Texto: Adrián Besada
Fotos: José Luis Luna
Gonzalo del Val, conocido baterista por su solidez y dilatada trayectoria, acaba de presentar su séptimo álbum como líder, Tornaviaje (2022), junto con Romain Pilon (guitarra eléctrica), Raynald Colom (trompeta) y Manel Fortia (contrabajo). Con este cuarteto reformula su habitual formato a trío cuidando cada detalle de sus nuevas composiciones, que parten de un minucioso trabajo de sonoridad, lenguaje y compenetración, en el que cada nota está escrita ex profeso para cada uno de los músicos que lo acompañan.
Debido a su versatilidad profesional, ya que compagina su actividad como músico con la docencia (desde 2019 es Jefe de Departamento de Jazz y Música Moderna del Conservatori Superior del Liceu de Barcelona), del Val cuenta con una perspectiva amplia del mundo del jazz, la creación y la escena española.
Con motivo de su participación en Jazz Eñe, el show case de jazz estatal organizado por Fundación SGAE que por tercer año consecutivo se enmarca en el festival Jazzaldia (Donostia), hablamos sobre clichés, estereotipos y creación en el jazz, además de, por supuesto, su último proyecto, Tornaviaje:
¿Qué tiene de particular el proyecto que presentas en Jazz Eñe? ¿Por qué este formato y estos músicos?
Aquí presento mi nuevo disco, que es el primero que grabo con esta formación. El formato con el que más he tocado en los últimos años es a trío, pero para este nuevo proyecto me junté con el guitarrista francés Romain Pilón, el trompetista, también francés, Raynald Colom, y Manel Fortiá al contrabajo. Cuando compuse los temas de este disco estaba pensando en cada uno de ellos, tenía muy clara la instrumentación y cada instrumentista. Aunque todos hemos tenido experiencias tocando entre nosotros es la primera vez que lo hacemos los cuatro en una misma formación.
Estamos en Jazz Eñe, que es una muestra de jazz estatal para programadores internacionales ¿Cómo entiendes el jazz español? ¿Crees que seguimos arrastrando el cliché de lo flamenco a la hora de conceptualizar el jazz que se hace en España?
Desde luego yo no soy uno de esos músicos que abanderan esa idea de lo que puede ser el jazz español, de hecho, en el proyecto que presento la mitad del grupo es de Francia. Si pienso en estas cuestiones lo primero que me viene es que ya la palabra jazz es bastante complicada de definir, no creo que se pueda circunscribir una actividad musical tan amplia como la de este país a un componente geológico, físico. El jazz español entonces no es más que la música que se está haciendo en España, con sus diferentes inquietudes, propuestas y músicos.
En los últimos diez o quince años el nivel musical de España ha crecido mucho, lo vivo como músico y como profesor. El panorama ha crecido mucho y existen miles de sensibilidades que conviven, y eso creo que comienza a manifestarse también en los festivales. Creo que si los programadores internacionales vienen a eventos como Jazz Eñe con una idea predefinida de lo que es el jazz español, o el jazz que se hace en España, estarían muy equivocados, porque la cantidad de representación musical tan diferente que tenemos creo que ya ha superado esos clichés.
¿Crees que sigue existiendo el estereotipo del jazz como una música elitista, o es una música para todos?
Creo que no es un género popular en el sentido que no es una música de consumo, que tenga mucha visibilidad en los medios y demás. Por otro lado, me gustaría pensar que no es nada elitista escuchar jazz, de hecho diría que es todo lo contrario. Volviendo a lo que te decía antes, en los últimos quince años en España hay festivales de jazz en todos los pueblos. Cuando yo empecé en esto de la música los festivales como el de San Sebastián o Vitoria eran dos islas en un desierto, pero ahora si te das una vuelta por la geografía ves que hay festivales muy accesibles, al igual que conciertos. Depende del interés de cada uno, porque realmente la entrada de un concierto cuesta la mitad de lo que pagas en cualquier restaurante en una ciudad como Barcelona o Madrid. Es cierto que algunos conciertos tienen precios muy elevados, pero si lo que te interesa es escuchar música hoy en día se puede.
¿Crees que existe apoyo a la creación y la experimentación en España?
Creo que no hay apoyo a los músicos. Sí hay apoyo a nivel presupuestario para festivales, la mayoría están subvencionados, pero en lo que se refiere al artista no existe. Otro de las líneas que a mi me interesa mucho, porque me considero un músico de club, es la de la ayuda a los locales. Respecto a esto ya no es solo que no estén apoyados, sino que incluso están perseguidos. Cuando hablas con los propietarios de los clubs te das cuenta de que no tienen ninguna facilidad para programar, y esto es realmente lo que crea la vida cultural de un lugar, crean una red y una escena, mucho más que los festivales.
Se escucha mucho ese tópico de “está todo inventado”. Desde tu perspectiva como músico y compositor, ¿hacia qué dirección crees que va el jazz, a qué tiende?
Creo que es muy difícil decir exactamente hacia qué puede tender el jazz. Uno de los grandes errores es dar credibilidad o importancia a eso que me decías de “está todo inventado”. Yo creo en los músicos, en las interpretaciones personales, en las inquietudes musicales, eso no se va a acabar nunca. Otra cosa es que haya tendencias musicales, como las hemos vivido o las hemos estudiado, pero el jazz no se trata de eso. Los compositores deberían pensar en lo que a ellos les apetece hacer como creadores, a pesar de que los músicos somos consumidores también, pero se trata de buscar y de crear independientemente de las modas, las tendencias o los cánones. La evolución se da sola, los músicos se mueven y comparten, cada vez más hay fusión con músicas de diferentes lugares y eso es imparable, porque vivimos en un mundo globalizado al cien por cien. No importa que haya una línea más o menos de moda o quién la sigue o no, sino lo que nos transmite un artista, con su lenguaje y su forma de expresarse.
¿Hay algún proyecto que tengas en mente y todavía no hayas podido realizar?
En realidad sí, aunque ahora mismo tengo varios proyectos paralelos que me gustan mucho, como un trío con un pianista y un contrabajista mejicanos. No se sale mucho de la línea de lo que suelo hacer, pero como te decía antes, para mi lo que hace que un proyecto me interese, me guste y que lo quiera hacer depende, sobre todo, de los músicos con los que toco. Por otro lado tengo una gira en octubre con músicos europeos de Irlanda y de Suecia.
Una cosa que nunca he hecho y a la que le estoy dando vueltas es la idea de volver a la canción. Como batería es una cosa difícil de gestionar, pero cada vez estoy más cerca de lo que es la canción. Espero que en un futuro no muy lejano pueda realizar algo con voz, con cantantes, pero que sea algo básicamente de canción.