Texto: Adrián Besada
Fotos: José Luis Luna
Gracias a Jazz Eñe, el show case de jazz estatal organizado por Fundación SGAE que por tercer año consecutivo se enmarca en el Jazzaldia (Donostia), han desfilado por el escenario del teatro Victoria Eugenia algunos de los mejores músicos de jazz nacionales. Una de las virtudes de esta cita es que ofrecen a grupos y músicos la posibilidad de visibilizarse ante una rica oferta de programadores extranjeros.
El pianista Nani García y el contrabajista Baldo Martínez, dos veteranos de la escena jazzística gallega y nacional, miembros del ya mítico grupo Clunia y con una dilatada trayectoria como intérpretes y compositores, presentaron en la edición de este 2023 un cuarteto que se completa con el batería Miguel Cabanas y el saxofonista Lois Rivera.
El formato, repertorio y concepto de la propuesta resulta de lo más atractivo, pues en esta conviven tres generaciones de músicos gallegos que presentan composiciones de Martínez y García a las que han dado un giro con resultados más que satisfactorios. La perspectiva respecto a la improvisación, la composición y el lenguaje plantean una música abierta y sin pretensiones con un cierto acento gallego que, de nuevo, da cuenta de la variedad y calidad del jazz que se realiza desde la periferia.
Con motivo de la actuación en Jazz Eñe hablamos con los cuatro miembros del grupo sobre música, creación, y la escena nacional actual:
¿Por qué os volvéis a juntar después de tanto tiempo y por qué elegisteis este formato?
B: Hace no mucho tocamos de nuevo con Clunia por el cuarenta aniversario del Filloa, entonces hablamos para hacer algo a dúo, pero sin ningún tipo de pretensión.
N: Los músicos coruñeses tenemos una relación especial con el Filloa, y en navidades se suele celebrar como el aniversario, ya que fue cuando se inauguró. Le propuse a Baldo hacer un bolo con esta formación aprovechando las vacaciones y demás. Además, los dos tocábamos con Miguel [Cabanas] en otros proyectos; y por otro lado propuse a Lois Rivera a raíz del festival de Cambre, donde lo vi a quinteto y me gustó mucho.
B: Yo nunca había tocado con Lois, pero lo conocí en unas jornadas de jazz que se hicieron en la Universidad de Coruña. Allí comimos con el crítico Quinito López, quien nos animó a hacer algún proyecto juntos y con Jazz Eñe vimos la oportunidad de llevarlo a cabo.
¿Qué tipo de repertorio tenéis con este cuarteto?
N: Baldo y yo estuvimos en Clunia juntos durante muchos años y tenía un repertorio especial hecho entre los dos. En este caso decidimos juntar las composiciones de uno y de otro para darle una vuelta.
B: Como no fue algo planificado la idea principal era juntarnos para hacer música juntos, entonces decidimos coger estos temas y tocar, al menos hasta que el grupo se consolide y nos pongamos a hacer música nueva.
Estamos en Jazz Eñe, que es una muestra de jazz estatal para programadores internacionales ¿Cómo entendéis el jazz español? ¿Creéis que seguimos arrastrando el cliché de lo flamenco a la hora de conceptualizar el jazz que se hace en España?
N: Creo que hace años, en un principio había esa pretensión, pero creo que al final el sentido común impera y el jazz español no es más que el jazz que hacen los músicos de este país.
B: La idea del jazz español tiene que evolucionar de forma natural. El flamenco jazz es un estilo de tantos que coge el flamenco del sur, el folklore andaluz, aunque hay mucho en Cataluña y también en Madrid, pero la cuestión es que eso es solo una pequeña parte de la música, el jazz y el folklore de España. Es cierto que es una música con mucha fuerza, en Europa se siente como algo exótico y quizás por eso resulte más atractivo, pero creo que también puede suponer una carga para el jazz que se hace en España. Creo que es un estilo muy rico y muy interesante del que se puede echar mano, como una herramienta, al igual que el resto de folklore de la península o de cualquier otro lugar, tenemos acceso a muchas músicas distintas. No creo que haya una característica que defina al jazz español, es muy diverso.
¿Creéis que sigue existiendo el estereotipo del jazz como una música elitista, o es una música para todos? ¿Creéis que los precios de los conciertos influye en esta cuestión?
B: El debate sobre si la música es más o menos accesible o si los conciertos son para minorías que pueden pagárselo, es un tema recurrente hoy en día. Yo no me centraría tanto en la cuestión económica, los festivales están llenos y la gente a la que le interesa la música tiene posibilidad de ir a conciertos. Creo que la cuestión del elitismo tiene más que ver con esa idea de que es una música para entendidos, el hecho de que se aleje de la música popular y que el jazz no está en ningún lado, no tiene visibilidad. Respecto a estas cuestiones, por un lado, la gente joven no consume jazz porque para ellos no existe, no se facilita el acceso, el estímulo. Por otro lado, en la prensa u otros medios el jazz no se ofrece como algo popular, sino que muchas veces aparece al lado de los conciertos o crónicas de música clásica, se ponen al mismo nivel pero no recibe las ayudas económicas que recibe esta. Entonces, nos encontramos con una música que no es comercial y que no tiene apoyo institucional.
Se escucha mucho ese tópico de “está todo inventado”. Desde vuestra perspectiva como músicos y compositores, ¿hacia qué dirección creéis que va el jazz, a qué tiende?
B: Cada uno tiene que crear su lenguaje, su propia voz. Yo defiendo la mayor libertad a la hora de expresarse. Si ves cómo evoluciona el jazz en otros países con más tradición te das cuenta de que cada vez pesa más la improvisación. Pero esto no quiere decir que se tienda hacia un royo free o algo así, sino que cada vez se entiende el jazz como un espacio con más libertad. A diferencia de los estilos que se desarrollaron en el siglo XX que todos conocemos, cada vez hay una tendencia mayor a la libertad de expresión, aunque se trabaje dentro de las tonalidades, de estructuras, composiciones, desarrollos, etc. Te pongo el ejemplo de Julian Lage, que está este año en el festival. Es un tío que toca muchos standards, que está dentro de una corriente de jazz muy definida, pero es interesante por cómo los toca, al margen de virtuosismo o técnica, el desarrollo en el jazz va más allá de eso, se trata de su forma de sonar, del enfoque, del lenguaje.
N: Saber hacia dónde va el jazz es imposible. Lo que te decía Baldo sobre Julian Lage, o Bill Frisell, que también toca en el festival, es así, independientemente del estilo o del repertorio ellos dejan su firma sobre la música. El jazz tiene esa característica, que el lenguaje y el sonido funcionan como una marca. Si tenemos en cuenta esto y volvemos a la pregunta del principio sobre el jazz español, te diría que lo que debemos hacer en Galicia y el resto de comunidades es generar y educar músicos que generen firmas, lenguajes, grupos, que tengan personalidad independientemente de que sea free o bebop.