Jazz Eñe: un oasis para el jazz en España

Texto: Adrián Besada / Fotografías cortesía de Fundación SGAE /Jazz Eñe

Entre los días 22 y 25 de julio se celebró en Donosti, enmarcado en la 56 edición del Festival Internacional de Jazz de San Sebastián Jazzaldia, la séptima edición de JazzEñe, la muestra para programadores y medios internacionales organizada por la Fundación SGAE.

De entre más de doscientas solicitudes para participar, solo ocho grupos y solistas fueron seleccionados para actuar ante los representantes de las diferentes organizaciones invitadas. El comité de selección estuvo formado por José Miguel Carmona, director institucional de música de Fundación SGAE; Javier Estrella, director de JazzEñe y presidente de Plataforma Jazz EspañaMiguel Martín, director de Jazzaldia; José Francisco Tapiz, director del blog Tomajazz y colaborador habitual de más JAZZ ; y Lara Vizuete, autora y cantante de jazz participante en Jazzeñe2018.

Desde Más Jazz pudimos asistir a todas las jornadas de esta muestra celebrada en el augusto teatro Victoria Eugenia,  y disfrutar de cada una de las propuestas seleccionadas: Ariel Bringuez Quintet, Caminero Quintet, Daniel García Trío, Chano Domínguez,  Smack Dab, Sumrrá, Alba Careta Group y Manolo y Curra. El formato elegido fue el de Showcases con una duración estipulada de cuarenta y cinco minutos por artistas, además, fueron retransmitidas por streaming a través de las redes de Fundación SGAE.

La primera jornada de JazzEñe se despertaba con resaca musical después de dar el pistoletazo de salida el día anterior a la edición 56 del festival Jazzaldia. Las puertas del teatro Victoria Eugenia se abrían para recibir a los asistentes, medios, músicos e invitados internacionales y comenzar, por su parte, la muestra de jazz que ofrece a grupos de toda la geografía española la oportunidad de ser vistos por ojeadores y programadores de todo el mundo. Así mismo, ofrecieron la oportunidad a managers, músicos y promotores de conocerse e interactuar en reuniones rápidas o “speedmeetings” en una sala de prensa en el interior del propio teatro. Un crisol de inquietudes, estímulos y personas en torno al jazz que dejaba entrever un cierto aire de distensión y complicidad que hizo de este un evento familiar y ameno.

Ariel Bringuez Quintet

Las jornadas, todas ellas matutinas, abrieron a cargo del director de JazzEñe, Javier Estrella, quien introducía a los asistentes en los programas de cada acto. Seguidamente entraban en escena los músicos, siendo el encargado de dar la primera nota de este festival Ariel Bringuez acompañado por su quinteto y presentando su nuevo trabajo “Nostalgia Cubana”. El saxofonista cubano dio un concierto que atrapó al público, al que hizo participar y moverse a través de composiciones con aires caribeños y ritmos afrocubanos apoyadas sobre un jazz de corte clásico muy bien traído por un quinteto que incluía algunos nombres de sobra conocidos en la escena actual como Pablo Gutiérrez al piano, Reinier Elizarde “El Negrón” al contrabajo, Georvis Pico a la batería y Javier Sánchez a la guitarra. Este último, sin duda, uno de los grandes descubrimientos del jazz patrio, pues el guitarrista extremeño destacó especialmente en sus pocas intervenciones como solista, no solo por su extraordinaria calidad musical, sino también porque fue el único guitarrista en toda la muestra, copada por grupos en los que destacaba el piano como acompañamiento armónico.

Pablo Martín Caminero Quintet

Tras el quinteto de Ariel, hizo lo propio el del contrabajista Pablo Martín Caminero, en el que también estaba el propio Ariel al saxofón tenor, además de Moisés P. Sánchez al piano, Carlos Martín al trombón y Michael Olivera a la batería. Este grupo, a pesar de ver acortado su tiempo por la duración excesiva del anterior, dio un concierto en el que pudo mostrar el potencial de su música a través de composiciones de su último disco “Bost”, una revisión de diferentes palos como la granaína, la bulería o la soleá, presentados con mucho humor y con una personalidad arrolladora que dejó entrever nuevos caminos para el ya un poco manido “jazz flamenco”.

El segundo día de la muestra fue introducido por el trío de Daniel García, que está conformado por los ya citados Michael Olivera y “El Negrón”, con quienes presenta su disco “Travesuras”. La propuesta de Daniel pretende introducir ciertos elementos de su tierra natal, Salamanca, con algunas obras que remiten a melodías y sonidos autóctonos. Todo un ejercicio de síntesis y creatividad que, sin embargo, queda un tanto relegado a un segundo plano en algunas ocasiones. Eso sí, con muchos momentos de virtuosismo y elegancia que hicieron de este un concierto más que interesante.

