Texto: José Valderrama / Fotografías: Jordi Oliveres
En plena quinta ola, que ha resultado especialmente grave en Cataluña, y en paralelo al lamentable incendio que ha devastado más de 400 hectáreas del Parque Natural del Cap de Creus, a poco más de 20 km de la ciudad que nos ocupa, tuvo lugar del 16 al 18 de julio la 27.ª edición del Festival de Jazz de Figueres. El cartel del festival, producido y organizado por la asociación Joventuts Musicals de Figueres, ofreció en su programación una interesante variedad de propuestas musicales en torno al jazz, uno de los principales objetivos de la asociación.
Los conciertos se desarrollaron en tres puntos destacados de la cultura de la ciudad: el espacio cultural de La Cate, de centenario este 2021; el auditorio de los Caputxins, antiguo convento de la orden religiosa de los Capuchinos; y la Plaça Josep Pla, precedida por el augusto teatro municipal El Jardí. En resumen, resultaron ser tres espacios profundamente diferenciados lo cual casó a la perfección con la pluralidad del programa del festival.
El festival se inauguró la tarde del viernes 16 de julio en la sala del teatro de La Cate, tras un breve discurso de la presidenta de la JM Figueres, con el concierto de New Orleans Gospel Quartet. El grupo francoamericano presentó una propuesta minimalista en cuanto al conjunto instrumental, únicamente un teclado eléctrico y algo de percusión hacían de cimientos sobre el que se estructuraban las voces, cuerpo central del góspel.
El cuarteto lo conformaron: Flora Sicot en la dirección, teclado y la voz contralto; Rachel Ratsizafy en la voz soprano; David Bardy en la voz tenor y la percusión; y Sylvain Padra a la voz barítono y falsete, este último registro con fuertes reminiscencias funk del Godfather of Soul. El repertorio del cuarteto agrupó tanto canciones propias del spiritual estadounidense, como Go Down Moses (Let My People Go), Kumbaya My Lord, My Soul Is A Witness For My Lord o el popular When The Saints Go Marching In, como otras estrechamente relacionadas con las reivindicaciones por los derechos civiles, véanse Wade in the Water, People Get Ready, Glory Glory Hallelujah u Oh Freedom!. El concierto se desarrolló en un equilibrio entre la naturaleza introspectiva del propio góspel, favorecida por la atmósfera construida por los técnicos de luces, y el aspecto más explosivo del rhythm and blues, donde no faltaron el acompañamiento de las palmas del público en varias ocasiones.
De la sala de La Cate la actividad del festival se desplazó al escenario situado en la Plaça Josep Pla, donde se dio el inesperado concierto de Gran Reserva, inesperado porque en primera instancia estaba programada la actuación del Casares Brothers Quintet. Sin embargo, por motivos de la Covid sé tuvo que cancelar la actuación. La organización del festival demostró una proactividad excelente y pocos días antes del inicio del festival habían sustituido la actuación de los hermanos Casares por la del grupo Gran Reserva, donde encontramos al padre de los Casares como saxofonista. Gran Reserva es una formación liderada por el contrabajista Xavi Castillo y el batería Joan Casares, que fue sustituido por Xavi Hinojosa, que agrupa a músico veteranos como el pianista Francesc Capella, el trompetista Josep Ma Farràs y el saxofonista Pau Casares. El quinteto resultante no solo presentó la formación más destacada del hardbop, donde destaca la dupla trompeta-tenor como instrumentos melódicos, sino que las interpretaciones de Gran Reserva rezumaban la estética sonora de los grupos de hardbop más destacados de los cincuenta, como los Jazz Messengers, los hermanos Adderley o el primer quinteto de Miles Davis. El grupo interpretó la paleta completa de estilos del hardbop yendo del blues más pesado hasta la balada más etérea, pasando por los ritmos funk y latin propios del estilo de jazz. En este sentido, no faltaron temas clásicos como Nica’s Dream, You Don’t Know What Love Is, One by one o No problem, aunque también hubo espacio para composiciones propias de los integrantes del conjunto como el Hot Dog Blues de Francesc Capella que sirvió como inicio del concierto. Con la actuación de Gran Reserva se finalizó el primer día del festival, el del viernes 16 de julio, una actuación que se realizó contra viento y marea, concretamente contra una marea ascendente de contagios y las bandadas de viento de la tramontana que sacudieron esa noche la Plaça Josep Pla.
