El álbum que se cocinó por cuatro años
Texto: Adrián Besada
Tanto Iñaki Salvador como Chris Kase son dos veteranos de la escena jazzística nacional e internacional. Hace ya cuatro años, en el 2020, que crearon el proyecto New Duo, pero no ha sido hasta este 2024 que lo han materializado. Quizá ha sido mejor así, ya que se trata de un trabajo que ha rodado, al menos conceptual y prácticamente. No hay experimentación ni pretensiones vagas, porque ellos saben lo que hacen y lo que son, por eso lo que escuchamos en este álbum es lo que comúnmente se conoce como “la voz de la experiencia”. Jazz sin artificios, límpido y prístino, una síntesis de un proceso, de una vida —dos, en este caso—.
Si bien la música que el oyente se encontrará en este trabajo se podría encasillar en una vertiente clásica del jazz —dentro de lo que, normalmente, se puede entender por jazz clásico—, con mucho swing e innumerables reminiscencias a los grandes del género, lo cierto es que se trata de un lenguaje que cada uno de estos músicos ha hecho suyo. El piano de Salvador, que juega un papel acompañante la mayor parte del tiempo, desarrolla motivos melódicos, compings, contrapuntos y grooves que crean juegos rítmicos precisos, en los que Chris Kase se desarrolla con total soltura con la trompeta y el fliscorno. Los momentos de piano solo funcionan muchas veces como interludios o recapitulaciones del tema, sin prejuicio de celebrar con maestría algunos solos, muchas veces con llamamientos a la música clásica. Lo más interesante, sin embargo, son los juegos de intensidades, que permiten entrever la compenetración y largo recorrido que hay entre estos dos músicos.
New Duo es un proyecto que merece la pena por diferentes cuestiones. La primera, la calidad musical, que ya se presupone con las firmas del disco. La segunda, porque es una celebración musical, jazzística, que, sin inventar nada, hará las delicias de los aficionados. En tercer lugar, porque es un gran ejemplo de cómo dialogan dos amigos y compañeros a través de la música.
