Loma’s Trio: “Esta es mi visión del folklore en Cuba y de cómo quiero expresarlo”

Texto: Rosa García / Fotografías: cortesía de Hangar 48

El saxofonista cubano afincado en Madrid, César Filiú, recalcaba la importancia que tenía para él aportar una visión personal a la mirada que realiza sobre la música popular de su país de origen. Lo hacía así, tanto con sus palabras, como con sus composiciones, en el concierto del pasado jueves en Hangar 48.

El ambiente cavernoso del underground jazz club de la calle Bailén estuvo impregnado de un aura juvenil. El concierto se llenó de jóvenes entusiastas que disfrutaron de un jazz muy particular. Esto es así, porque César Filiú ha conseguido implementar sus influencias folklóricas con las estéticas del jazz y del RnB contemporáneo, incorporando sonoridades más cercanas al hip hop. Su trío, integrado por el batería Rodrigo Ballesteros y el bajista Yarel Hernández, ambos compañeros del líder en previos proyectos y con un sonido inconfundiblemente moderno, estuvo completado por los hermanos Vistel como invitados en varias de las composiciones.

Muchas de sus composiciones, todas del saxofonista, llevaban en el tintero unos 15 años, remóntandose su creación a la época de formación del artista. Y todas “giran en torno a la idea de cubanidad”, y a la idea del folklore. Nos aclaraba, además, la importancia de sus recuerdos y el papel que desempeñan para la elaboración de su estilo propio. De última hora abrió el concierto y discurrió sobre un ciclo sencillo y en secciones contrastantes, bajo el interesante groove de la mano de Ballesteros.  Bulería, tema por el cual el saxofonista se justificó ante el público español, conformaba una visión particular de este palo. Comenzó como una balada para luego volverse más percutivo, sobre una base de palmas. Filiú realizó un solo muy lejano, rítmico, moderno y bailable, en una especie de contemporaneidad que oscilaba entre el folklore y el jazz de nueva cuña.

El tercer tema de la noche, 47 y loma, contó con la colaboración de Jorge y Maikel Vistel, invitados de lujo del concierto. La composición, “basada en el danzón, pero con un toque de RnB”, funcionaba como un entramado contrapuntístico ciertamente emocionante. Los solos de los Vistel fueron, como siempre, creativos, con una sonoridad negativa y con dinámicas elevadas. Convergencia, de nuevo a trío, se presentó como un bolero clásico, y, sin embargo, con cierta inestabilidad estructural. El compositor nos brindó, también, una “simplificación abstracta del son cubano” con Son pa ti, que contó con una interesante introducción con el bajo de Yarel Hernández. El último tema, El Yunke, hacía honor a la montaña homónima de la ciudad de Baracoa, en Guantánamo. La melodía es sugerente y delicada, y el arreglo que la acompañaba, contrapuntístico en su conducción y de textura homorrítmica, todo ello propiciando una claridad muy evidente en la escucha del público.

El proyecto, Loma’s Trio, tiene una trayectoria un poco más larga, que se remonta a cuando el saxofonista vivía en Cuba. Sin embargo, es ahora cuando admite que esté cuajando realmente. Filiú tiene perspectivas de futuro para grabar un disco en los próximos meses con sus composiciones, así como de otras interesantes iniciativas que recomendamos al público que siga atentamente.