Entrados en la tarde del día siguiente, en la misma Plaça Josep Pla, se dio pistoletazo de salida al tour de force que supuso el segundo día del festival, el que podríamos denominar la etapa reina en argot ciclista, pues aunaba de seguido tres conciertos en los diferentes espacios del festival. La primera actuación fue la del trio liderado por la cantante y pianista estadounidense Kelly Green, que lo terminan de completar el contrabajista Luca Soul y el batería Evan Hyde, además en esta ocasión la formación contó con la colaboración del saxofonista alto Vernau Mier.
El cuarteto resultante fue el representante de las sonoridades más “modernas” del jazz contemporáneo y de lo inagotable del género musical, sin ir más lejos tanto Kelly Green como Vernau Mier son destacados compositores. Entre las composiciones de Green resaltamos Little Daffodil, composición que se basa en la contraposición entre una sección soul de ritmo pesado y otra de carácter bop, y Daily Lies, un medium tempo donde gana peso el desarrollo armónico y el arreglo de marcas rítmicas como parte de la composición. Además de las composiciones de la lead también interpretaron algunos standards como Stardust, Out of Nowhere, Never Will I Marry y Milestones, este último la composición de John Lewis (pianista del Modern Jazz Quartet) que grabó Charlie Parker en 1947 no confundir con el Milestones de Davis de 1958. Otras composiciones por destacar fueron Chessman’s Delight de Randy Weston, Small Portion de Mulgrew Miller y el bolero Mi último fracaso que Green cantó con un más que notable castellano. El trabajo desempeñado por los músicos fue excelente y el papel de Mier fue muy sólido aún siendo un invitado a la formación, no es tarea menor trabajar como invitado sobre temas con tantos detalles en los arreglos.
El segundo concierto del día se realizó en el auditorio de los Caputxins donde el Ignasi Terraza Trio dio su concierto, cabe recalcar que el grupo participaba en el Festival de Jazz de Figueres por segunda vez. El renombrado pianista catalán lideraba la formación de trio acompañado por el contrabajista Horacio Fumero y el batería Esteve Pi. Gran parte del concierto consistió en partes de la suite titulada Imaginant Miró que agrupa un conjunto de composiciones de Terraza inspiradas por las descripciones de los cuadros del pintor Joan Miró, el trabajo original fue un encargo paralelo a una exposición monográfica dedicada al pintor en Washington. Resultó de lo más curioso el hecho de que el grupo interpretara partes de esta suite, pues de Figueres era oriundo otro gran pintor surrealista, Salvador Dalí.
De la suite el trio interpretó las composiciones: Imaginant Miró; Polaritats; El segador; Nocturn; Noia, Jacints i Futbol; Improvisació Serial; Dança Tribal; Espirals Cósmiques; y Duke’s Visit. Aparte de las obras de la suite también interpretaron Take the Boussline, Under the Sun, Peace Prayer y Jo Vinc. Destacamos Peace Prayer ya que fue dedicado por el trio a los afectados por el incendio que mencionábamos al principio y Jo Vinc, un tema de bossa nova que hace un divertido juego de palabras en catalán Jo Vinc (Yo Vengo) con el apellido del legendario músico de bossa Antonio Carlos Jobim. El concierto del Ignasi Terraza Trio se sumergió en un conjunto de obras con sonoridades de lo más plural y variado con una excelente ejecución, demostrando así un gran entendimiento entre los integrantes de la formación. Por último, cabe destacar la presencia escénica y facilidad de palabra de Terraza que dio un doble valor a las canciones con sus introducciones.
