Texto: Eduardo De Simone
La destacada pianista y compositora norteamericana es una estrella en el reino de la improvisación. Dueña de un estilo que hoy está en la cima de su madurez, cuenta en una entrevista con MásJazz sus comienzos en la vanguardia y la emoción de su encuentro con Cecil Taylor. Pasó por Barcelona con el trío de Joe Lovano para ofrecer un concierto extraordinario.
El trío Tapestry de Joe Lovano, Marilyn Crispell y Carmen Castaldi no es por cierto el tridente clásico en el que el saxo lidera y el resto acompaña en la rítmica con algún solo ocasional. Nada de eso, la interacción es su fuerte y la creación de atmósferas envolventes supone una identidad que, luego de tres notables discos editados por el sello ECM, constituye una marca registrada.
En vivo, Lovano hace gala de una evidente madurez en el manejo de sus silencios: sabe cuándo dar espacio al piano de Marilyn Crispell. Los solos de ella, sostenidos con sobriedad por la batería de Castaldi, entrelazan lirismo y fogosidad, una muestra de la evolución de su musicalidad a lo largo de las décadas, desde aquellos años en los que se deslumbró con Coltrane y luego con Cecil Taylor y se embarcó en el arte de la improvisación.
Los destellos de energía que Marilyn dosifica en sus presentaciones acaso contrasten con su personalidad apacible y amena. Cuando se le recuerda un concierto de bastantes años atrás en Buenos Aires junto a los alumnos del Conservatorio Manuel de Falla captura rápidamente aquel instante y hasta pregunta por algunos estudiantes con nombre y apellido.
Desaparecidas Carla Bley y Geri Allen, Marilyn se haya erigido tal vez en el faro de un grupo cada vez más extenso de extraordinarias pianistas mujeres que fueron retratadas en un reciente disco de Kris Davis, dedicado a seis artistas que ella reconoce como imprescindibles, entre las cuales Crispell ocupa un lugar destacado.
Nos dijo Kris Davis sobre Marilyn en una reciente entrevista: “Cuando tenía poco más de veinte años, escuché por primera vez a Marilyn Crispell en una colección de grabaciones en piano solo titulada Selected Works 1983-86. Su poder y claridad de ideas me inspiraron y seguí su trabajo durante muchos años. Me sentí agradecida de conocerla hace algunos años en Woodstock y valoro mucho nuestras conversaciones permanentes sobre música, el paso del tiempo y la enseñanza. Siempre esperas que cuando logres conocer a tus héroes musicales, sean amables, abiertos y generosos. Marilyn encarna todas esas cualidades”.
Una descripción inequívoca de esta pianista y compositora nacida en Pensilvania, que comenzó a edad temprana a internarse en el camino de la improvisación y que construyó una carrera de alta valía, que incluye más de diez años como integrante del cuarteto del saxofonista Anthony Braxton. Además de esa experiencia tocó con infinidad de músicos diversos, desde Reggie Workman, Wadada Leo Smith y Roscoe Mitchell hasta Gary Peacock y Paul Motian, estos últimos compañeros de grabación del disco Nothing Ever Was, Anyway: the music of Anette Peacock, su primer álbum para la etiqueta ECM.
Tras el deslumbramiento por Coltrane, Marilyn quedó apabullada por el estilo del pianista Cecil Taylor. Alguna vez relató su primer encuentro con él en el marco del Creative Music Studio: Taylor estaba jugando al billar en un salón detrás del cual había un piano. Marilyn se sentó e improvisó una suerte de concierto para ver la reacción de Cecil. “Cuando terminé me besó la mano y dijo: ¡Esta señora puede tocar! Todavía me siento halagada”.
En una entrevista con MásJazz luego de su reciente presentación en el Festival de Jazz de Barcelona con el trío Tapestry en la sala del Conservatori Liceu, Marilyn agrega acerca de aquel decisivo encuentro: “Fue como conocer a mi alma gemela musical”.
Comenzaste a improvisar a temprana edad. ¿Cómo surgió en ti la vocación de improvisar?
Marilyn Crispell : Sí, empecé a improvisar a una edad temprana. Tocaba una pieza que estaba estudiando y luego simplemente continuaba tocando en ese estilo al final de la pieza. Desde muy joven estudié teoría y armonía en el Departamento Preparatorio del Conservatorio Peabody en Baltimore, Maryland. Teníamos que improvisar sobre todo lo que aprendíamos: cada intervalo, progresión de acordes, etc. Además, fui a un campamento de música de verano en Vermont donde obtuve una beca a cambio de tocar en clases de danza moderna, algo que seguí haciendo para ganarme la vida en Boston y Nueva York cuando vivía allí.
Has dicho que escuchar A Love Supreme fue una experiencia reveladora para tu orientación artística. ¿Qué significó exactamente descubrir a Coltrane? ¿Hubo otras experiencias similares durante tu carrera?
