Texto: Gilberto Márquez
Uno contempla la portada de Reunión (distribuido por Rizoma Records, 2020), el nuevo disco del pianista José María Pedraza ‘Petaca’ y el multiinstrumentista Sergio Albacete, y alcanza la ansiada tranquilidad que, en más ocasiones de las deseadas, nos roba la convulsa actualidad. La imagen tomada por el propio Albacete de un mar en calma, bajo un encapotado cielo que deja entrever los rayos de un tímido sol, proporciona, junto a las delicadas interpretaciones de ambos, un estado de placidez absoluta. Pero es que, asimismo, la fotografía tiene mucho de simbolismo, sobre todo por mostrar ese nítido horizonte que funde a dos elementos en la lejanía. Y es que, tras varios años sin que el antequerano y el jiennense colaboren estrechamente, como habían hecho en proyectos anteriores, léase Prisma Quartet, Across Collective o Parkerland, ahora vuelven a unir fuerzas para ofrecer un compendio de cómo piano y saxo se divierten a través de un terapéutico diálogo.
El ensamblaje de los dos instrumentos en estos tres cuartos de hora larga de confortables melodías y joviales armonías es una prueba fehaciente de la versatilidad demostrada por los dos artistas durante sus amplias trayectorias para acoplarse a las más diversas causas. No en vano, Pedraza ha intervenido en álbumes de Jorge Pardo (Djinn, Karonte, 2016), Diego Guerrero (Vengo caminando, 2016) o 23 Collective (Breaking cocos, 2019). Por su parte, de Sergio Albacete hay que recordar, entre otros, aquel ecléctico viaje sonoro que supuso Ahora (Blue Asteroid, 2016), la propuesta Jazzmenco, su aportación al Homenaje a Paul McCartney (Clifford Records, 2014) que nuestro compañero en Más Jazz Magazine Ramón García realizó bajo el nombre de La Taberna del Piano o la participación en dos referencias de Domestic (Domestic, 2001 y Microscopical, 2004, ambas para la compañía Cosmos Records), colectivo granadino que experimenta con jazz, hip hop y electrónica. Aunque, lo que más llama la atención es la incontinencia creativa que parece haber concentrado en los meses de confinamiento, pues de esta época ha brotado, además de Reunión, Stay in the jazz’ home (2020), disco de la Big Band Ramón Garay, formación que él dirige en el conservatorio del mismo nombre de su ciudad natal, y el álbum de Pigmalión, junto al guitarrista almeriense Carlos López, La búsqueda de la belleza.
Precisamente la persecución de esa belleza sigue estando entre los firmes objetivos de este trabajo constituido por cinco composiciones de ‘Petaca’ y dos adaptaciones ajenas. La primera de estas últimas que los andaluces defienden en el ‘tracklist’ es el estándar del saxofonista Sam Rivers Beatrice, al que de manera soberbia expanden e imprimen un ritmo sutilmente más acelerado que el que presenta la balada editada por el de Oklahoma en 1965 en su cotizado LP Fuchsia swing song para el sello Blue Note. Más llamativo, sin embargo, resulta el otro corte que llevan a su terreno, ya que se atreven a trasladar al lenguaje jazzístico un ejemplo de la canción de autor como es Óleo de mujer con sombrero de Silvio Rodríguez, tema de 1970 que el cubano registraría por primera vez en Madrid ocho años más tarde.
Entre las piezas de autoría de José María Pedraza encontramos las que evocan instantes más reposados –The song of reunion o Flor de un día-, ideales para la contemplación de ese suave vaivén de las olas que propone la carátula, junto a otras más enérgicas, como Eme o Choro del alborozo, en las que Pedraza y Albacete se lucen mediante espléndidos desarrollos instrumentales e improvisaciones. Pero, sobre todo, lo que consiguen a lo largo de todo el repertorio es hermanar perfectamente el sonido del piano y del saxofón, lo que propicia que Reunión se asemeje a una instantánea que plasma la felicidad por volver a compartir experiencias con un amigo especial tras un amplio lapso de tiempo.