El último concierto de este segundo día fue a cargo de la Drop Collective, una gran formación que fusiona la música jamaicana con el jazz. En esta ocasión se preparó un escenario en la plazoleta situada frente la entrada de La Cate, junto a la terraza del bar adjunto al espacio cultural. El grupo lo formaron un total de diez músicos que repartidos en secciones fueron los siguientes: Maria Del Río en la voz; en la sección rítmica Armando Erenas a la guitarra, Daniel Ferruz en los teclados, Carlos Bayolo al bajo eléctrico y Jake Klamburg como batería; y en los vientos Arnau Morell a la trompeta, Alba Alsina al saxo alto, Iñigo Peña al saxo tenor, Pablo Martín al trombón y Andreu Domènech al saxo barítono.
La agrupación, formada por músicos jóvenes, interpretó un conjunto de composiciones y arreglos propios, entre las composiciones “clásicas” en el repertorio de las grandes formaciones de jazz se destacaron I’m Beginning to See the Light, Old Devil Moon, In a Mellow Tone y What Difference A Day Makes. Como parte del repertorio había un arreglo del bolero Lágrimas Negras, ya es de sobra conocida la versión de Bebo Valdés y Diego el Cigala, que en esta ocasión tocaron a ritmo reggae y con unos arreglos de vientos muy originales. Entre los temas propios encontramos My Daylight y Come Shine, este último resulta ser también el título del próximo trabajo discográfico del grupo. La propuesta de Drop Collective fue el colofón perfecto para el principal día del festival, con unos arreglos que invitaban al baile. Con la versión de I’m Beginning to See the Light del grupo se dio por finalizado el último concierto del día y penúltimo del festival.
El festival terminó con el concierto tributo al recientemente fallecido Amadeu Casas, compositor, cantante y guitarrista de blues catalán. El concierto, titulado Fins aviat! En record del bluesman Amadeu Casas, tuvo como principal figura a Erxart Casas, hija del mismo Amadeu Casas. Junta a Erxart, que se ocupó de la voz y la guitarra, se reunió la banda habitual del padre donde encontramos a Gabriel Mastronardi en los teclados, Matías Míguez en el bajo eléctrico y Salvador Toscano a la batería, además colaboraron el armonicista Joan Pau Cumellas y el guitarrista Quico Pi De La Serra.
El concierto resultó en un encuentro de lo más intimista y emotivo, dado lo delicado de la situación. El repertorio consistió principalmente en una recopilación realizada por Erxart de sus canciones favoritas de su padre como Quan t’en vas no brilla el sol (Ain’t No Sunshine), Fa tant de temps, Mar de dubtes, El Lido, De l’encesa dels llaguts pescadors i l’adveniment de les aures de llevant, Balada del llum encantat, Llibertat Captiva y Whisky Fum. Entre estos temas los invitados Joan Pau Cumellas y Quico Pi De La Serra interpretaron un par de temas blues y Erxart una composición propia en solitario. La última canción fue en el bis con Je T’aime à la Folie, una elección realmente acertada. Este concierto tributo mostró un amplio repertorio de género musicales desde sonoridades latin a reggae pasando por tempos swing, sin embargo, el blues fue una constante. La figura de líder de Erxart Casas dotó al concierto de una relevancia especial pues en definitiva ella nos estaba mostrando su relación con el repertorio de su padre.
La 27.ª edición del Festival de Jazz de Figueres fue una cita que ningún amante del jazz debería haber dejado pasar. En su programa se presentó una panorámica del jazz y la música rhythm and blues actuales de la escena catalana e internacional, muestra de ello fue que tanto el castellano como el catalán, francés e ingles fueron apareciendo a lo largo de los conciertos. El desarrollo del festival fue impecable, obviando los posibles contratiempos derivados de las precauciones sanitarias necesarias. Por nuestra parte solo esperamos que Joventuts Musicals de Figueres continúen apostando de una forma tan firme y sincera por la cultura y la divulgación del jazz en su ciudad.