El segundo de los conciertos del día fue el del trío de Chano Domínguez, presentando su último álbum, “Chumbulum”. Un trabajo con los aires flamencos que caracterizan al pianista, pero sin aportar nada nuevo a su repertorio habitual aunque, eso sí, dejo patente una calidad magistral en la interpretación y una paleta de frases y melodías de gran nivel. Si bien el concierto tuvo momentos brillantes por parte tanto de Chano como del  contrabajista Horacio Fumero y el batería David Xirgú, no terminó por destacar entre las otras propuestas de esta edición del Jazz Eñe.

El tercer día fue, sin lugar a dudas, el mas interesante: en primer lugar por el planteamiento de los grupos, conformados como entidades con personalidad propia y no en torno a la figura de un solista y, en segundo lugar, por razones inherentes a cada uno de ellos, empezando por Smack Dab. El joven quintento barcelonés nacido en 2015 y formado por Joan Casares, Oriol Vallès, Lluc Casares, Jöel González y Pau Sala propuso un jazz al que ya no estamos acostumbrados en España, con una escena monopolizada, en muchos casos, por las hibridaciones con los ritmos latinos y el flamenco. Con una puesta en escena que recuerda a las formaciones clásicas de la era del hard bop y la escena americana de finales de siglo, trajeron un repertorio que si bien no destacó por su originalidad, si lo hizo por su energía. Realmente consiguieron evocar al jazzbandismo del que habla Ramón Gómez de la Serna en los años treinta refiriéndose, precisamente, a la escena catalana y vasca. Y es que, realmente, lo que necesitamos a día de hoy es recuperar la esencia hot del jazz, el pulso y el impulso que nos evocan aquellas novelas de Jack Kerouac y Francis Scott Fitzgerald, eso es a lo que deberían aspirar las nuevas generaciones de intérpretes, algo que Smack Dab ya está haciendo.

La segunda actuación de la mañana fue, sin lugar a dudas, la más interesante y original de la edición. Sumrrá cautivó a todo el teatro Victoria Eugenia, al que, tras finalizar, puso en pie varias veces. El veterano trío gallego formado por Xacobe Martínez al contrabajo, Manuel Gutiérrez al piano y “Lar” Legido a la batería presentó en San Sebastián su último álbum “7 Visións”, un trabajo reflexivo lleno de fuerza y creatividad. El grupo comenzó con una energía arrolladora, desplegando recursos únicos en su música, convirtiendo a esta en una auténtica experiencia sonora, sumergiéndose en sonoridades y efectos, ofreciendo al público un espectáculo no de jazz, sino de música en su expresión máxima. La amplia trayectoria de Sumrrá se sintetiza en este nuevo trabajo, que se puede definir en personalidad, poderío y buen gusto.

El festival finalizó con las actuaciones de Alba Careta Group y el dúo formado por Manolo y Curra, que dieron cierre al mismo en su cuarta jornada. La de Alba Careta es otra joven banda catalana, un quinteto que, al igual que sus oriundos Smack Dab, han irrumpido en la escena recientemente con una fuerza brutal. La propuesta de la joven trompetista, sin embargo, va en otra dirección, más íntima y personal, con muchas composiciones para voz y arreglos de temas tradicionales que apelan al sentimiento y, en cierto modo, costumbrismo local. Si bien es cierto que en ciertas ocasiones recuerda a la también catalana Andrea Motis (quizá sea una reminiscencia personal), Alba ofrece una música con mucha inventiva y un discurso que atrapa y emociona.

Los ya mencionados Manolo y Curra son, en realidad, el pianista gaditano Javier Galiana y la artista chiclanera María “La Mónica”. Si bien esta propuesta fue acogida con cierto recelo por el público, ofrecieron un espectáculo divertido, virtuoso y ciertamente entretenido. La concepción de su propuesta, “A flor de piel”, es más teatral que musical, planteada como una improvisación meticulosamente orquestada en la que la voz con aire flamenco es la gran protagonista y en el que se sumergen en los diferentes palos flamencos desde una perspectiva divertida y original, ahondando también en el baile, la percusión y, obviamente, el jazz. Puede que no sea jazz desde una perspectiva ortodoxa, tampoco flamenco, pero sí es una música nueva, entretenida y de gran calidad.

Para finalizar esta crónica, deseamos desde más JAZZ agradecer a la Fundación SGAE, a los/las organizadores/as de Jazz Eñe y del festival Jazzaldia, el trato recibido, la oportunidad de disfrutar y escuchar a cada uno de los grupos y ser parte de un evento que permite  al  jazz español darse a conocer más allá de nuestras fronteras.

 

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