JAZZMADRID 20 – Iñaki Salvador & Chris Kase, en abierta intimidad

©Jorge Arévalo
©Álvaro López del Cerro

Texto: Federico Ocaña / Fotografías: Inés Azagra & Álvaro López de Cerro

Iñaki Salvador y Chris Kase se conocen desde hace años, pero no han tocado nunca a dúo. Lo hacen en el salón de casa y proponen abrirnos, para este concierto en el teatro Fernán Gómez, las puertas del salón para nos asomemos al encuentro de dos músicos que tienen mucho en común, desde su experiencia como docentes en diversos centros superiores hasta esas colaboraciones como sideman de otros músicos a lo largo de esos años -Iñaki Salvador recuerda, en la introducción, al saxofonista Mikel Andueza.

©Inès Azagra

Nos adelantan los músicos -en concreto es Salvador quien toma la palabra para introducir el concierto y los temas- que, como en cualquier ensayo, habrá errores y advierte de la timidez de Chris Kase. Algunos titubeos, algunas dudas en el piano en el primer tema, True or Waltz?, de Kase, para en seguida dejar que las manos, como en un deporte de equipo, se sientan libres desde una defensa, la mano izquierda, impecable en la digitalización y al acompañamiento de bajo caminante. Así empieza a volar la mano derecha, muy pegada al tema pero exprimiéndolo en cada variación, basculando entre el swing y bop, con una despliegue técnico espectacular pero contenido, sin aporrear las teclas, ocupando el tiempo justo, repitiendo lo justo los recursos. Homenajeando a Thelonious Monk, el fiscorno de Kase suena elegante, sin estridencias, idóneo para una sala de cámara, desgraciadamente algo más perdido, sea por timidez, sea por la amplitud del espacio, en la sala Guirau.

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El segundo tema, también de Kase, Monje, con el estadounidense a la trompeta, en un registro de nuevo juguetón. Músicos como Salvador y Kase saben callar cuando el otro lleva la batuta del tema, lo demuestran en este concierto, aunque a veces ese respeto nos hace quedarnos con las ganas de algo más de atrevimiento, con un intercambio de golpes más puro, menos contenido -lo que no impide que disfrutemos de igual forma con el elegante diálogo que sostienen. Quizá por eso se ajustan perfectamente a la fórmula Como tú quieras, que Salvador acuñó para zanjar los debates con el gran Tete Montoliu y que da título a un tema de su repertorio (evocó Salvador el estreno en “Pianos para Tete”, mítica velada en el también mítico Colegio San Juan Evangelista). La composición podría invitar a una calma mayor, permite sin embargo que el dúo se acabe de ensamblar, que despeje las dudas. Kase, de nuevo al fiscorno, está inspirado en los solos y variaciones, tira de saltos interválicos, de cambios de ritmo, y Salvador, correcto doblando a la trompeta, espectacular en la ejecución y repetición de notas, dejando motivos del tema por todo el teclado. Es una melodía ligera, pero que los músicos respiran y nosotros escuchamos ya como un clásico.

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El público, quizá también intimidado, sobrepasado por la amplitud, con cada miembro separado del siguiente desconocido por una butaca de seguridad, no se atreve a aplaudir los solos, así que, como en un concierto de música clásica pero sin toses entre las piezas, Salvador y Kase se dejan llevar, creo que acertadamente, en un medley compuesto por Puddle Jumper (Kase), la delicada balada Duke Ellington’s Sound of Love (Charles Mingus) y For H. (Kenny Wheeler, arreglo de Kase). El recorrido de los temas, que obliga, por la mayor duración total y el lirismo, a contener el aliento, tiene momentos de lucimiento para ambos. Más que melodía con acompañamiento, piano y trompeta (fiscorno en Duke Ellington’s… y For H.) interpretan dos melodías independientes que van dialogando, persiguiéndose, preguntando y contestando. En la dificultosa Puddle Jumper, que introduce Kase, consiguen reflejar al niño cruzando los charcos o a un músico viajando constantemente, en aviones de corto recorrido, yendo de un lado a otro para ensayar. En Duke Ellington’s… y en For H., las dos melodías, esquivándose y encontrándose, nos llevan a la oscuridad, al aliento, a la cercanía: un ejercicio de minimalismo jazzístico, con armonías sencillas (“I was young and carefree, not a song had found my soul”, decía aquel), eso sí, llenas de matices, y melodías que llevan una a otra, de lo que da fe el puente entre ambas, un magistral solo de Kase sin acompañamiento.

©Álvaro López del Cerro

El concierto concluye con dos temas: oficialmente, con la Ezpatadantza de Jesús Guridi, arreglo de Iñaki Salvador, fuera de programa con Mind del propio Salvador, un bis que tiene que darse por empeño de público e intérpretes al filo del obligado cierre. Es una conclusión que refleja bien la temperatura y el carácter del concierto: un tema juguetón, de raigambre popular, como la Ezpatadantza, junto a un tema, Mind, misterioso como la mente misma desde la apoyatura y el arpegio iniciales.

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Así es como Iñaki Salvador y Chris Kase se reúnen: entre juego y ejercicio lírico, entre los saltos y la emoción contenida (en una sala quizá demasiado grande, o ante un público demasiado rígido), en los diálogos donde se encuentran más cómodos y en los errores.

La programación completa y detallada de JAZZMADRID 20 esta disponible pinchando este enlace

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