Texto y fotos: Álvaro de la Rosa
Cuando fui a visitar por primera vez la ubicación exacta de la Casa del Ciprés, situada en pleno centro de Córdoba, anduve por el Puente Romano hasta llevar a la imponente pared posterior de la Mezquita-Catedral; continué hasta encontrarme con el monumento del Triunfo de San Rafael, en la misma plaza del Potro. Allí dejo a la izquierda el museo del Potro, donde se ubica el centro flamenco Fosforito, espacio cultural dedicado al estudio y la difusión del arte Flamenco, y a mi derecha el museo del universal pintor cordobés Julio Romero de Torres. Me adentro por la calle Armas y llego a la calle Tornillo, donde aparece, en el número 2, la inmensa fachada de la Casa del Ciprés.
Música, pintura, escultura, monumentos. CULTURA. Todo en el corazón del casco histórico de Córdoba, patrimonio de la humanidad por la UNESCO.
La Casa del Ciprés es un edificio histórico del siglo XVI, que fue casa del párroco de la ermita de la Consolación, luego gestionada por Instituto Andaluz de la juventud. Esta funcionó como un interesante foco de creación literaria y ha vuelto a la vida como alojamiento de lujo, recuperando, asimismo, su trayectoria histórica como espacio cultural. En el interior del edificio se atesoran joyas históricas como un mosaico romano de un hipocampo (tritón) y un arco de las cloacas romanas.
La primera sensación al entrar a la casa es su frescor que da su patio en estos días de temperaturas altas, que recibe a los visitantes con un tragaluz, rodeado por las magníficas estancias del edificio. Magdalena Entrenas, mientras ultima los preparativos del concierto, tuvo la gentileza de enseñarme todas las estancias donde destaca el mantenimiento de la arquitectura original y el buen gusto por mobiliario moderno que hace una mezcla de sensación muy acogedora.
La Casa del Ciprés, un lugar de cultura, hoy se abre al jazz, una nueva propuesta que contó con la actuación de Julio Falero ft. Paul Keeling.
“Cultura”, rasgo distintivo de lo humano que se aprende mediante un proceso de socialización por la enseñanza de los patrones culturales de una determinada sociedad que desarrolla a través de largos procesos históricos de evolución.
El antropólogo estadounidense Glifford Geertz (1926-2006) definía la cultura como “un conjunto de símbolos que obra estableciendo vigorosos, penetrantes y duraderos estados anímicos y motivaciones en los hombres, formando concepciones de un orden general de existencia, y revistiendo estas concepciones con una aureola de efectividad tal que los estados anímicos y motivaciones parezcan de un realismo único” (1997).
Esta definición de la cultura, alejada de los artificios humanísticos que tanto se utilizan en la política u otras disciplinas que instrumentalizan el arte en detrimento del hecho artístico, tenía todo el sentido en el marco que se a descrito, La Casa del Ciprés. La mezcla entre lo musical y lo identitario ha sido el detonante para el surgimiento de la formación: dos españoles, Julio Falero (Voz) y Alejandro Tamayo (Contrabajo), un norteamericano Paul Keeling (Piano) y un escocés,Stick Cook (Baterista).
Julio Falero, curtido desde muy joven en el mundo del rock, conoció el jazz de la mano de Glen Macdonald, saxofonista canadiense, primero como baterista y, posteriormente, como guitarrista y cantante. Ha actuado and múltiples escenarios, clubs de jazz y festivales. Su repertorio se basa en stardards de jazz con algún guiño al Soul y Rythm&Blues.
Paul Keeling, pianista estadounidense originario de San Diego (California), es muy conocido en su ciudad de adopción, Vancouver (Canadá), como intérprete y compositor de jazz innovador y melódico. Sus composiciones, así como sus actuaciones en directo, son líricas y reflexivas, pero están fuertemente basadas en las tradiciones del jazz moderno, con influencias de maestros como Pat Metheny, Bill Evans, Keith Jarret, Horrace Silver y Lyle Mays, así como una educación temprana impregnada de música clásica y estudios corales. En California, durante cuatro años fue miembro del aclamado cuarteto del trompetista de la costa oeste Gilbert Castellanos, que incluía al batería Willie Jones III, quien tocó y grabó con Herbie Hancock y Cedar Walton. Ha realizado giras por Estados Unidos, Canadá y Europa, incluyendo España y Gran Bretaña. Ha grabado tres álbumes de composiciones principalmente propias, tocando en diferentes formatos desde trío a sexteto. The Farthest Reach (2009), Ancient Lights (2015), que obtuvo una nominación a la mejor grabación de jazz en los Western Canada Music Awards, y Focal Practice (2019).
Pasan unos minutos de las nueve de la noche, los asistentes son recibidos con un magnífico champán, Magdalena, una de las anfitrionas, hace la presentación del grupo jazzístico, mostrando su entusiasmo por ser la primera vez que sonaba jazz en La Casa del Ciprés. El grupo utilizó un repertorio típico de los crooner estadounidenses de principios de siglo, con la voz del cantante granadino suave y murmurante. Integraron temas con estilo bebop y hard bop. La banda interpretó canciones míticas como: “Cry Me a River”, “All Of Me”, “This Can’t Be Love”, además de composiciones propias del pianista. Paul Keeling nos ha demostrado en este espectáculo que en lugares como Córdoba, muchas veces olvidada dentro de la actividad jazzística nacional, comienza a dar visibilidad y espacio a propuestas que, esperemos, pueden crear una escena de jazz y nutrir a jóvenes músicos de la ciudad.