Marilyn Crispell : Escuchar a Coltrane por primera vez en la grabación A Love Supreme fue una experiencia única que cambió mi vida. Eso creó el camino para mi vida posterior. Fue más allá de la música, como sentir una transmisión increíblemente fuerte de amor, una especie de amor universal. La música por sí sola no habría tenido el mismo efecto. Fue a través de la música, de alguna manera, que el amor se transmitió, esa es la mejor manera en que puedo explicarlo. Sabía que yo tenía que ser un reflejo de aquello que fuera que estaba escuchando y sintiendo, lo que también incluía involucrarme fuertemente en la comunidad afroamericana de músicos. Pasar tiempo en el Creative Music Studio en Woodstock me permitió conocer y tocar con muchos de esos músicos, como Anthony Braxton, Leo Smith, Roscoe Mitchell, Oliver Lake o Anthony Davis.
¿Qué significó para ti conocer a Cecil Taylor y cómo influyó su música en tus años de formación?
Marilyn Crispell : Conocí a Cecil Taylor por primera vez en el Creative Music Studio, y fue como conocer a mi alma gemela musical. Su música ha sido una gran influencia en mí desde el principio: su estética, tonalidades, energía. Había elementos que recordaban a la música clásica contemporánea que había estado estudiando, y eso creó una suerte de puente para que yo entrara en el reino de la improvisación extendida.
¿Cómo valoras los más de diez años que trabajaste con Anthony Braxton? ¿Cómo contribuyó esa experiencia a construir tu sonido posteriormente?
Marilyn Crispell : Tocar con Anthony fue probablemente lo más importante que me sucedió en términos de entrar en el mundo de la música creativa contemporánea. Una vez más, sentí una relación con la música clásica contemporánea y así como con el jazz, y la brillantez con la que fue capaz de combinar esas influencias. Tocar con él requirió de muchas lecturas a primera vista difíciles, algo que ya había estado haciendo como música clásica. Sus composiciones han sido una influencia en algunas de las mías, y tocar con él y el cuarteto fue mi primera experiencia real de tocar en conjunto y aprender a escuchar, adaptarme espontáneamente a la dinámica del grupo a medida que se mueve y cambia, aprendiendo a dejar espacio. También tenemos un concepto compartido de piezas de collage: la interpretación simultánea de más de una pieza a la vez, y la música que surge como resultado, similar a lo que estaba haciendo Charles Ives.
Has dedicado mucho tiempo a la docencia. ¿Qué notas en los nuevos alumnos respecto a su conocimiento de la historia de la música y su vocación por desarrollarse artísticamente?
Marilyn Crispell : Cuando enseño, no enseño jazz tradicional; trabajo únicamente con improvisación, no en ningún estilo en particular. Siempre empiezo desde donde ya están mis estudiantes, y les ofrezco orientación y sugerencias, incluyendo tocar juntos. La mayoría de las personas con las que he trabajado son expertas en cualquier tipo de música con la que estén involucradas y parecen apasionadas y dedicadas a su desarrollo musical.
Con el trío Tapestry de Joe Lovano y Carmen Castaldi has editado tres discos y has realizado varias giras. ¿Qué supone esta experiencia en tu dilatada carrera?
Marilyn Crispell : Tocar con Joe Tapestry ha sido otro punto culminante para mí: hemos estado tocando y grabando desde aproximadamente 2018, incluida una semana anual en el Village Vanguard en Nueva York, las tres grabaciones que mencionaste y bastantes conciertos y giras internacionales. Ha sido una experiencia increíble para mí tocar con Joe, aprender su música, tener el desafío de probar cosas nuevas fuera de mi zona de confort anterior y esforzarme por cumplir siempre con sus altos estándares de musicalidad. La música siempre es buena y, a veces, hay puntos culminantes increíbles que trascienden la música de la manera en que «A Love Supreme» lo hizo por mí.
¿Escuchas a pianistas de las nuevas generaciones? ¿Puedes mencionar algunos que te interesen?
Marilyn Crispell : Algunos de los pianistas que conozco y amo de las nuevas generaciones (nuevos para mí en términos de mi edad) son Alexander Hawkins, Angelica Sanchez, Kris Davis, Jason Moran y Craig Taborn. Estoy seguro de que hay muchos otros que no he escuchado.
¿Puedes contarnos sobre tus nuevos proyectos que están en marcha?
Marilyn Crispell : Estoy trabajando en la música para una grabación a dúo con el bajista sueco Anders Jormin, que espero grabar el año que viene para ECM. También hay varios proyectos con músicos más jóvenes que me han invitado a tocar y grabar con ellos. En este momento, no tengo una banda propia, pero espero tocar más conciertos en solitario como el que acabo de hacer en el Festival de Jazz de Berlín. También espero hacer más proyectos colaborativos con artistas visuales.
Como si hicieran falta más honores, Marilyn resultó la ganadora del NEA Jazz Master 2025, una de las distinciones más relevantes en los Estados Unidos, a la que también accedieron en su hora músicos como Miles Davis, Sonny Rollins, Ornette Coleman, Cecil Taylor y sara Vaughan.
Su más reciente disco, Forest, un dúo con el baterista Harvey Sorgen editado por el sello FSR, confirma que esta artista es una referencia insoslayable en la escena de hoy.