Entrevista: Marcos Flores / Fotografías: No Base Trio
La música es parte integral de la identidad puertorriqueña. Más allá de los clichés turísticos de playa y reggaetón, morenas y ron, en la isla la música se vive con libertad y pasión. Esta libertad ha permitido que la música puertorriqueña traspase las fronteras de esta isla minúscula y llegue al mundo entero. Y es esta misma libertad la que mueve a No Base Trio. Un grupo sin limitaciones, sin fronteras estilísticas, y sobre todo sin miedo a explorar nuevos paisajes sonoros sobre una base sólida de improvisación e influencias que van desde el jazz tradicional hasta el rock progresivo.
Charlamos con Gabriel Vicéns (guitarra), Jonathan Suazo (saxofón) y Leonardo Osuna (batería) sobre sus orígenes, sus influencias y el otro lado de la música puertorriqueña.
Háblennos un poco sobre los orígenes de la banda.
No Base Trio comenzó alrededor del 2009 o 2010. Al principio tocábamos estándares de jazz y siempre en medio de cada set, hacíamos una improvisación colectiva. Después de un corto tiempo, la interacción que había en esas improvisaciones era tan especial y genial que entonces decidimos convertirlo en un conjunto de solamente música improvisada al que llamamos No Base Trío. El nombre se nos ocurrió porque realmente no hay una “Base” como tal, osea, no hay nada predeterminado de lo que va a pasar. Siempre tocamos sin comunicarnos ni una sola palabra de lo que vamos a hacer y entonces de esa manera lo que pasa es realmente improvisado y nunca jamás va a volver a ocurrir de esa misma manera.
En el pasado ustedes han hecho referencia a la “comprovisación”, término utilizado por algunos de sus mentores en Berklee como Joe Lovano y John Patitucci. Explícanos de qué se trata y cómo se aplica a su música.
Realmente nosotros nunca hemos usado ese término como grupo. La palabra apareció los otros días porque Jonathan lo mencionó en una entrevista que nos hicieron (haha!). Pero da la casualidad que eso es lo que básicamente hemos estado haciendo por años. Jonathan aprendió ese término durante sus estudios en Berklee y comenta que “la comprovización es la práctica de crear composiciones musicales con secciones, interludios, desarrollos y cualquier elemento que contenga una composición musical… pero todo de forma improvisada. Es un espacio ideal para compositores y amantes de elementos de improvisación. Mientras yo realizaba mis estudios de maestría en BERKLEE mis mentores demostraban este ejercicio a menudo. Es algo muy poderoso el ser parte de ese proceso ya sea como parte de la banda o parte de la audiencia. Algo que merece ser experimentado en vivo.”
¿Se consideran ustedes un grupo de música experimental?
Realmente no nos gusta utilizar ninguna categoría para representar el grupo y obviamente lo mejor es verlo como música y ya. Claro, el categorizar cosas es importante para la historia y para que las personas tengan una idea de lo que se trata la música. El problema muchas veces con las categorías es que si por ejemplo le comentamos a alguien que esto es “jazz” o “experimental” y si a la persona no le gusta ese tipo de música en general, ya ni lo escucha por prejuicio y lo mismo si le decimos que es rock, free jazz etc. Lo mejor es que lo escuchen sin tener ninguna idea y entonces que decidan si les gusta o no. El sello discográfico con quien sacamos el disco ‘Setola di Maiale’ se especializa en música experimental y entonces en parte sí se podría decir que es música experimental ya que en teoría eso es lo que estamos haciendo como grupo, experimentando en el momento con sonidos, energía e interacción.
¿Cuál fue el proceso creativo que desembocó en este primer trabajo discográfico?
