Texto: Adrián Besada
En la década de los años ochenta comenzó el movimiento neoclasicista en el mundo del jazz de la mano de Wynton Marsalis. Una idea, a mi parecer, un tanto escolástica e innecesaria de interpretar un modo particular de hacer y entender el jazz. En el ámbito académico se utiliza el termino “traducir” para readaptar el significado de una idea —concepto musical, sonido, u otros— al tiempo presente y actualizar su uso.
Se ha dicho The Jazz Defenders que son los herederos del sonido Blue Note de los años cincuenta y sesenta. Esta afirmación no deja de ser cierta en parte, porque sí es cierto que hay un punto de partida en el sonido del cool y el hard bop, pero The Jazz Defenders son mucho más. Es fácil adivinar en este nuevo álbum influencias del funk moderno y del neosoul o el hip hop —explícito en el tema “Rolling On A High”, junto al rapero británico Doc Brown—, que se diluyen entre una amalgama que incluye mucho swing y algún destello de bebop. En Memory In Motion se presenta una música hedonista y contemplativa que se aleja de intelectualismos, a pesar de que hay momentos de técnica y sobriedad.
The Jazz Defenders puede que partan de un concepto más clásico que otros jazzistas británicos. Sin embargo, los de Bristol son una referencia ineludible del jazz inglés, que se integran a la perfección en la curiosa constelación de músicos y grupos que están rompiendo muchos preceptos jazzísticos a este lado del Atlántico.
