Texto: Pedro Andrade
Cada vez que escuchamos un disco nuevo, sobre todo si viene seguido de la palabra jazz, caemos en un laberinto sonoro impredecible pero a la vez apacible. Las vibraciones y frecuencias que se generan y se atraen forman un campo magnético que zumba y que suena; que resuena y que envuelve el espacio manteniendo el sonido no solamente en el oído, sino también en la piel y el tacto del que lo escucha. Cosas que trae consigo la magia del arte y sus estímulos más escondidos a nuestros sentidos.
Llega a nuestras manos el reciente lanzamiento de los italianos oAxAcA . “Onde di sabbia” (Olas de arena) es el nombre que da título a esta apuesta del sello discográfico cántabro 2 Headed Deer al que he podido darle un buen repaso.
Curioso el título al que los mismos oAxAcA hacen referencia en algunas publicaciones en facebook, Las olas, la arena… las olas de arena como elemento primario que crea el vidrio de la ventana de tu coche o el cristal de tu vaso de vino, un contenedor de arena, compuesto por elementos sonoros del que te puedes enamorar degustándolo, como una buena copa de vino, o que se te puede caer y escapar de las manos si no eres capaz de aceptar su forma efímera, aparentemente deambulante, pero final. En todo caso ninguna de las piezas del disco pasarán inadvertidas. Tendrás, de una forma u otra, que rehacer tu click clack cronometrado cuando salgas de la peligrosa libertad que da la interpretación. Este disco necesita del que la escucha para sobrevivir y sobrevive de mil formas, su propuesta musical es libre y se completa en la subjetividad con la que es asumida por cada oyente. La música de oAxAcA por tanto es un organismo mutante que se genera de partículas -como el vaso que contiene nuestro vino- que chocan en su devenir y forman un todo que dura un segundo o dos, o los que puedas retener mientras dure tu viaje.
Lo que nació de un dúo funk blues, allá por el año 2000 en las tierras del Cuneo italiano, se presenta en la actualidad como una banda de músicos con enorme ingenio y libertad creativa. Mattia Bernardi a la batería, Alberto Boto Dutto a la guitarra, Ivan Grosso percusiones /sinte y ruidos y Carlo Ambrogio a la trompeta, todos ellos reunidos a finales de 2018 y principios de 2019 en el estudio de S.P. del Gallo de su ciudad de origen para registrar una obra que plasma un panorama sonoro que va más allá del rock, del funk o del jazz.
La simbiosis de sonidos que evocan en sus piezas hacen un recorrido con estímulos que salpican de un charco al otro, con matices que recuerdan a la música tribal africana, un algo afro funk o incluso a las batucadas más carnavaleras de Río de Janeiro, sonidos sudamericanos, todo ello en muchos casos corrompido con sonidos estridentes de una trompeta afilada y guitarras polimórficas que te meten dentro del drama y la retórica de las piezas.
El sonido gordo y repetitivo de un bajo contundente abre la cara A del vinilo. Trittico da nombre al primer corte. En la primera secuencia manda el bajo sin duda, Miles Davis, George Clinton, Sonny Sharrock, Sun Ra han pasado por los oídos de los músicos que forman la banda pero sobre todo la idea del juego de la que hacen gala en cada uno de sus cortes. Juegan con el tiempo, las estructuras de los temas son un rompecabezas vanguardista en el que cada vez aparece una imagen diferente.
Reich y 8/7 se nutren de estructuras percutivas y conviven con las distorsiones y chillidos de los vientos y las cuerdas, las interrupciones estructurales son atinadas con sus polirritmias atacadas. Me parece escuchar quizás una cuíca en los primeros compases de 8/7 con algún acompañamiento a lo Ernest Rangling, pero solo es una imagen, el sonido me es familiar pero es la primera vez que me visita, su intención y cadencia es otra, amiga sin duda. Y sí, entiendo que la música de oAxAcA en este álbum es amiga del sonido, provenga de dónde provenga. El menjunje funciona y me agrada el vaivén de las olas.
En el álbum encontramos bajos y baterías infinitas y robustas como en el corte 6 “Pannela” en el que se vuelve a los diálogos de guitarra con ambientación de vientos y ruidos de voces de ciudad, ajetreo y tráfico. Uno de los temas más progresivos a mi parecer en cuanto a tensión y dinámica que hay en el disco.
Free Jazz, sí, claro, free jazz del americano al modo de esa new thing que recoge provocaciones desde James Brown a Coltrane. En todo caso el material es, como se dice en Italia, roba buona para escuchar. Gracias 2 Headed Deer por el descubrimiento. La apuesta, a mi gusto, no puede ser más acertada.
El disco se puede conseguir y escuchar pinchando aquí