Max Roach: Jazz y activismo social

Max Roach
Max Roach

Debido al gran legado que ha dejado en la música jazz, el baterista ha sido galardonado con premios como el Premio Pulitzer de Música, el Premio Nacional de Artes y el Mac Arthur Foundation Fellowship. Más allá de los premios, su verdadero legado reside en la música y en las generaciones de bateristas que siguieron su ejemplo.

 

Texto: Mencía Gómez

 

Max Roach (1924-2007, EEUU) es considerado uno de los bateristas más influyentes de jazz, pionero del bebop y reconocido por ser un gran innovador en cuanto a los ritmos, patrones de la percusión y en la fusión de estilos,  así como por el carácter social de su música.

Inicios de su carrera y la revolución del Bebop

Maxwell Lemuel Roach, nacido el 10 de enero de 1924 en Newland (Carolina del Norte),  desde joven estuvo rodeado de música: su madre era una cantante de gospel, y él, a los 16, ya tocaba en la orquesta de Duke Ellington y de Count Basie. Con 18 se graduó en percusión, lo que le permitió a partir de ese año trabajar, junto a su amigo Bud Powell –pianista–, en los clubes de la Calle 52 de Manhattan, centro neurálgico del jazz norteamericano en las décadas de los 40 y 50. En ese ambiente comenzaba a surgir un nuevo estilo, el bebop, que sucede al swing, un nuevo sonido que Charlie Parker (saxofonista), Dizzy Gillespie (trompetista), Thelonious Monk (pianista) y Kenny Clarke (baterista) estaban inventando en esos momentos, y donde Max Roach comenzó a sumergirse para iniciar su gran trayectoria musical, caracterizada por ser cambiante y dinámica. 

El bebop se caracterizaba por tener ritmos más rápidos y con armonías más complejas, ya que el objetivo de este estilo no era ser bailado –como sí lo era el swing–, sino que tenía el fin de ser escuchado. Además, a diferencia del swing, donde el conjunto era la big band, en el bebop el combo estaba formado generalmente solo por saxo, trompeta, piano, guitarra, contrabajo y batería. Esto se debió también a que, con la guerra y la falta de recursos, no podían seguir manteniéndose las big bands.

Max Roach
Max Roach

Entre las aportaciones que Roach hizo al bebop, junto a otros percusionistas, modificó el set de batería que para entonces aún no tenía la forma que conocemos ahora, incluyendo el ride que aún no tenía protagonismo en el jazz. Esto hizo, por un lado, que los platos dejasen de sostenerse sobre el bombo y se sostuvieran en sus propios pies; y, por otro lado, que el pulso rítmico principal pasara del bombo al plato. En esto último, Roach, junto a Kenny Clarke, ampliando las pautas de Jo Jones, añadieron el plato ride al hi-hat como cronometrador principal y reservaron el bombo para los acentos –a los que se llamó “bombs”. De esta forma, también el bombo dejó de tener la función de seguir el four-on-the-floor que marcaba la negra durante el tema. Así, estilo de batería en el bebop se caracterizó porque apoyaba a los solistas con acentos y rellenos a modo de un call and response y no se reducía solo a seguir un ritmo. Asimismo, este nuevo estilo hizo que el bajo cobrase importancia al tener una línea andante para apoyar el ritmo y no solo la armonía.

La primera grabación formal del bebop fue “Woody’n You”, que ocurrió cuando Roach frecuentaba la Calle 52 y actuaba sobre todo con el saxofonista y clarinetista Coleman Hawkins. En 1945, con tan solo 21 años, pasó a formar parte del histórico quinteto de Parker y Gillespie –junto a Hawkins– con el que actuaban en el club Three Deuces y grabaron temas emblemáticos del bebop como “Billie’s Bounce” y “Now’s The Time”.

El Hardbop y la Gran tragedia

En los años Roach cofundó Debut Records con Mingus, lanzando el innovador álbum en vivo “Jazz at Massey Hall” en Toronto, con Parker, Gillespie, Bud Powell y Mingus, anunciado como “el mejor concierto de todos los tiempos”. Ello resultó ser una de las formaciones más recordadas en la historia del jazz, aunque lamentablemente Debut Records no tuvo tanto éxito en los años posteriores. Este proyecto de Roach, Mingus y su esposa, tenía como objetivo evitar firmas con grandes empresas que no permitieran sacar a la luz ciertos temas a la vez que daban a conocer a nuevos músicos; sin embargo, no tuvo éxito.

