hecho tocando junto a su hijo Leo, quien le acompaña en la batería y participa junto a él en este encuentro. Leo Sidran, de 47 años, que habla fluidamente español “de España”, es un músico de extraordinaria sensibilidad y para un ejemplo de su obra, el tema que produjera junto a Jorge Drexler “Al otro lado del río” ganadora nada menos que de un Oscar a la mejor canción original en 2005.

La familia Sidran viaja y toca unida desde siempre y Leo se preocupa de que el piano de su padre y su batería se resitúen en el ya pequeño escenario del Central “para estar más cerca”. Emocionante.

¿De dónde viene su conexión con España que les ha llevado a tocar más de 200 veces en el Central? Esta sencilla pregunta desencadena un relato sobre algo que marcó sus vidas.

Ben: Nosotros no tenemos una familia española pero cuando Leo nació yo quise que desde pequeño estudiara español porque vi que sería un idioma importante para su vida ya que en los Estados Unidos la comunidad hispano hablante es muy importante. Hablar otro idioma y experimentar la música eran dos cosas que yo como padre quería darle. Mi padre no estuvo muy presente en mi vida y yo no quería que eso pasara con Leo.

Leo: Así surgió la idea, pero, aunque empecé a estudiar en el colegio y se me daba bien, más adelante podría haberme ido a Méjico, pero no, me vine a España ya que tu visión –se refiere a la de su padre- siempre fue un poco “eurocéntrica”. Entonces, a pesar de que la raíz de nuestro tiempo en España juntos comienza conmigo, en realidad empieza primero con el deseo de Ben de que hablara español.

Y así fue como Leo Sidran pasa algunos veranos con una familia de Herencia, un pequeño pueblo de La Mancha que sale en El Quijote, que lo conecta con la España más profunda. Más adelante fue a estudiar a Sevilla y a partir de allí, España fue su segunda casa y junto a la suya, también la de su familia.

¿Cómo se estableció la conexión entre España y la música?

Leo: Cuando viví en Sevilla comencé a sentir su música y más adelante cuando Ben -Leo siempre llama Ben a su padre- y mi madre vinieron a visitarme nos conectamos con la familia Lorca, con los músicos de allí y eso nos marcó.

-Uno de los discos más importantes de Sidran se titula “Concert for García Lorca” (2000) y siempre incluye alguno de sus temas en sus pases en el Central. –

Hasta ahora su historia se puede parecer a otras, pero luego surge algo único. Padre e hijo comienzan a componer, grabar, tocar y viajar juntos. No hay muchos ejemplos así en el jazz o en cualquier otra música. ¿Cuál es el milagro?

Ben:  Desde que era un niño hasta hoy, Leo ha tenido una fuerte influencia en mí musicalmente. Es difícil decir exactamente cómo, pero así ha sido en muchas etapas del camino. La dirección que iba tomando mi musica estaba de alguna manera conectada con mi relación con Leo, siendo su vida en España una de ellas. Yo estaba aprendiendo de mi experiencia con él, al igual que él estaba aprendiendo de su experiencia conmigo.

Además, influido por la pérdida que yo sentí con mi padre, desde que él era pequeño decidí que siempre que viajáramos, Leo vendría. Hemos experimentado juntos alrededor del mundo y la familia creció junta, sin interrupción.

¿Que ocurrió para que también se encontraran alrededor del mismo tipo de música?

Leo:  Desde el primer momento me atrajo la música que Ben estaba tocando, así como las personas que estaban alrededor y desde muy pequeño solo quería participar.  Un día, con 6 años, mi padre se apareció con una batería que yo ni había pedido y ¿qué paso? Que desde un principio pudimos tocar juntos. Mi primera experiencia con un instrumento fue tocar con él y aprendí desde el principio lo que se siente al tocar con otros. Sentí que alrededor de la musica sucede algo colectivamente, que suena como algo único, poderoso.

Con la perspectiva incomparable de su conocimiento sobre la historia del jazz ¿Cuál diría que es el momento del jazz ahora?

Ben: Este tema tiene 2 partes. La música en sí misma está funcionando muy bien y está floreciendo en escuelas, universidades y en Internet donde los jóvenes tienen acceso a fantásticos planes de estudios de jazz. Hay maravillosos músicos jóvenes así que la música, creo que continuará porque todavía atrae a muchas personas en todo el mundo.

El otro aspecto es la misión que tenían los músicos de jazz que fue de las cosas que a mí me atrajeron poderosamente en mis inicios. Ser músico de jazz significaba que eras un soldado en la búsqueda de una verdad muy profunda. Todos eran personas muy interesantes. No eran necesariamente intelectuales, pero todos tenían el tipo de humor que te sale cuando estás en una trinchera con bombas cayendo. Tenían un propósito en la vida, no tanto por ser conocidos, por grabar discos o para ser ricos. Todo eso se ha ido por completo. El mundo ha cambiado y ya no volverá a ser igual.

¿Dónde encontró Ben Sidran su propio e inconfundible estilo? Hay textos que le describen como “el primer rapero existencial del jazz”

Ben: Es gracioso porque exactamente eso mismo les preguntaba a los músicos que entrevisté en mis años en la radio pública. Le pregunté a Miles Davis, ¿de dónde sacaste tu sonido? Él dijo, “tu sonido es como tu sudor” pero en general ninguno tenía una respuesta precisa a esa pregunta así que ahora no estoy muy preocupado por encontrar para ti la respuesta correcta -ríe-. Mi búsqueda tenía que ver con encontrar dónde podría sentirme cómodo haciendo algo diferente, estando cerca de los mejores artistas del mundo. Me rodeé de un mundo, cuya influencia fue modelando mi propio estilo que funcionaba para mi y que me permitía comunicarme con los demás. El estilo propio surge de tu propia personalidad, pero también de la necesidad.

