El bluesman americano echó el telón del exitoso 39ª Cartagena Jazz Festival.
Texto: José An. Montero / Fotos: María Ramos.
Lucky Peterson cerró la 39ª edición del Cartagena Jazz Festival de la única manera que lo hacen los grandes, saliendo por el patio de butacas con el público en pie, dando palmas y cantando a todo pulmón Johnny B. Goode.
Poco más se puede pedir a un Festival que, ante el apuro de la suspensión de la gira por parte del contrabajista israelí Avishai Cohen, reaccionó sustituyéndolo en el cartel por el bluesman americano Lucky Peterson que, en este tramo otoñal de la gira, sólo tenía prevista en España la cita del Jazz Madrid dos días antes.
Lo más grande de lo ocurrido ayer en el Teatro Circo de Cartagena es esa sensación de haber vivido un momento único, aunque todos los presentes sepamos que, en este sentido, en el show tan interiorizado de los músicos estadounidenses, todo estaba medido al milímetro en su riguroso programa de giras por todo el mundo. No importa que hiciera exactamente lo mismo en Madrid o en cualquier otra parada de la gira. Da exactamente igual. Para todos los presentes fue un momento único ver bajar a Lucky Peterson al patio de butacas, sentarse entre el público y obsequiarnos con un popurrí de grandes temas a la guitarra. Para todos los presentes será un momento único e inolvidable. Viva el show. Seguiremos cantando Johnny B. Goode! mientras nos quede aliento y, cada vez que suene, recordaremos a Chuck Berry, a los Burning y también a Lucky Peterson sentado tocando su guitarra entre nosotros.
Dos horas duró el solvente concierto del sexteto encabezado por Mr. Peterson, con la participación vocal de su esposa Tamara Tramell y de su banda The Organization, liderados por el barbudo escudero Shawn Kellerman a la guitarra. Otro gran concierto de esta eterna gira de presentación en directo de su disco “The Blues are back!”, en la que Lucky Peterson luce esa joya de Hammond B3 que alterna con la guitarra, mientras Rachid Guissous ocupa su lugar. Una banda que mima y cuida al de Buffalo y que es capaz de pasar de los susurros, bajo una imaginaria luna, hasta un trepidante y ensordecedor sonido en décimas de segundo, como esos grandes coches americanos que imaginamos circular con la música de Lucky Peterson a todo volumen.
Un gran broche para esta 39 edición del Cartagena Jazz Festival que avanza con aires de renovación y muy buena salud musical y de asistencia hacia su cuarenta cumpleaños en una próxima edición de la que ya estamos empezando a disfrutar, imaginando las sorpresas que puede traernos.
Después de dos meses de gira continuada por Europa, Lucky Peterson volverá a su tierra a disfrutar de buena comida americana y a celebrar el Día de Acción de Gracias con su familia, antes de regresar de nuevo a Europa para continuar su gira por Francia, en diciembre y enero.