Recuperamos, para la sección de «Hemeroteca» de la web, esta breve reseña publicada en el primer número de la revista de Más Jazz en papel en 1998
Redescubrimos alguno de los discos más destacados de la época.
Por Javier de Cambra
¿Quién no desearía escuchar la melodía de La Pantera Rosa por un flautista excepcional? Así empieza el último disco de James Moody dedicado al temario de Henry Mancini, en el que ha optado por la formación de cuarteto, con una sección rítmica de jóvenes valores. En los teclados, empezando por el pianoforte, el amigo de Caries Benavent y Jorge Pardo, Gil Goldstein; en el contrabajo, Todd Coolman, uno de los últimos contrabajistas del Tony Williams Quintet; y la creciente baterista Terri Lyne Carrington.
La idea del disco nació de un encuentro de Moody con Ella Filzgerald y Henry Mancini; ambos fallecerían antes de poder llevar el proyecto adelante, cuya titularidad quedó en James Moody, que ahora entrega a satisfacción Plays Mancini.
Los arreglos de Gil Goldstein contribuyen a que Moody demuestre qué clase de primer espada es tanto en el tenor, como en el soprano, como en la flauta, en temas que pueden ser tan populares como los de Charada, Desayuno en Tiffanys, Dos en la carretera, o Moon River. Moody es uno de los casos que muestra que las crestas de popularidad en el jazz pueden ser injustas, como si cada época no admitiera más que dos o tres músicos por instrumento. Pero hablaba de Moon River y este tema Moody lo canta, este y otro nada más, afortunadamente, pues su voz no parece hecha para lo que logra de sus instrumentos. Un disco dotado de belleza de fácil acceso.
1 comentario en «James Moody – Moody plays Mancini»
Desde niño el tema de la Pantera Rosa me encantó y mi cuerpo y mente quedaron embrujados por esa tonalidad de música. Luego llegó Peter Gunn y descubrí el Jazz. A Mancini le debo mi afición por el Jazz.