Leo:  Por necesidad, exactamente! Cuando viví por primera vez en España, descubrí que tenía una personalidad y unos rasgos característicos en inglés y otros diferentes en español. Entonces pensé, que el verdadero debía estar entre los dos. Mi “estilo” está entre donde yo quiero sonar y donde sueno en realidad. Mis limitaciones son también parte de mi sonido, ya que a veces fallas intentando hacer algo que quieres y terminas encontrándole valor a ese fracaso.

Ben: Esa es una parte profunda de la leyenda del jazz. Hay muchos ejemplos, pero el más grande es cuando Charlie Parker, cuando era un chaval, fue a una “Jam session” en la que “Papa” Joe Jones estaba tocando la batería. “Bird” se levantó y en el momento del sólo, empezó a tocar la única melodía que se sabía a lo que Jo Jones respondió arrojándole uno de sus platos, el “ride” para ser más preciso (Eso llevó a Charlie Parker a dedicar ocho horas al día durante varios años al aprendizaje. El fracaso actuó como una fuerza impulsora para encontrar su estilo. A mí, afortunadamente, nadie me arrojó un plato, pero siempre sentí que me la pasaba arrojándome platos emocionales a mí mismo).

Los temas de sus canciones son crónicas de cada época. ¿Como ve la época actual? Hay textos que le describen como “el primer rapero existencial del jazz”

Ben:  Mi principal preocupación es la falta de memoria.  El hecho de que la memoria no sea útil o no valorada es muy preocupante para mí, particularmente como judío, todos entendemos lo que eso significa específicamente hoy en día cuando la memoria se ha dejado de lado. Pero la historia es un péndulo y las cosas volverán a su sitio.

¿Qué significó haber grabado conversaciones en profundidad con más de 60 de los más importantes músicos de jazz de la historia? Las grabaciones están disponibles en https://bensidran.com/conversations y en 2 libros llamados “Talking Jazz”)

Ben:  Lo primero fue el carácter de esas grabaciones que, como indica, fueron más conversaciones que entrevistas. Las abordé como una aproximación a una posible amistad con ellos y músicos como Max Roach reconocieron que eran muy importantes para ellos mismos y para el jazz en general.

Todo comenzó de forma un poco casual, pero terminó siendo un proyecto de seis años que hoy está salvaguardado y después de cuarenta años sé lo que vale. En aquel momento sin embargo para mí fue asombroso haber tenido la oportunidad de recopilar todos esos testimonios.

¿Qué contribución cree que los músicos blancos y particularmente los músicos judíos han hecho al jazz que básicamente nació como una música negra tocada por músicos negros? 

Ben:  Tengo un libro llamado There Was a Fire: Jews, Music and The American Dream que básicamente trata sobre ese tema. En él digo que los compositores judíos de los grandes cancioneros estadounidenses, comenzando con Irving Berlin (Bielorrusia, 1888, NYC 1989) y a lo largo de las décadas siguientes, proporcionaron el concepto armónico, el marco, para que el jazz se expandiera.

Los músicos negros aportaron la articulación del sentimiento con el que se tocan los temas, pero sin negros y judíos juntos, no tendríamos el jazz como lo conocemos. No es el caso del blues, porque el blues trata de historias personales donde alguien cuenta lo que le pasó, siendo el jazz algo completamente distinto porque el todo es mayor que la suma de las partes y fueron los judíos que venían de Europa los que crearon un marco armónico y estructural para hacerlo posible.

Debido a la segregación no podían aparecer juntos en el mismo escenario, pero los negros y los blancos grabaron juntos, viajaron juntos. Los músicos, negros y blancos, tocaron juntos en Nueva Orleans en 1910, en 1912.

Hace algún tiempo dijo que la nueva tecnología digital era como hacer el amor a través de la televisión. ¿Todavía piensa eso?

Ben:  No, ya no. Y es, nuevamente, por trabajar con Leo. Hemos utilizado la tecnología de forma exitosa para hacer música. El problema con la tecnología digital es cuando se usa en un estudio para crear música como si fuera una fábrica. El Autotune y muchas otras aplicaciones digitales, han convertido la música más en un producto industrial.

¿Qué planes tienen para el futuro?

Ben:  Mientras Leo y yo sigamos en este planeta seguiremos haciendo cosas juntos. Sin embargo, mi lista de cosas para hacer ya está completa -ríe- El que ahora tiene la agenda completa es Leo.

Antes de despedirnos, Leo confiesa que la conversación le había permitido aprender muchas cosas nuevas sobre la historia de su padre. Ojalá el año que viene sigan sumando conciertos en el Central y disfrutemos de otra semana mágica de los Sidran en “su” España.

Ficha técnica de sus conciertos en el Central:

  • Ben Sidran, Piano y Voz
  • Bill McHenry o Bobby Martinez, Saxo Tenor
  • Billy Peterson, Contrabajo
  • Leo Sidran, Batería.

Álbumes:

Libros:

  • Talking Jazz (1 y 2), an oral history.
  • The Ballad of Tommy LiPuma
  • There Was a Fire: Jews, Music and The American Dream
  • Ben Sidran, A Life in the Music
  • Black Talk. How the music of black America created radical alternative to the values of Western literary tradition.

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