El proceso en este primer disco es el mismo que llevamos haciendo por más de 10 años. El foco de este grupo es la improvisación colectiva y enfocarnos en crear en el momento sin tener nada preestablecido. Lo más importante es que los tres estamos claros de lo que se trata el proyecto y nunca decimos ni una sola palabra de lo que vamos a hacer. Cada uno de nosotros tenemos nuestros proyectos como solistas donde si componemos de una manera más usual y relacionado con muchas cosas que están pasando hoy día en el mundo del jazz. Llevamos haciendo eso por muchos años también y por más razón el NBT ha sido siempre lo contrario. En este proyecto es donde nos alejamos de lo que es leer música o tocar sobre cambios de acordes y el enfoque es algo más de energía e interacción colectiva y en parte se podría decir de componer en el momento.
Para bien o para mal, hoy en día Puerto Rico es conocido por estilos musicales muy concretos ¿Donde entran ustedes dentro del panorama musical Puertorriqueño? Existe un mercado para lo que ustedes hacen o su propuesta va más bien dirigida hacia otro público como el estadounidense o el europeo?
Este proyecto está dirigido para todo el mundo. En Puerto Rico hay varios grupos y músicos que se enfocan en música experimental también como el guitarrista Roy Guzmán, el trompetista Daniel Ramírez y muchos otros. Pensamos que sí hay un mercado para este tipo de música en Puerto Rico y creemos que cada año más y más. Las personas en general son abiertas y siempre quieren escuchar cosas diferentes. Claro, un lugar como New York, Madrid, Ámsterdam, Londres, Berlín, París o Milán pues tienen escenas de música más grandes y son ciudades internacionales donde hay mucha gente y mucho arte en general, entonces, hay más oyentes y admiradores de este tipo de música. La verdad es que cuando hemos tocado en Puerto Rico, siempre hemos tenido muy buen feedback del público pero definitivamente queremos viajar con este proyecto para todas partes del mundo.
Ustedes citan influencias que van desde el jazz tradicional hasta el rock progresivo sin desestimar el folclore de Puerto Rico ¿Cuál dirían que es su influencia principal? En otras palabras, qué los ha llevado a tomar este camino musical?
Nuestra influencia principal del grupo es la libertad de expresión. La libertad que cada uno de nosotros tenemos para brindar un elemento o varios elementos al grupo y que al final con esa mezcla de ideas que cada cual de nosotros tiene, se forme una música muy personal y única. Lo que nos ha llevado a tomar este camino es la energía que tenemos de hacer lo nuestro. Producir algo diferente y honesto que represente lo que somos como grupo. Realmente no hay ninguna influencia directa como tal de algún artista o agrupación en específico pero a la misma vez toda la música que escuchamos es influencia de alguna forma u otra.
¿Cómo ven el futuro de la música Puertorriqueña? Hay interés de los jóvenes músicos de la isla por otras cosas que no sean el reggaetón y el trap? Y por parte del público?
Realmente sí, hay mucha gente haciendo muchas otras cosas que no es reggaetón o trap. Lo que pasa es que muchos de estos proyectos no salen de la isla, entonces, si no estás ahí en la escena, no te enteras. Sigue siendo un grupo pequeño de gente claro, en comparación con la cantidad de personas que hay en la isla, pero cada año hay más y más músicos y oyentes interesadas en géneros como el jazz y música creativa. En parte, quizás tiene que ver mucho con el hecho que hay instituciones como el Conservatorio de Música de Puerto Rico, Universidad Inter-Americana y la Universidad de Puerto Rico donde las personas pueden estudiar jazz, música clásica y otros géneros. Estas instituciones crean una comunidad musical. Entonces, no necesariamente tienen que salir de la isla o por lo menos no tienen que salir tan rápido para aprender sobre estos géneros. Esto hace que muchos músicos se queden en la isla, creando proyectos muy buenos. Claro, esto es un tema sumamente complicado porque hay muchos factores en juego y bueno, podríamos hacer un entrevista solamente sobre esto, pero más o menos nos ofrece una idea de lo que estaba pasando en la escena musical antes de la pandemia.