Aun así, Roach no se desanimó, pues seguía en otros proyectos, como en 1954 con Clifford Brown, con quien tenía un quinteto de hardbop, que en menos de tres años logró ser uno de los grupos fundamentales del hardbop y de la década, grabando para el sello EmArcy toda una serie de discos influyentes, entre ellos el homónimo “Clifford Brown & Max Roach” (1954) o “Study in Brown” (1955) con temas conocidos como “Joy Spring”. Este estilo de jazz fusionaba el bebop con influencias del blues, el gospel y el rhythm and blues, dándole un carácter más emotivo y accesible.

Sin embargo, el mismo año que ambos músicos grabaron “At Basin Street”, en 1956, ocurrió la gran tragedia: Clifford Brown y Richie Powell tuvieron un trágico accidente de coche que les costó la vida, muriendo con 26 y 25 años respectivamente. Ello resultó un golpe duro para Roach que llevaba 3 años trabajando con ellos, y que le hizo mantenerse un tiempo tocando solo en trío con el contrabajista George Morrow y el saxo tenor Sonny Rollins.

«We Insist! Freedom Now Suite» y el Activismo musical

We insist
We insisit

Pese a las desdichas de los últimos años, con el fracaso de Debut Records y la muerte de su amigo y colaborador Brown, Roach continuó trabajando, dando un vuelco a su carrera: en este década el baterista reflejó la sensibilización que tenía por la lucha de los negros. Roach fue uno de los primeros músicos estadounidenses en comprender los complejos polirritmos de África que para entonces eran poco convencionales en EEUU y uniéndolos con elementos de las músicas norteamericanas en un jazz moderno y con un contenido de carácter antirracista. Estos ritmos africanos quedan reflejados en los temas referidos a África, como en “All Africa”, así como el sufrimiento de los negros en temas como “Tears for Johannesburg”, donde se recuerda la crueldad sangrienta hacia los africanos en Sudáfrica, así como lo mucho que quedaba por conquistar todavía en EEUU. 

Ello coincidía a finales de los 50, justo cuando comenzaba a gestarse el movimiento antirracista y por la lucha de derechos civiles de los negros con la detención de Rosa Parks por negarse a cederle el asiento a una blanca y la consecuente respuesta del boicot a los autobuses de Montgomery liderado por Martin Luther King Jr. Así, en 1960, Roach compuso, arregló y grabó “We insist, Freedom Now Suite”, junto a Coleman Hawkins, Booker Little y Oscar Brown Jr.. Se trataba de un manifiesto que se revelaba contra el racismo y esclavitud. 

En la grabación de “We Insist”, solo Roach y la vocalista Abbey Lincoln actúan en las cinco pistas. Esta influyente cantante ya tenía una trayectoria musical previa, colaborando con Benny Carter, Sonny Rollins o Benny Golson. Durante este álbum surgió el amor entre Roach y Lincoln que acabaron casándose en 1962 y mudándose a Los Ángeles para seguir trabajando juntos hasta 1970, cuando se separaron. Fue la relación amorosa de Roach más próspera durante su vida.

Últimos años y Legado

Además de su carrera como intérprete, Max Roach fue un dedicado educador. Enseñó en varias instituciones, incluidas la Universidad de Massachusetts Amherst y la Escuela de Música Lenox. A través de su enseñanza, inspiró a una nueva generación de músicos, compartiendo no solo su conocimiento técnico, sino también su filosofía sobre la música.

En los años 70 y 80, Roach continuó innovando. Formó un conjunto de percusión “M’Boom Re” que utilizaba exclusivamente baterías y tambores, con el que recorrió el mundo. También colaboró con más músicos del free-jazz, un estilo caracterizado por trasgredir las normas de armonía clásicas y contextualizarse en las luchas sociales de los negros, como Archie Shepp o Cecil Taylor. Asimismo, participó en otros géneros musicales, aparte del jazz: por un lado estuvo en el grupo de hip hop “Fab Five Freddy” (1983); y por otro, compuso música más clásica, como la de “Sueño de una noche de verano” de  Shakespeare para el San Diego Repertory Theatre y la suite “Toot Sweet”  para orquesta de cámara y batería en 1985. 

Su última actuación fue en la celebración del 50 aniversario del concierto original del Massey Hall, tocando Roach solo en el hi-hat. Murió por problemas relacionados con el Alzheimer y la demencia en Manhattan en la madrugada del 16 de agosto de 2007

Max Roach fue mucho más que un baterista: fue un visionario, un educador y un activista. Su música no solo deleitó a los oyentes, sino que también desafió las normas y amplió las posibilidades del jazz. Desde sus contribuciones al bebop hasta su compromiso con la lucha por los derechos civiles, Roach dejó una marca imborrable en la historia de la música y la cultura. Su vida y obra nos recuerdan que la música tiene el poder de trascender las barreras, de inspirar el cambio y de conectar a las personas. En palabras de Roach: . “La música refleja dónde deberíamos ir, dónde hemos ido y dónde podemos ir. La música es una abstracción”.

 

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