Lucía Rey se presentó con su trío el pasado cuatro de abril en Café Berlín, el lugar donde llovieron las sorpresas
A las 20h la sala estaba llena, una escena que evoca sin duda, la cita de Pato Almada: “Es fácil llenar estadios, lo difícil es tocar acá”. El concierto inició con 15 minutos de atraso, algo que fue olvidado después del primer tema, pues Lucía, con el brillo que le caracteriza, reforzado por el rojo de su vestimenta, se levanta para presentar a sus colegas y develar la primera gran noticia de la noche: Han sido nominados por la academia de la música como mejor álbum de jazz 2025.
Y es que, no es para menos. Detrás del escenario sale una chica menuda, con aura apacible y sonrisa tierna que, al sentarse al piano, se transforma en la versión femenina de Apolo y establece una comunión entre armonía, danza y discurso melódico. Ni hablar de sus dos acompañantes. En el contrabajo Ander García, creando matices inigualables con unos solos que exploran el amplio registro del instrumento y, en la batería Alberto Brenes, la persona que -a juzgar por su expresión facial- disfrutó de la velada como ninguno de los presentes.
También hubo dos invitados de lujo, la cantante Marina Lledó, quien aportó un toque exquisito con la textura ligeramente “airosa” de su voz y el flautista Juan Carlos Aracil, representando con su instrumento la nobleza y ternura del género. Los primeros temas fueron Before Falling y Siran, este último fue presentado por la pianista con la explicación de su significado: “Siran es un nombre de origen armenio que significa ‘amor bello’, pero no superficial. Mas un amor bonito de ese que todos queremos”.
Lucía proyecta el “amor bello” que profesa con su música. En ocasiones se levanta y observa a sus compañeros tocar, con una sonrisa genuina que emerge de la notable satisfacción de quien hace lo que ama -y mejor aún-, con un nivel excepcional. Y, por si fuera poco, reafirma cada gesto con sus palabras. Al final del segundo tema explica que compuso el álbum inspirada en El viaje del elefante de José Saramago y pronuncia una frase del gran escritor: “Siempre acabamos llegando a donde nos esperan”.
El tercer tema transcurre entre risas y miradas cómplices que entretejen una atmósfera que, vista desde afuera, se siente como hogar. La expectativa y tensión continua que genera poco a poco, desenlaza en un final inesperado y picaresco, que arranca inmediatamente los aplausos del público. El cuarto tema, ubica como protagonista a Alberto, mientras la flauta, el piano y el contrabajo se unen en un virtuoso pasaje al unísono, el baterista se pasea libremente por la caja, el tom y los platillos, complementando la descarga con sus característicos gestos de satisfacción plena.
Daniela, es el quinto tema de esta actuación. Lucía lo presenta como dedicatoria a su abuela y a toda su generación, “que son grandes sabios y supervivientes”. Seguido, la pianista coge el keytar para tocar Nómadas y Ander se une con el bajo eléctrico. No hay mejor nombre para un tema que inicia evocando un contexto selvático, con intervenciones de la flauta y los fonemas perfectamente ubicados de Marina.
Una linda versión de Yo vengo a ofrecer mi corazón de Fito Páez, fue interpretada por las dos figuras femeninas de la noche, en medio de un contexto bastante íntimo que cambió inmediatamente con Colombianas Gaditanas, llevando a los presentes por una montaña rusa de emociones. Una gran composición dedicada a los bailarines y bailarinas, con influencias latinoamericanas que finaliza con una frase de la melodía del popular El Manisero de Antonio Machín.
Y lo que se podría considerar “la cereza del pastel” es la intervención de Cristina San Gregorio en el último tema. La bailaora se incorporó en el espectáculo adornando con sus floreos y braceos el tema Lucerías. Además, el pequeño duelo que se disputa entre el batería y el zapateao de Cristina termina siendo uno de los momentos más divertidos y fascinantes de la noche. Cinco artistas sobre el escenario despidieron la velada y no podía faltar, por supuesto la mini tarta con velas para cantar cumpleaños a quien fuera la protagonista indiscutible de la noche.
1 comentario en «‘Nómadas’: La gran noche del Lucía Rey trío»
Que crónica tan profunda, no conocía a Lucía ni a su trío pero la forma como esta narrado me transportó al lugar. 👏👏👏